Las paredes del Gran Agujero Azul se adentran más de 120 m en las profundidades del océano. Aunque está lleno hasta casi la mitad de sedimentos y desechos naturales, su profundidad sigue creando un círculo perfecto de color azul que puede verse desde el cielo. Y abundan las estalactitas y estalagmitas. Un banco de tiburones de arrecife (además de innumerables invertebrados y esponjas) acompaña a los submarinistas en su descenso a las misteriosas profundidades del mar.