El carnaval brasileño, puro ‘joie de vivre’
En Brasil el carnaval revoluciona ciudades y pueblos al ritmo de la samba, entre las luces deslumbrantes de los disfraces y el sonido de la juerga que se prolonga hasta el amanecer. Aunque Río sea la estrella principal, esta fiesta arrasa en prácticamente todas las localidades de Brasil, así que lo importante no es dónde ir sino elegir bien las fechas y lanzarse a bailar sin pensar en mucho más.
Carnaval de Lança, Brasil © Evane Manço / Pref.Olinda
Un poco de historia sobre el carnaval
La fiesta del carnaval tiene su origen en los rituales paganos que se celebraban para dar la bienvenida a la primavera. En la Edad Media solían tratarse de celebraciones muy salvajes y la Iglesia católica intentó neutralizarlas. Pero no siempre lo consiguió, y en el Brasil colonial ni siquiera la Inquisición consiguió minimizar esta fiesta que se enriquecía con vestimentas indígenas y ritmos africanos.
Una teoría explica que el término “carnaval” proviene del latín carne vale, es decir, “adiós a la carne”, en clara referencia a la Cuaresma; y es que para compensar las inminentes prohibiciones, el tiempo del carnaval permitía desbocadas fiestas y diversión sin límite en honor al rey Momo, el monarca del carnaval.
Carnaval de Nazaré da Mata, Brasil © Francisco Cribari / 500px
Fechas carnavalescas
El carnaval se celebra el viernes previo al Miércoles de Ceniza; es decir, en 2020, del 21 al 25 de febrero.
Pero si no es posible ir a Brasil en estas fechas, siempre quedan los “carnavales fuera de temporada”: como el de Natal (Carnatal), que se celebra en la primera semana de diciembre, o el de Recife, que organiza un segundo carnaval en octubre-noviembre. También Fortaleza es asaltada por los juerguistas durante la última semana de julio, y São Luís ofrece una gran fiesta al estilo de Salvador a mediados de octubre.
El Carnaval de Río de Janeiro
Todo el mundo lo sabe: el Carnaval de Río es una fiesta única en la que las calles de la ciudad son invadidas por la música y el baile. La gran cita es el espectacular desfile de gigantescas carrozas mecanizadas, trepidantes percusiones y vertiginosos bailarines en el Sambódromo, aunque la fiesta se extiende por toda la ciudad para los que prefieran algo más que el espectáculo del gran estadio.
Sambódromo, carnaval de Río de Janeiro, Brasil © Leandro Neumann Ciuffo_Flickr
El caos se incrementa con los visitantes que se mezclan con los cariocas en las fiestas callejeras y bailes de disfraces que surgen por toda la ciudad. También hay conciertos gratis en distintos puntos, mientras que quienes prefieran algo más decadente pueden acudir a los distintos bailes que se celebran por todo Río. En cualquier caso, hay que prepararse para las noches en blanco, las caipiriñas y la samba.
Estos son algunos consejos para disfrutar del Carnaval de Río en todas sus formas y facetas:
- Unirse a las bandas y blocos (fiestas callejeras), desfiles que consisten en procesiones callejeras de bandas de música con percusionistas y vocalistas, es aterrizar de lleno en el mundo del carnaval. Todos los barrios se llenan de fiestas de este tipo, y para muchos cariocas es el momento cumbre de la fiesta. Cualquiera puede participar, disfrazado o no, tatarear las canciones y terminar la marcha zambulléndose en el mar. En la guía de Riotur, Carnaval de Rua (gratis) aparece el listado completo de las celebraciones, junto a la fecha y los horarios.
