Aventuras en los confines de Gran Bretaña: lo mejor de las Shetland

Texto por
Claudia Peter, autora de Lonely Planet
Una playa a la entera disposición del viajero en las remotas y bellas Shetland, Esocia, Gran Bretaña
Marcin_Kadziolka_Shutterstock

Las Shetland, lo mejor de Escocia sin multitudes

En cuanto a lejanía y aventura en el extremo norte de Gran Bretaña, las Shetland, un archipiélago de islas a medio camino entre el Reino Unido y Noruega, ofrecen lo mejor de Escocia sin multitudes. A unos 170 km de la costa norte del país, los viajeros se encontrarán con los diminutos ponis salvajes de las Shetland, un amplio parque de recreo dedicado a las aventuras al aire libre, y un pueblo amante de los jerséis que abrigan y de sus tradiciones vikingas.

Escocia

 

1. Todo apunta al norte de Europa

Allí donde el Océano Atlántico converge con el mar del Norte y Escandinavia se encuentra con Escocia se halla el punto más septentrional de Gran Bretaña, las Shetland, un archipiélago de unas 100 islas, 15 de las cuales están habitadas. Se puede explorar Mainland, o tomar ferris rumbo a Yell, la segunda isla más grande del archipiélago; al paraíso de las aves que es Fetlar; a las remotas Skerries exteriores; o a Unst, el punto más septentrional de las islas más septentrionales de Gran Bretaña.

Llegar a las Shetland puede convertirse en toda una aventura. En honor a la herencia marítima de la isla es buena idea tomar el ferri de pasajeros desde Aberdeen, un trayecto nocturno de 12 horas que cruza el a menudo revuelto y tormentoso mar del Norte. Durante el día se pueden ver delfines, y de noche se pueden contemplar las estrellas, ya que los cielos están libres de contaminación lumínica.

 

El magnífico y misterioso Jarlshof deleita a los historiadores, Shetland, Escocia © Marcin Kadziolka / Shutterstock

El magnífico y misterioso Jarlshof deleita a los historiadores, Shetland, Escocia © Marcin Kadziolka / Shutterstock

 

2. La herencia vikinga de las Shetland y más allá

Los vikingos conquistaron las Shetland. Las islas se hallaban en pleno imperio marítimo escandinavo, por lo que a nadie sorprende que hace 1200 años muchos de aquellos vikingos decidieran instalarse en ellas, construirse casas y fundar granjas. Si se visita Unst se pueden ver los yacimientos de las casas comunales en Hamar, Underhoull y Belmont, una réplica de un barco vikingo y el menhir más grande de las Shetland. La cultura vikinga se conmemora cada mes de enero, cuando las comunidades del lugar celebran el Up-Helly-Aa: ataviados con vestiduras vikingas y a lo largo de una procesión de antorchas que recorre las calles, los lugareños transportan una galera que después queman entera.

Las Shetland previkingas se remontan varios milenios atrás, y son muchos los yacimientos que ofrecen una fascinante mirada al pasado más antiguo de las islas, el mejor de los cuales es sin duda Jarlshof, en Mainland. A menudo descrito como “uno de los yacimientos arqueológicos más excepcionales jamás excavados en las islas británicas”, este es un paraje extraordinario que se mantuvo ocupado y en desarrollo durante unos cuatro mil años.

 

3. Frenesí violinístico en Lerwick

Lerwick, la capital de las Shetland, es una brillante base desde donde explorar la isla. Es una ciudad pequeña y curiosa, construida directamente delante del mar, con las olas que se estampan contra algunos de los edificios. Tiene un montón de pubs que programan noches de música en directo semanales, en las cuales los violinistas locales muestran su talento e invitan a músicos visitantes a unirse a la fiesta. El calendario musical de la ciudad incluye el Shetland Folk Festival, el Shetland Accordion & Fiddle Festival y el 'Fiddle Frenzy' (frenesí violinístico), que no podría tener mejor nombre. ¡A bailar!

