De Road Trip por la Costa Oeste

Entrada a la carretera de la Ruta 101, Estados Unidos

¿Tienes ganas de aventura?

Explora Estados Unidos, pero olvídate esta vez de la Ruta 66 y échate a la carretera por la Ruta 101 desde Seattle hasta San Francisco.

Déjate llevar por la diversidad paisajística del Oeste de Estados Unidos cruzando los estados de Washington, Oregón y California, de Norte a Sur. 

Las ciudades de Seattle y San Francisco, inicio y fin de la Ruta, te impresionarán, entre muchas otras cosas, por la inmensidad de las construcciones que las simbolizan: partiendo del Space Needle al Golden Gate Bridge. Sin embargo, lugares menos conocidos por el gran público te ofrecerán experiencias igual o aún más impactantes.

La Space Needle en Seattle, Washington

Descubre cómo una ciudad caracterizada por moteles baratos y prisiones en sus alrededores se crece y se convierte, de repente, en un atractivo turístico. Hablamos de Forks (Washington), y si este nombre no te dice nada, Crepúsculo lo hará. Se trata de la zona en la que está situada la saga de Stephanie Meyer y en que se puso en escena la famosa historia de amor entre Bella Swan y Edward Cullen. Te sorprenderá que algunos restaurantes cuenten con el menú Amor al primer mordisco y sí, asómbrate de lo que puede llegar a surgir cuando una historia tiene éxito.

Explora la realidad de los Estados Unidos alejándote de los grandes centros urbanos y dando una oportunidad a pequeñas localidades como Port Orford (Oregón). Se trata de la población más occidental del país –sin tener en cuenta Alaska y Hawái– y merece la pena dedicar parte de tu visita al arte. Sin ir más lejos, en la calle principal de esta ciudad pesquera de solamente 1.200 habitantes hay ocho galerías. Queda claro que cuadros y esculturas juegan un papel importante en la sociedad de este curioso lugar.

Bosque de secuoyas en la reserva forestal de Prairie Creek

Deja que un guardabosques de la reserva forestal de Prairie Creek (California) te guíe por el imperio de las secuoyas y creerás que estás soñando cuando te encuentres entre árboles de más de cien metros –el más alto del mundo, que mide 115,5 metros, está ahí–. Se trata de auténticos rascacielos naturales. Pasear entre ellos es una locura: hace años cayó el que era por entonces el árbol más grande del mundo y sismógrafos pudieron captar su sacudida. ¡Imagina la inmensidad de esos troncos!

Lo más especial de la Ruta, no obstante, no son sus destinos –que tampoco tienen desperdicio–, sino la esencia del viaje. 2.500 kilómetros suena a una eternidad, pero cuando los recorres, se te hacen cortos. A pesar de que en algunos tramos de la carretera el tráfico aumente notablemente y no se avance como a uno le gustaría, lo que se recuerda al terminar son los kilómetros más relajados. Aquellos que se hacen con la ventanilla bajada, la música a tope y el horizonte de color azul como escenario. En una palabra, libertad.

Carretera de Estados Unidos

 

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