Guerras, quesos y paisajes impresionistas en Normandía

© Marino Holgado
Paisajes en Longues-sur-Mer, Normandía, Francia

Historia, paisajes y buenas viandas y licores, es parte de lo que garantiza un viaje por Normandía

Es una tierra, la normanda, en la que se mezclan nombres como Omaha Beach, donde sólo el día del desembarco murieron más de un millar de soldados; Camembert, cuna de uno de los centenares de quesos franceses; o Giverny, con el jardín donde Monet se inspiró para su serie de cuadros de "Los Nenúfares".

Las cruces grises del cementerio de soldados alemanes de Bayeux y las 9387 cruces blancas del cementerio militar americano de Colleville-sur-Mer son las dos caras de una misma tragedia. El 6 de junio de 1944 el desembarco de Normandía en cinco playas del noroeste de Francia dio la vuelta a la locura bélica de la Segunda Guerra Mundial. En Francia no han dado la espalda a la dramática historia que rodeó el Día-D (el Jour-J para los franceses). En los 80 kilómetros de costa normanda las referencias son constantes: cementerios, monolitos recordando a los fallecidos, la batería alemana de Longues-sur-Mer que aún conserva los enormes cañones, el puerto artificial montado por los aliados en Arromanches... 

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Cementerio norteamericano de Normandía
 

El coche es el mejor compañero para este viaje por las autopistas y carreteras costeras de Normandía. Lonely Planet propone cuatro rutas, 972 kilómetros por esta región, en una nueva guía de la colección destinada a quienes viajan en coche: "Normandía y las playas del Día D. En ruta." (geoPlaneta, 15,95 euros). Recorridos que tienen que ver con la guerra, pero también con experiencias más agradables.

 

El queso, en Francia, es casi una religión. Dicen que hay una variedad para cada día del año. Una de las más exportadas, el Camembert. Y el pueblo que le da nombre está aquí, en la Baja Normandía, cerca de Caen. Es el punto de partida de la ruta de los quesos, que pasa por Livarot, una agradable localidad con sus casas de entramado de madera, origen de otra variedad del producto lácteo. Un recorrido que termina en la ciudad de Rouen con su barrio medieval y su catedral, inspiración de algunos lienzos de Monet.

 

Porque, precisamente, Claude Monet es el motivo de otra de las rutas, la de los paisajes de Normandía que inspiraron el impresionismo en su pintura. La casa del artista en Giverny, el jardín de "Los Nenúfares", los acantilados de la costa entre Saint-Valery-en-Caux y Étretat, el pueblo de Honfleur..., son algunas de las joyas de esta ruta que no se alimenta sólo de arte. En Fécamp está la fábrica desde la que sale hacia medio mundo el licor Bénédictine, hecho a partir de 27 hierbas. Un sorbo para seguir camino.

 

Un camino que termina en algunos de los escenarios de otro drama, la Primera Guerra Mundial. En la parte francesa de Flandes, aliados y alemanes mantuvieron una lucha durante tres años. Lugares como la cresta de Vimy, con sus cráteres, búnkeres y trincheras; el arco en Thiepval dedicado a los caídos en la batalla del Somme o la ciudad de Amiens son algunas de las etapas de este última ruta que propone esta guía de Lonely Planet. 

Cuatro recorridos que bien pueden ocuparnos hasta un par de semanas, si los queremos hacer con calma, aunque pueden hacerse también en menos tiempo. Eso sí, si evitamos los meses centrales del verano, mejor. Las carreteras de esta zona no están precisamente desiertas en el mes de agosto.

 

Texto y fotos: Marino Holgado