La última caída del muro de Berlín

Detalle ilustración interior Berlín.Itinerarios
Isabel Kreitz

El aeropuerto Willy Brandt de Berlín-Brandeburgo duplica las actuales conexiones aéreas de la ciudad con el resto del mundo. Este gran aeropuerto sustituye a los tres antiguos (Tegel, Schönefeld y Templelhof) ligados a las tres potencias que se dividieron Berlín al terminar la II Guerra Mundial. 

Berlín, más allá de los tópicos

Joven, creativa, divertida, llena de cultura, música y tradición, la capital de Alemania es también el vivero de las nuevas corrientes alternativas del arte, el teatro y la cultura urbana.
Berlín se prepara para la inauguración del nuevo aeropuerto empapelando la ciudad con carteles en los que el histórico canciller se fotografía recibiendo a turistas de todo el mundo. Y es que los berlineses esperan ansiosos este nuevo espacio aéreo que duplicará el número de vuelos que actualmente reciben los dos aeropuertos que siguen en funcionamiento de los tres que tenía la ciudad al terminar la II Guerra Mundial.
El aeropuerto de Tempelhof (zona americana) ya se clausuró en 2008 y se ha convertido en un parque para ciclistas lleno de huertos urbanos que los berlineses cuidan los fines de semana. El de Shönefeld (aeródromo de los soviéticos) se destinará a partir del 3 de julio a los vuelos oficiales del Gobierno alemán. Todavía no se sabe muy bien el destino del aeropuerto de Tegel (que perteneció a los franceses) tras su cierre, aunque se comenta que puede convertirse en una universidad o un parque tecnológico. Lo que sí es cierto es que el nuevo aeropuerto de Brandeburgo servirá para que Lufthansa multiplique el número de operaciones desde Berlín hasta llegar a cincuenta; entre ellas habrá nuevas conexiones con varias ciudades españolas: Barcelona, Valencia, Palma de Mallorca y Málaga.

Es un buen momento para planificar una escapada a esta ciudad. Os proponemos cuatro ideas o ángulos diferentes para conocer Berlín más allá de su famosa Puerta de Brandenburgo, sus museos históricos o la imprescindible avenida Unter den Linden.

1. El Berlín del diseño y la moda

Berlín inspira, y esto se nota en la capacidad de la ciudad para generar nuevas ideas y renovar el diseño de moda, muebles o productos industriales. Por ello, la Unesco nombró en 2006 a Berlín “Ciudad del Diseño”, reconociendo el potencial de la capital alemana para crear tendencias y poner en marcha una cantera de nuevos diseñadores e ideas renovadoras.
En Berlín podremos encontrar festivales creativos, estudios de diseño de moda, muebles o productos industriales, centenares de tiendas, agencias de creatividad y más de 3000 estudiantes en programas relacionados con el diseño, en centros como la Escuela Superior de Arte, la Academia de Diseño de Berlín, la Escuela Superior de Comunicación y Diseño (FH) o la Berliner Technische Kunsthochschule (btk). Los interesados en el diseño, pueden conocer las últimas tendencias, los diseñadores en boga o las escuelas y universidades en las que cursar estudios, en la web de Visit Berlín

En el barrio de Mitte podremos descubrir las tiendas más caras del diseño convencional, pero también la vanguardia del diseño berlinés en lugares como la tranquila calle MulackStrasse, donde encontraremos a los últimos diseñadores del momento. En esta zona están también muchas de las numerosas galerías de arte de la ciudad.

