Explora lo mejor en viajes 2024
Sentir la sensualidad y melancolía del tango en una milonga genuina, como La Catedral, que ocupa un antiguo almacén con pinturas extravagantes en las paredes, muebles de rastrillo, iluminación tenue y algún gato aseándose entre las mesas: todo muy informal y bohemio, y no se exige atuendo especial; se verán muchos vaqueros. Es un sitio ideal para los principiantes porque incluso los bailarines sin experiencia se sentirán cómodos en la pista. La noche de más barullo es la del martes.