 

Atrevidos, adorables y robustos, los ponis de Shetland son uno de los elementos más destacados del viaje, Escocia © Alexia Khruscheva / Shuttesrtock

Atrevidos, adorables y robustos, los ponis de Shetland son uno de los elementos más destacados del viaje, Escocia © Alexia Khruscheva / Shuttesrtock

 

4. Dratsies, selkies y ponis

Las Shetland son un paraíso para los aficionados a la observación de aves. En verano, los páramos de Yell cobran vida con las aves que crían, desde el colimbo chico hasta el chorlito dorado europeo, y con un poco de suerte, incluso es posible avistar a una de las aves de presa más pequeñas de Gran Bretaña, el esmerejón. En Unst, la Hermaness National Nature Reserve ofrece preciosas rutas a pie de observación de aves, y en las remotas Out Skerries, en los meses de migración, abundan las aves de especies poco conocidas. Pero todavía resulta más espectacular contemplar como las aves anidan en los empinados acantilados; Sumburgh Head es un buen ejemplo: allí son comunes el fulmar boreal y el arao aliblanco, y también se puede ver al ave distintiva de Escocia, el frailecillo atlántico.

En cuanto a mamíferos, las Shetland también están bien surtidas: a menudo se ven dratsies (nutrias) jugueteando en los bajíos; a ballenas en plena migración; y a selkies (focas) retozando sobre las rocas con la marea baja. Pero los animales más conocidos son los famosos ponis de las Shetland, la mayor población de los cuales se encuentra en Unst, donde campan a sus anchas por los pastos comunes. Estos pequeños y robustos ponis se utilizaban antaño para arar el campo y para trabajar en las minas; eran animales muy fuertes y por ello estaban muy solicitados. Hoy se siguen criando en las islas, y al explorarlas es fácil toparse con estos pequeños animales peludos, a menudo pastando en los campos junto a las carreteras. Son atrevidos y curiosos, así que conviene esconder bien los tentempiés para que no los vean.

 

5. Tubos y riscos norteños

Los amantes de la aventura que necesiten algo más que excursiones por un litoral espectacular pueden contentar el gusanillo aventurero en las Shetland. El mar entre las islas ofrece buen kayak y buena navegación a vela, y hay buenos enclaves surfistas para quienes no teman a las aguas gélidas; los mejores están en la zona del cabo Sumburgh (conocer a los surfistas locales quizá permita descubrir algunos de los tubos más huidizos). Las islas son también un excelente destino para la escalada. Los altísimos acantilados negros de Eshaness ofrecen tramos espectaculares, con la emoción añadida del Atlántico Norte rompiéndose bajo los pies de los escaladores.

 

Las famosas prendas de punto de las Shetland son un gran recuerdo, Escocia © Grisha Bruev / Shutterstock

Las famosas prendas de punto de las Shetland son un gran recuerdo, Escocia © Grisha Bruev / Shutterstock

 

6. Punto por punto

En las Shetland abundan las ovejas y, por lo tanto, también la lana; lo cual significa que las prendas de punto de alta calidad son uno de los souvenirs más populares. Los delicados patrones varían de isla en isla; se encuentran desde prendas de colores muy llamativos hasta otras de colores más naturales. Un suéter de punto de las Shetland no solo sienta bien: su gruesa lana ayuda a mantenerse caliente frente al variable clima de las islas, que puede pasar del sol más brillante a un frío gélido en cuestión de minutos. La temporada de punto anual culmina con la Shetland Wool Week, a finales de septiembre.

 

7. La isla más remota

Si las Shetland no son lo suficiente remotas para el viajero, que se embarque en un ferri o un avión rumbo a Fair Isle. Situada entre las Orcadas y las Shetland, este solitario peñasco en medio del rugiente mar del Norte está habitado por una setentena de recios isleños que viven en pequeñas granjas tradicionales en el tercio sur de la isla, cediendo el resto del territorio a las ovejas y las aves. Fair Isle es famosa por su observatorio de aves, de renombre internacional (destruido por un incendio en el 2019, pero cuya reconstrucción se espera para un futuro próximo), y por sus prendas de punto, tejidas en colores vivos y tradicionales.

 

 

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