Aquí hay poco que hacer aparte de negociar el precio de un coco, mecerse en una hamaca o bucear por aguas turquesa, pero muchos encuentran el paraíso en este archipiélago. Conocido en la zona como Guna Yala, el archipiélago de San Blas es un territorio indígena independiente. Para desplazarse hay lanchas motoras, barcos de vela y canoas. Casi todos los alojamientos son remotos islotes rodeados de aguas transparentes. Los residentes de Guna viven en comunidades en las islas, en las que abunda el ganado, el comercio y las casas con techo de paja.