La vida de los cazadores-recolectores de los pueblos gabrielinos y chumash acabó con la llegada de los pioneros y misioneros españoles a finales del s. XVIII. El primer asentamiento civil español (1781), el Pueblo de la Reina de Los Ángeles, fue una apartada comunidad agrícola durante décadas. En 1850 LA se incorporó como ciudad de California, pero en 1830 su población ya había crecido demasiado gracias a la fiebre del oro en el norte, la llegada del ferrocarril transcontinental, la industria de los cítricos, el descubrimiento de petróleo, la inauguración del puerto de LA, el nacimiento de la industria del cine y la apertura del California Aqueduct. La población de la urbe ha aumentado desde unos 1,5 millones en 1950 hasta casi 4 a día de hoy.
Su crecimiento ha causado problemas, como el de la extensión urbana y la contaminación, aunque gracias a la estricta aplicación de la ley, los niveles de niebla tóxica han disminuido año a año desde que se registran datos. El tráfico, un deteriorado sistema de educación pública, los altibajos del mercado inmobiliario y los ocasionales terremotos e incendios forestales siguen ocasionando problemas, pero, con su fuerte y diversa economía y una tasa de criminalidad en descenso, LA es una superviviente.