Este tramo de costa es famoso por el surf.
Brisbane ya no es la adormecida ciudad ribereña de antaño y su rápido crecimiento dificulta la orientación. Sus atractivos urbanos (restaurantes, panorama artístico, café y bares) se funden con el entorno natural (acantilados, zonas verdes y el río Brisbane).
La ruta enfila hacia el sur y la Gold Coast, donde el paisaje urbano de Surfers Paradise se alza en el horizonte. Hay tantos bloques de pisos como tonos de bronceado artificial; es para viajeros que gusten de casinos, parques temáticos y juergas mochileras. La localidad surfista de Burleigh Heads y Coolangatta, meca de los socorristas del surf, son más tranquilas.
A pesar de las aglomeraciones en verano (y Pascua) y de su urbanización millonaria, Byron Bay, en el norte de Nueva Gales del Sur, sigue siendo un paraíso hippy con excelentes pubs, restaurantes, playas y su famoso rompeolas natural, el Pass. No hay que perderse las excursiones tierra adentro a la bonita Bangalow y a Nimbin, el mítico pueblo alternativo del país.