Hoy más que nunca cabe seguir este proverbio mongol: “Mientras tu padre esté vivo, haz tantos amigos como puedas; mientras tu caballo esté vivo, visita tantos países como puedas”. Viajar es más factible que nunca, y en la convulsa e incierta situación política y social actual, es importante conocer mundo y ver todo cuanto tenga que ofrecer en diversidad y en belleza. A todos los viajeros la inspiración y la aventura les esperan en los lugares más insospechados del planeta, así que no existen excusas para no lanzarse a su búsqueda.

Si el viajero sueña con montañas majestuosas, glaciares relucientes, selvas tropicales y playas tranquilas alejadas de la civilización, Canadá es el lugar que está buscando. Este país no defrauda si uno busca dar rienda suelta al aventurero que lleva dentro y disfrutar de la naturaleza en estado puro: se podrá practicar snowboard por laderas imposibles, ver grandes animales en el Jasper National Park, hacer kayak en los fiordos polares de la isla Ellesmare, escalar míticas paredes en la región de Squamish o practicar senderismo en el Banff National Park.

Tanto si se planea visitar las corniches de la Riviera como perderse entre los Alpes nevados o probar los vinos de Champaña, este país es ideal para emprender inolvidables rutas por carretera que muestran todos sus tesoros. Para familias, aficionados a la historia, connoisseurs culinarios y amantes de las actividades al aire libre; hay itinerarios para todos. Pero si no se dispone de mucho tiempo, se recomienda elegir alguna de las ocho rutas clásicas, que incluyen lo mejor de lo mejor.

Retroceder en el tiempo a través del arte, la industria y los conflictos geopolíticos, dar un delicioso paseo matinal por callejuelas pegadas a un canal, hacer una ruta en kayak o en bicicleta por países de lo más bucólicos; es muy fácil sucumbir a Bélgica y Luxemburgo, donde se pueden encontrar desde reputadas bombonerías a cervecerías en abadías y altísimos castillos. Surrealistas fiestas de Carnaval o excursiones en bicicleta para catar vinos por el valle del Mosel son solo algunas de las sorpresas que aguardan en casa visita.

Los irlandeses necesitan poco para proclamar su tierra la más hermosa del mundo, y respaldan dicha afirmación con muchos ejemplos: desde la melancólica soledad de Connemara y la espectacular naturaleza de Donegal hasta los majestuosos montes Mourne o los célebres paisajes de los condados de Kerry y Cork. Claro está que no todo son paisajes imponentes; la riqueza paisajística, cultural e histórica de Irlanda es incuestionable, y su gente, amable y acogedora, hacen de esta pequeña isla un lugar inolvidable. Los visitantes, fascinados, siempre quedan con ganas de volver.

Con sus idílicas playas, ambiente bohemio y fiestas que duran toda la noche, Ibiza esconde más actividades que solo playa, sol y discotecas. En esta fantástica isla se puede encontrar una sofisticada escena cultural, hoteles rurales, actividades para toda la familia, calas apartadas extraordinarias y un sinfín de rutas a pie para descubrir su costa.

Rodeada de naturaleza por todos sus costados, Montenegro cuenta con una belleza salvaje única. Su gastronomía nace del mimo de sus habitantes y de productos frescos y locales que la convierten en un lujo para el paladar.