Jerusalén suele tildarse de “antigua”, pero es una recién llegada si se compara con este fenómeno geológico, en mitad del desierto del Néguev: un cañón asimétrico fruto de 200 millones de años de erosión. Es un tajo majestuoso en el paisaje, con formaciones rocosas rosáceas, un suelo de arenisca multicolor salpicado de fósiles, y una fauna que incluye órices, gacelas, leopardos, íbices, buitres y onagros (caballos salvajes). Es una de las atracciones más infravaloradas de Israel.
El 'makhtesh' Ramon
![Mirador del cráter Ramon, Desierto del Néguev, Israel](https://lonelyplanetes.cdnstatics2.com/sites/default/files/styles/max_650x650/public/imprescindibles_images/israel_desiertoneguev_crater-ramon_shutterstock_163840862_sergei25_shutterstock.jpg?itok=xtn-etYE)
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