Sambódromo, carnaval de Río de Janeiro, Brasil © Leandro Neumann Ciuffo / Flickr
- La guinda del Carnaval carioca es poder asistir o participar en un desfile en el Sambódromo. Allí, ante la mirada de unos 90 000 espectadores y millones de telespectadores, cada una de las escuelas de samba cuenta con 80 minutos para presentar su espectáculo mientras atraviesa el gran estadio. Las escuelas participantes compiten por ser las ganadoras y desfilar de nuevo en el sábado después del carnaval. El desfile es en sí mismo ya un complicado concurso. Un jurado elige la mejor escuela según muchos parámetros, que incluyen la percusión, la samba do enredo y la armonía entre la percusión, el canto y la danza, la coreografía, los trajes, el argumento, las carrozas y sus decoraciones. La mayoría de los espectadores se queda a ver tres o cuatro escuelas, o simplemente su favorita. Todo carioca que se precie tiene su escuela de samba favorita, igual que su equipo de fútbol y actúan como verdaderos fans (vistiendo sus colores y tatareando sus canciones).
- Para completar el panorama se puede asistir a los ensayos de escuelas de samba, que comienzan en septiembre y suelen estar abiertos al público. También es interesante pasarse por los escenarios al aire libre donde se celebran conciertos.
El Carnaval de Salvador
Río es la estrella, pero el Carnaval de Salvador también es extraordinario y reúne a más de dos millones de participantes. La fiesta arranca el jueves por la noche, cuando el alcalde entrega al Rey Momo las llaves de la ciudad. Y todo termina la tarde del Miércoles de Ceniza, con desfiles callejeros de despedida.
Carnaval de Salvador de Bahía, Brasil © www.salvadormeucarnaval.com.br / Fabio Marconi
Como en todo el país, la música tiene un papel crucial, lo que en Salvador significa axé, un estilo musical afrobahiano que incorpora desde la samba-reggae y el forró (una especie de foxtrot local) hasta el calipso y el acelerado frevo, un rápido ritmo de instrumentos de metal que es el rey indiscutible de este carnaval y de otros muchos del noreste del país.
Otro elemento característico del carnaval salvadoreño es el trio elétrico, un largo camión profusamente decorado y cargado de altavoces a donde se suben los músicos mientras recorre a paso de tortuga la ciudad. Cientos de miles de espectadores abarrotan las calles por donde pasa el desfile, de manera que es casi imposible circular. Para escapar del caos se puede comprar un camarote para un día, una de las tribunas descubiertas que flanquean las calles con sus propios servicios.
Carnaval de Salvador de Bahía, Brasil © www.salvadormeucarnaval.com.br / Fabio Marconi
Donde no hay trios elétricos, están los afoxés¸ grupos que desfilan con los ritmos y danzas del candomblé, la religión politeísta afrobrasileña. El bloco afro más famoso es Olodum, un grupo al que se atribuye el origen de la samba-reggae durante el carnaval de 1986. Hoy, este poderoso conjunto de percusión desfila con unos 200 tambores, un puñado de cantantes y miles de miembros disfrazados.
El carnaval en otras ciudades de Brasil
La mayoría de los viajeros acuden al carnaval de Río y al de Salvador, pero hay muchos otros lugares donde divertirse al estilo brasileño antes de que el Miércoles de Ceniza marque el final del jolgorio. Estos son algunos de ellos:
- Corumbá es un pueblecito próximo a la frontera con Bolivia donde se celebra un gran carnaval, con desfiles similares a los de Río y escuelas de samba.
- Florianópolis es uno de los carnavales más frecuentados por el público gay, además de ser el más importante y festivo del sur.
Carnaval de Olinda, Brasil © Prefeitura de Olinda / Flickr
- Olinda celebra un carnaval espontáneo y muy participativo que se celebra durante más de 11 días y comienza con un desfile de más de 400 “vírgenes” (hombres vestidos de mujer).
- Recife es otro de los grandes carnavales, con mucha música, gran participación del público y masivas fiestas en la calle, incluido el Galo da Madrugada, que reúne a más de dos millones de personas en la inauguración oficial del Carnaval.
- São Paulo festeja el carnaval de forma menos desenfrenada, pero también cuenta con desfiles espectaculares en su propio Sambódromo. La menor afluencia de visitantes y los precios bajos lo convierten en una opción interesante.