Viajar con niños a Egipto

Visitar Egipto con niños puede ser una maravilla. Para ellos ver monumentos antiguos –o incluso un camello– es una fantasía hecha realidad. Para los adultos, el fantástico recibimiento que los egipcios profesan a los pequeños ayuda a suavizar pequeñas molestias prácticas.

Egipto para niños

Todo lo que a Egipto le falta en infraestructura infantil –parques y cambiadores de pañales, por ejemplo– lo suple con una actitud muy cariñosa hacia los pequeños viajeros. En todos los restaurantes, salvo en los más selectos, los camareros están encantados; e incluso hay quien quiere abrazarlos, darles un beso, sentarlos en el regazo o darles un dulce.

Los adolescentes no llaman tanto la atención, aunque a sus ‘homólogos’ egipcios se les ve algo más jóvenes y protegidos. En la adolescencia, la separación por sexos es más habitual, por lo que los jóvenes deben adoptar los modales de los adultos si conocen a egipcios de su edad.

La seguridad suele inquietar a los viajeros: no hay asientos infantiles en los coches (ni cinturones de seguridad), sean taxis o coches privados, ni salvavidas infantiles en los barcos.

La a veces insuficiente higiene culinaria expone a los niños a sufrir diarrea u otros problemas estomacales (conviene tener un plan por si uno está postrado en cama y los niños siguen con diarrea). Las sales de rehidratación oral, disponibles en farmacias a precios muy económicos, pueden salvar el viaje (se puede pedir Rehydran), ya que, con el clima caluroso y seco de Egipto, los niños pierden fluidos con rapidez.

Hay que mantener a los niños alejados de los animales sueltos, que pueden contagiarles enfermedades; hay gatos callejeros por todas partes y arañan a quien se les acerque.

En las ciudades resort se puede comprar leche maternizada y pañales, pero en los sitios más remotos cuesta encontrarlos. Los buenos restaurantes tienen tronas, y en los hoteles de gama alta hay servicio de canguro. Abundan los tentempiés a base de cacahuetes, barritas de semillas de sésamo, fruta seca y dátiles; son ideales para las excursiones, ya que en muchos sitios solo venden bebidas azucaradas y patatas fritas.

Si se necesita alguna distracción durante el viaje, se puede visitar la librería de cualquier hotel de cinco estrellas; suelen tener buenos libros sobre Egipto y juguetes.

Lo mejor para los niños

Oasis de Siwa Su sosegado ambiente es perfecto para los niños, pero el trayecto en autobús es muy largo. Ya en el oasis, pueden saltar al agua de bomba y comer dátiles frescos.

Wadi Al Hittan ¿Cómo llegó una ballena al desierto? La respuesta está en este enclave lleno de fósiles. Los circuitos suelen incluir surf de dunas.

Fayoum Pottery School Clases de cerámica en el oasis de Al Fayum.

Establos de caballos árabes de Nobi Ir en camello al desierto desde la orilla oeste de Luxor con uno de los expertos monitores de Nobi.

Gran pirámide de Keops Los niños más mayores se maravillarán al entrar en esta pirámide, en Guiza. Antes conviene asegurarse de que no sufren claustrofobia.

Museo Egipcio Para improvisar un juego de pistas: a ver quién encuentra el baúl de las pelucas del rey Tut, quién descubre cuántos remeros hay en un barco en miniatura o dónde están las momias de los babuinos, por ejemplo.

Museo de la Momificación A los niños les fascinan las momias, y pueden descubrir el proceso de momificación en Luxor o visitar las salas de las momias reales en el Museo Egipcio de El Cairo.

Tumbas de los Nobles Para sentirse como Tintín descubriendo los misterios de los faraones en los templos de Asuán o en el Valle de los Reyes.

Biblioteca Alejandrina Los fans de los libros podrán inspeccionar manuscritos antiguos, los fans de la ciencia podrán explorar el museo científico, y todos disfrutarán en el planetario.

Navegar en falúa (El Cairo, Luxor o Asuán) Se puede navegar en Luxor y Asuán por la tarde, pero recuérdese que es posible huir del caótico tráfico de El Cairo navegando y dejando que los niños jueguen a piratas.

En tren a Tanta Los trenes egipcios no van muy llenos en 1ª clase, y un viaje a la región del delta –quizá a Tanta, famosa por sus dulces– es una salida tranquila de medio día.

En barco a Qanater Los viernes es buena idea unirse a las familias egipcias que van en barco a Qanater, las presas del Nilo, en las afueras de El Cairo.

Pedalear por la orilla occidental (Luxor) Montar en bicicleta por la orilla oeste de Luxor es ideal para disfrutar de la brisa.

En tranvía por Alejandría Completar el recorrido entero del tranvía permite ver la ciudad con tranquilidad.

Buceo con tubo(costa del mar Rojo) Bucear con tubo es una maravillosa introducción al mundo marino. Hay sitios –en Sharm y Al Quseir, por ejemplo– donde los niños pueden bucear a lo largo del flanco de un arrecife, en lugar de sobre el mismo.

Astilleros (Alejandría) Construyen barcos de todos los tamaños. Quienes quieran ser capitanes de barco quizá deseen manejar el timón un rato. La visita se completa yendo al mercado de pescado y cenando en algún restaurante familiar.

Canal de Suez (Port Said) Para ver barcos todavía más grandes, como los enormes cargueros que cruzan el Canal de Suez.

 

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©Patrick Schneider