Colombia, al natural

PNN de El Cocuy, Colombia
Fernando Jaramillo Ospina

Seis formas de adentrarse en la naturaleza colombiana

Colombia es un país de moda, un destino por descubrir en los próximos años. Para los más aventureros y los que ante todo buscan la naturaleza y los espacios al aire libre, resulta casi inabordable. Desde el páramo hasta las selvas de la costa pacífica y desde el exuberante verdor de la zona cafetera al seco calor infernal de la costa caribeña…

Hay escenarios para todos los gustos: para los senderistas, para los aficionados a la alta montaña, para los amantes del submarinismo y el buceo, para quienes prefieren observar aves o ballenas o incluso para los que se animan a descender vertiginosamente en kayak o piragua por los grandes ríos colombianos. Hemos seleccionado algunas de las propuestas más “naturales” que aparecen en la guía Colombia, de Lonely Planet y geoPlaneta.

1. Siguiendo a los tucanes (y a otros pájaros amazónicos y andinos): observación de aves en Colombia

Con 1876 especies de aves, Colombia es el primer país americano en cuanto a diversidad de aves. Los montes andinos están llenos de colibríes (más de 160 especies), la selva amazónica rebosa de tucanes, loros y guacamayos, y el Parque Nacional de Puracé, cerca de Popayán, es el hogar de los cóndores, a quienes los guardas forestales tientan con comida para que los visitantes los vean de cerca.
Cerca del 70% de las aves del país viven en el bosque nuboso andino, uno de los ecosistemas más amenazados del mundo. El mejor lugar para observar aves es el Cerro Montezuma, en el Parque Nacional de Tatamá, en la cordillera Occidental, entre los departamentos del Chocó, Valle del Cauca y Risaralda. Tiene la mejor mezcla de pájaros andinos, con muchas especies autóctonas regionales y raros ejemplares.
Otros sitios excelentes para la observación son Río Blanco, cerca de Manizales y Km18, cerca de Cali. La cuenca del Amazonas, cerca de Leticia, también es muy indicada para ver aves selváticas, al igual que el Chocó. Colombia tiene, además, el tercio occidental de la zona de Los Llanos, que comparte con Venezuela, ideal para ver las aves de esta región.
Más información sobre observación de aves en Colombia en:

2. Río abajo, emoción segura: rafting, piragüismo y kayak en aguas rápidas

El piragüismo y el kayak no son especialmente populares en Colombia, pero cada vez hay más ocasiones de practicar estos deportes. Se pueden alquilar en San Gil y San Agustín, y kayaks marinos en Ladrilleros para remar en los alrededores de Bahía Malaga.
Para practicar en aguas rápidas, recomendamos sobre todo San Gil, capital del rafting en rápidos, con emociones (y caídas) aseguradas, y en segundo lugar San Agustín, donde se puede practicar en el río Magdalena, uno de los más importantes del país, que permite tanto salidas tranquilas como otras más largas y de mayor dificultad para los practicantes experimentados. Si lo que nos interesa es más ver el paisaje que el deporte en sí, Río Claro, que ofrece un recorrido tranquilo por la selva, más o menos a medio camino entre Medellín y Bogotá, es perfecto para admirar la flora y la fauna en lugar de obsesionarse con la idea de terminar volcado en el agua.

3. Patear por selva, parques, montañas y farallones: las mejores excursiones de senderismo

Colombia brinda algunas oportunidades únicas para hacer excursiones por la naturaleza. Algunas buenas propuestas son:

  • Ciudad Perdida, en la costa caribeña, es una larga ruta que exige una esforzada caminata de 5 a 6 días por la selva y a través de ríos que cubren hasta la cintura; termina en las olvidadas ruinas de la cultura tayrona. 
  • Güican-El Cocou es un largo sendero de alta montaña, en su mayor parte por encima de los 4000 m. Ofrece uno de los paisajes más fabulosos del país. Si se tiene suficiente capacidad pulmonar, no hay que perdérselo.
  • Valle de Cocora, cerca de Salento, es la mejor excursión de media jornada de todo el país, que lleva al parque nacional entre palmas de cera. 
  • De El Valle a Lachunga, una ruta más que recomendable para conocer la punta norte del Parque Nacional de Ensenada de Utría, en la costa pacífica; se puede visitar el parque y pernoctar en él. 
  • Cupurganá, dondehay que cruzar la frontera para visitar la bella playa de La Miel, al norte de la frontera panameña.
  • Tierradentro, una sensacional caminata de un día en el sur del país, atravesando una cadena de montañas y pasando por todas las tumbas de las proximidades del camino. 
  • Volcán Puracé, cerca de Popayán, para coronar la cima en un día (si el tiempo lo permite). 
  • Farallones de Cali, cerca de Cali, ofrece varias posibilidades de caminatas de un día y más largas.

