Viajar con los lugareños para beneficiar a los lugareños
Viajar de forma responsable no tiene por qué ser difícil; solo hay que saber dónde gastar el dinero, porque eso es lo que marca la diferencia. Elegir alojamiento, guías, circuitos y recuerdos sostenibles para la comunidad local quizá requiera más trabajo y anticipación, pero es la forma de ayudar a los anfitriones y gozar de una experiencia viajera realmente auténtica.
Transporte local en Tailandia © tickcharoen04 / Shutterstock
El turismo aporta uno de cada diez puestos de trabajo en el mundo y según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo puede perjudicar a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Con estos impactantes datos en mente, existen varias maneras de contribuir en positivo, sumergiéndose en la cultura local y creando recuerdos increíbles.
Las estancias en casas particulares en lugar de hoteles hacen que el dinero revierta directamente en la comunidad; y si la masificación turística preocupa al viajero, organizaciones como fairbnb.coop (en Europa) ayudan a garantizar que la estancia vacacional tenga una influencia positiva. Si se necesitan los servicios de un guía, conviene elegir uno que viva en la zona, pues será quien mejor la conozca.
El turismo sostenible también significa evitar las cadenas de restaurantes internacionales y comer en locales independientes. Es una de las formas más sencillas de marcar la diferencia, ¿y qué puede ser más sabroso que descubrir un destino a través del paladar?
Mercado con productos locales en Nairobi © Aleksandar Todorovic / Shutterstock
También importa la elección de los platos; a menudo las especialidades regionales de un lugar usan ingredientes locales en vez de importados, por lo que el dinero que cuesta el plato tiene un efecto doblemente positivo (y la comida será deliciosa).
Lo mismo se aplica a las bebidas; las cervecerías y bodegas independientes pueden hacer de una buena comida una excelente experiencia. Gracias a estas opciones el viajero regresará a casa con un montón de conocimientos locales dejando tras de sí un legado positivo.
Los recuerdos bien escogidos son un pedacito de cultura que llevarse a casa, y lo mejor es que comprar artículos creados en la zona beneficia a los artistas y artesanos locales y puede suponer un incentivo económico para mantener vivas tradiciones artesanales en peligro de desaparición. Los tejidos kutnu de seda de Turquía, la cerámica de Uzbekistán o las coloridas alfombras kunaa tejidas a mano de las Maldivas son ejemplos de piezas únicas que se atesoran para siempre.
1. Ir de la mano de los lugareños: gastronomía y circuitos
Comer con los lugareños © Rawpixel.com / Shutterstock
Con un poco de ayuda tecnológica, conocer gente nunca ha sido tan fácil. Estas dos plataformas permiten conectar con residentes locales, los auténticos expertos y los que mejor pueden aconsejar al viajero.
Anfitriones de más de 130 países ofrecen comidas en sus casas (y a veces en salas alquiladas). Suelen sentarse a comer con los invitados cuando han terminado de cocinar, compartiendo sus conocimientos.
Esta web pone en contacto a turistas con simpáticos guías locales de todo el mundo. Se puede optar a los circuitos que ellos mismos han diseñado o crear uno a medida con su ayuda.
2. Artesanía que pervive
Artesanía local © Shannon West / Shutterstock
Comprar una pieza única a artistas y artesanos locales ayuda a mantener la industria creativa de una comunidad, además de avivar el recuerdo del viaje durante muchos años.
En esta galería de Dublín todo está creado por artistas independientes y sus láminas y objetos decorativos, a buen precio, darán un toque de color en casa.
Arte aborigen, Australia
La Association of Northern, Kimberley and Arnhem Aboriginal Artists es un buen sitio para empezar a descubrir el arte aborigen. Tiene más de 500 miembros y 48 centros de arte remotos.
El equipo de esta organización de Ulán Bator trabaja a largo plazo con artesanos locales para conseguir una amplia selección de artículos artesanales y semiartesanales. Asesoran a los artistas en todos los ámbitos del negocio, además de incentivar su expresión personal.
3. Turismo de comunidad
Descubrir el Parque Nacional Madidi con un guía local © Matyas Rehak / Shutterstock
Visitar pequeños pueblos y aldeas alojándose en casas particulares y colaborando con la comunidad permite vivir una experiencia diferente. Y quizá se regrese a casa con otra perspectiva del mundo.
Rastafari Indigenous Village, Jamaica
Esta vibrante comunidad colabora con operadores turísticos acogiendo viajeros en visitas de un día. Ofrecen actividades como cocina, artesanía, música y explican la importancia que el fuego tiene para la aldea.
Los visitantes se alojan en casas de aldeanos que les hacen de guías por el Parque Nacional Madidi. Los lugareños hoy se ganan la vida con el turismo y la protección del medioambiente, en lugar de con la industria maderera.
4. Apoyo a productores locales
Denver, destio cervecero de EE UU © Arina P Habich / Shutterstock
Ir directo a la fuente de las mejores exquisiteces del mundo es predicar con el ejemplo y permite disfrutar de experiencias culinarias inolvidables. También hay un montón de opciones que funcionan como deliciosos recuerdos.
Denver quiere ser el destino definitivo de la cerveza artesanal de EE UU, con más de 100 cervecerías, bares y pubs que explorar.
Visitando varios productores de café entre el espectacular y remoto paisaje de los Andes permite conocer su proceso de elaboración, de la recogida a la taza; alojarse en granjas familiares y comprar café directamente al productor.
Ruta del vino de Dalmacia, Croacia
Los suaves vinos croatas tienen gran fama gracias al clima del país, pero no se exportan porque la demanda nacional es muy elevada. La mayoría de las bodegas son pequeñas y se puede conocer personalmente a los viticultores.