2. El Berlín alternativo y artístico

Desde la caída del muro, Berlín es sin duda la ciudad más libre y creativa de Europa, famosa por su espíritu joven, libre y desenfadado y por generar nuevas tendencias alternativas, y a veces radicales, tanto en arte como en teatro o música.
Hay centenares de clubs nocturnos que no tienen horario, casi 4000 manifestaciones culturales y artísticas de todo tipo al año y más de 20 000 artistas que viven gracias a la actividad de 440 galerías. Para ver este Berlín creativo solo hay que acercarse a alguno de sus barrios más vanguardistas y alternativos.
Una de las nuevas zonas de moda son los patios de Hackescher Markt, cerca de Alexanderplatz y de la estación de Hackescher Markt. Se trata de un bloque de edificios, de 1906, con ocho patios, cada uno con un estilo diferente y diseñados por distintos arquitectos. En estos patios podremos encontrar una de las tiendas de moda más a la última, Berlin Fashion Network, que funciona como difusor de los nuevos talentos de la ciudad, o Lumas, un gran establecimiento dedicado a la fotografía. Destaca entre todos el patio Endellscher, diseñado por el arquitecto modernista August Endell, que alberga bares, restaurantes y el cabaré Chamäleon.
Muy cerca de allí, en el nº 39 de la misma calle, podemos ver uno de los últimos patios al estilo del Berlín comunista que quedan en la ciudad: el callejón Haus Schwarzenberg, un rincón que pretende ser un “espacio libre” y un “modelo de autoorganización”. Es el paraíso de los graffitis, con una tienda de cómics, la galería Neurotitan y el curioso Monster Kabinett, una galería instalada en un sótano en la que se mezcla arte y tecnología, además de ser un bar típicamente alternativo y berlinés.

Hay otros dos barrios llenos de arte y ambiente cool en el este de Berlín: los alrededores de la estación de Hamburger y el barrio multicultural de Kreuzberg. La avenida Kastaninen Alle, en la zona de Prenzlauer Berg no muy lejos de los citados patios de Hackescher, es el lugar donde hay que ir si se busca el nuevo ambiente alternativo berlinés. Hay cientos de comercios alternativos, restaurantes diferentes y hasta un jardín de cerveza (en verano). En esta zona se abrió el primer bar gay del este de Berlín, escondido en uno de los miles de patios interiores que caracterizan la ciudad. Aquí aún resiste una casa de okupas, tal vez la más conocida de Berlín, referencia artística y turística, que avisa en un cartel que los emigrantes son bienvenidos pero no los turistas, sobre todo los que sacan fotos. Hay otras casas okupas en Berlín, como el centro Kopen, en la calle Kö Penicker, que puede ayudar a conocer la cara más alternativa de la ciudad.

Y hay mucho más: bares populares como el Bar 103 o el Der Imbiss, restaurantes vegetarianos autogestionados, como el Mongerrot, o puestos de salchichas curry (currywurts), tan famosos como el que hay bajo la estación de metro elevada de Eberswalder.

Pero el Berlín más alternativo está en Kreuzberg, el llamado “barrio turco”, donde podremos encontrar muchos restaurantes diferentes, tiendas curiosas y locales nocturnos. Es en este barrio y en Friedrichshaim donde se concentran los artistas de Berlín.
Para completar el recorrido por el Berlín alternativo sugerimos dormir, o acercarnos a ver, el original hotel Luise Kunsthotel, una galería de arte donde se puede dormir en alguna de sus 50 habitaciones decoradas por artistas. Está situada en un palacio clásico de 1825, con vistas al Reichstag y a orillas del río Spreee, a unos minutos de la vía principal de Unter den Linden y la Puerta de Brandeburgo.

