El más majestuoso y remoto de los oasis del Desierto Occidental de Egipto, Siwa, en la linde del Gran Mar de Arena, es la visita definitiva a un oasis. No solo recibió a Alejandro Magno para consultar el oráculo de los dioses, también es un sitio ideal para relajarse después de viajar por el Nilo. Se puede pasear en bicicleta entre las palmeras, disfrutar de un circuito por el desierto hacia manantiales termales o deslizarse por las pendientes de las dunas.