Torres medievales, arquitectura renacentista, palacios llenos de arte, calles que parecen museos… no por nada a Florencia se la llama “la cuna del Renacimiento”.
Conectadas por una serie de pueblecitos costeros, Bilbao y San Sebastián ofrecen delicias gastronómicas, interesantísimos museos e inmensas playas en las que relajarse a tomar el sol.
La capital escandinava ofrece experiencias para todos: disfrutar de sus coloridas casitas del siglo XVII, degustar la cocina local en sus restaurantes creativos y recorrer sus interesantes mercados
Berlín es una ciudad inquieta que se mueve con una energía que lo inunda todo y a la que el visitante no podrá sustraerse: con multitud de cafés, bares y clubes, la fiesta nocturna es tan salvaje c
Sus prados verdes, salpicados de tranquilos pueblos remotos y supervisados siempre por la imponente presencia de los Alpes, son un absoluto reclamo para aquellos viajeros que desean perderse en la