3. El Berlín del muro

Pese a haber transcurrido más de treinta años desde su caída, el Muro de Berlín sigue siendo uno de sus grandes reclamos turísticos. Se puede hacer un recorrido por el Berlín de Muro, comenzando por los graffitis de la East Side Gallery, un verdadero museo al aire libre. Las creaciones no son las originales, ya que las autoridades mandaron reconstruirlo y pintarlas de nuevo y muchos de los artistas que habían realizado las primeras pinturas se negaron a rehacerlas. Pese a todo es muy interesante recorrer este muro de más de un kilómetro lleno de alegatos por la paz y sobre la reunificación de la ciudad, y con imágenes ya tan famosas como la del beso entre Breznev y Honecker. Antes de llegar hasta esta zona del muro, encontraremos otro espacio también al aire libre: Slaam, un recinto alternativo con vistas al río Spree, ideal para descansar mientras disfrutamos del arte urbano que decora el lugar.
Desde el punto de vista turístico hay varias zonas donde poder ver o recordar el antiguo Muro de Berlín, como el conocido Chekpoint Charly o la Bernauer Strasse donde se puede visitar el Centro conmemorativo del Muro, construido en el año 1998 “en memoria a la división de la ciudad desde el 13 de agosto de 1961, hasta el 9 de noviembre de 1989 y en conmemoración a las víctimas de la dictadura comunista”. Allí los arquitectos Kohloff & Kohloff de Stuttgart conservaron en aquel momento sesenta metros de la antigua franja de la muerte. La Bernauer Strasse se hizo famosa porque el 13 de agosto de 1961, de un día para otro, sus vecinos vieron como se levantaba un muro que les separaba de sus familiares y amigos del otro lado. Los vecinos fueron testigos de como muchas personas, sumidas en la desesperación, saltaron desde las ventanas de sus pisos hacia Berlín Occidental y pagaron por ello con su vida. Pero en la Bernauer Strasse también hubo huidas exitosas y muchas cámaras de foto y de video recogieron estos momentos para la historia. Entre las calles Schwedter Strasse y Strelitzer Strasse, a lo largo de la Bernauer Strasse, los paseantes pueden ver cuatro placas de la milla histórica del Muro de Berlín que marcan los puntos de varios intentos de huida.
Por ultimo, Berlín propone a los nostálgicos del Muro un recorrido por el llamado "camino del Muro de Berlín" realizado entre 2002 y 2006 siguiendo la línea de las instalaciones fronterizas de la ex RDA con Berlín Occidental. Rodea a lo largo de aproximadamente 160 kilómetros la que fue la mitad occidental de la ciudad dividida. Es una ruta señalizada para peatones y ciclistas que transcurre en su mayor parte por el antiguo camino aduanero de Berlín Occidental o por el que las tropas fronterizas de la RDA construyeron para el patrullaje motorizado de la frontera. El camino pasa por sectores de interés histórico donde todavía se pueden ver restos del muro y a lo largo del trayecto hay indicaciones, mapas de más de 40 paneles en varios idiomas sobre la división de Alemania y sobre la construcción y la caída del Muro de Berlín. Para la planificación de la excursión en bicicleta o a pie, el camino del Muro de Berlín está dividido en 14 tramos de una longitud entre 7 y 21 kilómetros. Hasta los puntos de inicio y final se puede llegar fácilmente en transporte público; además, se puede transportar bicicletas en el metro (S-Bahn, U-Bahn) y en los trenes regionales (Regionalbahn).

4. El Berlín noctámbulo

Con la caída del Muro, Berlín recuperó la fama de ciudad noctámbula y divertida que tuvo en el periodo de entreguerras y la diferenciaba del resto de las ciudades alemanas. Además, Berlín es una ciudad barata que permite divertirse a lo grande. En las numerosas zonas industriales del antiguo Este se han convertido fábricas, naves industriales o estaciones eléctricas en prestigiosos clubs de música electrónica, como el Berghain / panorama, que es el paraíso de los amantes del mejor techno.
Berlín respira música electrónica por todas partes: hay tiendas de discos repletas de vinilos de los años cincuenta y sesenta, simples cervecerías donde no falta un DJ, clubs que no cierran en toda la noche. También hay música rock en numerosos locales con música en directo, como el White Trash, en el que se puede cenar con una actuación en directo, o el Club María, donde actúan los grupos de moda. También a la última están el Feuermelder o el Delicious Denoughts. Junto a estos locales a la última están los típicos bares, los kneipen, que sirven de punto de reunión a los berlineses para beber cerveza y schnaps.
Quienes prefieran las grandes discotecas, no pueden perderse el famoso Panorama Bar con varias plantas, o el Sage Club, un laberinto de pistas de baile instaladas en parte de una estación de metro y con diferentes ambientes. La propia oficina de turismo cuenta con un “buscador de clubs” que organiza la amplia oferta nocturna de la ciudad (más de 500 locales) por estilos de música, actitudes e incluso “políticas de entrada”.
En el siguiente enlace, se pueden encontrar algunos de los famosos clubs de la ciudad: http://www.clubmatcher.de/

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