Sevilla en 8 tabernas

© Alberto Paredes
Las Columnas, taberna de Sevilla, Andalucía, España

En Sevilla no hacen falta mapas para llegar a la Catedral, el barrio de Santa Cruz ni al Parque de María Luisa. Todos los caminos parecen llevar a estos lugares emblemáticos de la ciudad. Sin embargo, cuando el hambre comienza a pinzar el estómago del viajero y llega la hora del tapeo, las rutas parecen diluirse por entre las calles de un territorio repleto de posibilidades. Esta selección muestra no sólo algunos de los templos clásicos de la capital hispalense sino también las nuevas direcciones que están haciendo ruido en Sevilla

Su localización en pleno cogollo turístico no debe de echar para atrás. Es cierto que está a tiro de piedra de la Catedral y que en su barra también se acodan turistas extranjeros en busca de las famosas tapas sevillanas. Pero la Bodega Santa Cruz Las Columnas sigue siendo un clásico entre propios y ajenos gracias a la simpatía del personal y los económico precios de sus sabrosas tapas y montaditos (imprescindible el de pringá). Los embutidos y montaditos se siguen sirviendo sobre el tradicional papel parafinado en la taberna Flor de Toranzo, otra taberna de toda la vida que no sólo conserva su fotogenia de antaño sino también el buen producto de tapeo. Entre sus especialidades destacan el mollete de lomo con manzana y los emparedados de picante con lomo y de anchoa con leche condensada (sí, hay que probarlo). También muy fotogénico y bastante afamado entre los sevillanos es Casa Ricardo, un local situado junto a la Plaza de San Lorenzo y donde es tradición pedir flamenquines,  ensaladilla de salmón y sus afamadas croquetas, elaboradas con una suavísima bechamel.

 

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Casa Ricardo en Sevilla. Foto de Alberto Paredes

A pocos metros se encuentra Eslava, que con más de 25 años de experiencia que se ha convertido en un clásico con alma joven pues su carta de tapas incluye clásicos de la tierra -sangre encebollada, por ejemplo- y propuestas contemporáneas, como vieira sobre crema de algas y fideos de kataifi y su huevo sobre bizcocho de boletus y vino caramelizado, una de las creaciones estrella de la casa. El mismo espíritu ofrece Simún Vintage, un establecimiento que aprovechó la mudanza de barrio para renovarse sin perder el buen hacer ni la esencia del recetario sevillano tradicional. Situado en las inmediaciones del Palacio de las Dueñas, en su barra destacan tapas como la hamburguesa de ganso con brie, los cartuchitos de pavías o el velouté de puchero con chicharrón y yema de huevo.

 

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No Kitchen en Sevilla. Foto de Alberto Paredes

Muy cerca se encuentra No Kitchen, un local de estilo minimalista que cada día gana más adeptos y donde, como su propio nombre indica, no hay cocina tradicional y los platos se preparan en la misma barra. Sus tapas y raciones más solicitadas son el Tartar sorpresa y el Falso spaghetti de calabacín al pesto. Muy popular en la escena del nuevo tapeo sevillano es La Azotea, que ya cuenta con cuatro locales abiertos en las calles Zaragoza, Jesús del Gran Poder, Conde de Barajas y Mateos Gago. La lasaña de melva, espinacas y queso payoyo o sus saquitos brick son algunas de sus propuestas. Y para rematar este recorrido tabernero no estaría de más entrar en Ovejas Negras (Hernando Colón, 8) para probar sus papas bravas –una de sus tapas más solicitadas- y su risotto. Otra dirección reciente que triunfa en las cercanías de Las Columnas, el emblemático local que abría este post. ¡Buen provecho!

 

Texto: Nuria Cortés @laloliplanet

Fotos: Alberto Paredes