4. La naturaleza más protegida: los Parques Nacionales Naturales (PNN)

Colombia ha destinado el 12% de su territorio nacional a su red de Parques Nacionales Naturales (PNN), que incluye cerca de 60 áreas protegidas con frescas aguas caribeñas, picos andinos, praderas tropicales y la extensa selva amazónica. Entre los que no hay que perderse recomendamos:

  • El PNN de Tayrona, uno de los más populares, con playas de arena blanca llenas de palmeras, a los pies de los montes de Sierra Nevada de Santa Marta. 
  • El PNN de El Cocuy, un ecosistema de páramo con valles glaciares, altiplanicies, lagos y cimas dentadas que realzan el parque más pintoresco de Colombia.
  • El PNN de Sierra de La Macarena, una antigua fortaleza de la guerrilla, hoy accesible, hogar del único Caño Cristales.
  • El Santuario de Iguaque, un parque de 67,5 km2 empapado de leyendas muiscas con bellos paisajes del páramo. Se accede fácilmente desde Villa de Leyva. 
  • El PNN de El Tuparro, fuera de las rutas marcadas en la reserva natural de Los Llanos. Playas fluviales de arena, verdes praderas, jaguares, tapires, nutrias y unas 320 especies de aves.

5. El gran espectáculo natural de la costa pacífica: la observación de ballenas

Todos los años, las ballenas que viven cerca de las aguas antárticas de Chile hacen un viaje de más de 8000 km a la costa pacífica de Colombia para dar a luz y criar a sus ballenatos. Se trata de los rorcuales (yubartas o jorobadas), de las que se han registrado más de 800 frente a la costa colombiana. Alcanzan hasta 18 m de largo y pesan hasta 25 toneladas. La mejor época para verlas va de julio a octubre, aunque en junio ya empiezan a llegar. Pueden verse en toda la costa del Pacífico, y hay cómodos complejos turísticos donde relajarse antes y después de un circuito en barco. A veces las ballenas se acercan tanto a la orilla que se divisan desde la playa o desde los miradores de las colinas. 
Algunos de los sitios más recomendables para ver a estos magníficos mamíferos son Bahía Solano y El Velle, con miradores para observar a las ballenas jugueteando frente a la costa; Guachalito, cerca de Nuquí, con una ubicación privilegiada en lo alto de las colinas para contemplarlas en época de cría; el Parque Nacional de Ensenada de Utría, una angosta cala del Chocó que permite ver ballenas de cerca desde tierra firme; Ladrilleros, espléndido para realizar circuitos económicos buscando ballenas, y la Isla Gorgona, al suroeste de Buenaventura, que ofrece la posibilidad de bucear con ellas.

6. Del Caribe al Pacífico, por el fondo del mar: submarinismo y buceo con tubo

La costa caribeña tiene auténticas joyas para bucear pero la del Pacífico ofrece una experiencia muy distinta. La visibilidad es algo menor y, al contrario, la cantidad y el tamaño de la fauna marina es espectacular. Entre los lugares más recomendables para conocer el fondo de mar:

  • En el Caribe:

  1. San Andrés y Providencia, un destino clásico del buceo caribeño, con excelente visibilidad, estupendos arrecifes de coral y fauna marina variada. Se pueden visitar: Taranga, con algunos de los cursos de buceo más baratos del planeta donde obtener el certificado PADI o NAUI desde unos 580 000 COP por un curso de 4 días o Cartagena, que ofrece buen submarinismo en las proximidades de la ciudad. Islas del Rosario, famosas por su oferta de buceo, cuentan con corrientes de agua cálida que han dañado el arrecife en cierto grado y las inmersiones ya no son tan buenas como antes.
  • En el Pacífico:

  1. Capurganá y Sapzurro, pequeñas poblaciones de la costa pacífica a solo unos minutos de la frontera panameña. Antes era muy peligroso visitarlas, pero poco a poco van atrayendo a viajeros aventureros en busca de los mejores arrecifes y playas. Lo difícil es llegar: hay que hacer un largo viaje en barco desde Turbo o volar desde Medellín. 
  2. Isla Malpelo, una pequeña isla del Pacífico, 500 km al oeste del continente, hogar de tiburones. Solo se puede disfrutar uniéndose a un crucero de 8 días desde Buenaventura, en la costa pacífica de Colombia, o Puerto David, en Panamá.
  3. Isla Gorgona, una isla más grande, cerca de la costa pacífica. También ofrece buen buceo y, en época de observación de ballenas, se pueden ver ejemplares bajo las olas. 
  4. Playa Huína, donde se puede bucear cerca de Bahía Solano, lugar del hundimiento de un buque de guerra que sobrevivió al ataque de Pearl Harbor para crear un arrecife artificial.   

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