Oporto alternativo

Texto por
Lola Escudero
Oporto, Portugal
José Manuel Gómez Benítez

10 formas de descubrir la otra cara de Oporto

La segunda ciudad de Portugal, antaño sombría y melancólica, protagoniza un extraordinario renacimiento con propuestas artísticas, gastronómicas y culturales desde hace algunos años. Arte contemporáneo, música de todas las tendencias y locales a la última conviven con clásicos encantos, como el vino y el ambiente bohemio. A continuación, el descubrimiento de diez facetas que aportan una visión diferente de la ciudad.

1. En busca de azulejos

Azulejos de Oporto, Portugal

Uno de los tantos ejemplos de azulejos que hay en Oporto © dimbar7 / Shutterstock

 

Oporto posee unos sorprendentes azulejos que narran historias en las antiguas paredes de la ciudad. Una de las mayores y más exquisitas exhibiciones de azulejos es el magnífico panel de 1912 de Silvestre Silvestri que ilustra la leyenda de la fundación de la orden carmelita, y que cubre la Igreja do Carmo. La segunda gran muestra de azulejos se encuentra en la Capela das Almas, en la peatonalizada Rua Santa Catarina. Sus espléndidos paneles muestran escenas de la vida y muerte de varios santos, como san Francisco y santa Catalina. Curiosamente, Eduardo Leite pintó los azulejos con el estilo clásico del s. XVIII, aunque datan de 1929.

Escondido en el interior de la , en el piso superior del claustro al que se llega por una escalera diseñada por Nasoni, se halla la obra maestra en azulejos del siglo XVIII de Vital Rifarto, que ilustran profusamente escenas del Cantar de los cantares. Junto a la Avenida dos Aliados se encuentra la estación de tren de São Bento. Acabada en 1903, parece importada directamente del París del siglo XIX, gracias a las mansardas de su techo y a una impresionante fachada de piedra. Aunque su verdadero atractivo son los espectaculares azulejos del vestíbulo principal: diseñados por Jorge Colaço en 1930, unos veinte mil azulejos muestran escenas de batallas históricas, como la conquista de Ceuta por parte de Enrique el Navegante, y de la historia del transporte.

Por último, la modernista y policromática Ribeira Negra de Júlio Resende, es una muestra más actual del arte del azulejo. Celebra la vida en el distrito de Ribeira en un enorme mural que se creó en 1987 y está en la boca del túnel que da al nivel inferior del Ponte de Dom Luís I.

 

2. En busca de graffitis

En Oporto, el graffiti brilla por doquier. Extrañas palabras retorcidas plasmadas en un lenguaje visual que todo el mundo ve y pocos comprenden. Estos garabatos tridimensionales aparecen en las puertas de los garajes, en las antiguas paredes que se desmoronan, en los cristales de escaparates vacíos y en descuidados estucos. Puede que se trate de un ciclo artístico posmoderno y evolutivo, en el que la ciudad elige las reliquias que merece la pena conservar y deja que los artistas callejeros se encarguen del resto. Normalmente lo hacen con llamativas letras fosforescentes que se funden en una firma, otras veces con líneas rectas y trazos claros: una peregrinación hecha con plantilla aquí, un bodhisattva con manto allá, para intentar hacernos ver las cosas de otra manera.

Estos “alegatos” (¿de qué otra forma podrían llamarse?) permanecen intactos durante días, semanas y a veces años. No hay forma de evitarlo, cuando la tolerancia al grafitti está tan generalizada, se convierte en una especie de celebración pasiva. Y en Oporto, el arte del grafitti merece celebrarse. Es masivo, omnipresente y espectacular, sobre todo en la estación de metro de Lapa.

 

3. En busca de la mejor música

Casa da Música, Oporto, Portugal

Cassa da Musica, Oporto © Massimiliano Scarp / 500px

 

Grandiosa y minimalista, sofisticada, pero populista, soñada por la nobleza local y querida por jóvenes bohemios, skate punks y ravers, la Casa da Música (Avenida Boavista 604) de Oporto se ha convertido desde 2005 en uno de los hitos de la ciudad. Parecida a una gigantesca roca de cristal en bruto, su exterior de cemento color gris perla es a la vez rigurosamente geométrico y atrevidamente asimétrico. Pero ese monolítico revestimiento nos prepara para los sorprendentemente variados placeres que proporciona su interior.

En el corazón del edificio hay una clásica sala de conciertos, diseñada para albergar desde duetos de jazz a la novena de Beethoven. El resto de las salas –desde aulas de ensayo para grupos o estudios profesionales para pruebas de sonido hasta un salón VIP inundado de luz– se distribuyen alrededor del vestíbulo central con una progresión de trapezoides y ángulos agudos. Da la impresión de que el arquitecto Rem Kookhaas hubiera arrugado y retorcido deliberadamente las sombrías formas del alto modernismo, y después hubiera añadido toques narrativos como azulejos y mobiliario dorado, aunque siempre refractado a través de su peculiar visión.

Ofrece conciertos la mayoría de las noches del año, desde música clásica a jazz, fado o música electrónica (se recomienda alguna de las raves que duran toda la noche, muy populares entre los entusiastas locales del ritmo), y ocasionales conciertos en verano organizados en la plaza contigua. También ofrece circuitos en inglés, guiados por estudiantes de la escuela de arquitectura de Oporto. Otras formas de interactuar con el espacio son, por ejemplo, tomar un café o una comida ligera en el Bar dos Artistas, en el primer piso, subir al séptimo para disfrutar de una excelente cena en el elegante Restaurant Casa Da música, o conectarse en la digitopia, con 12 asientos en el vestíbulo en los que se pueden acariciar teclados conectados a ordenadores Mac repletos de programas de mezclas y ritmos, y luego llevarse un cd de demostración gratis.

 

4. En busca de arte contemporáneo

En un frondoso y opulento barrio junto a la Avenida da Boavista, el Museo de Arte Contemporáneo es la otra gran obra de arquitectura contemporánea de Oporto. Diseñado por el arquitecto Álvaro Siza Vieira, vecino de la ciudad, es una construcción minimalista de amplios espacios encalados, bañados por luz natural.

La mayor parte del museo está dedicada a exposiciones vanguardistas, aunque también hay una excelente colección permanente que expone obras de finales de la década de 1960 a la actualidad. La entrada incluye la visita a la cercana Casa de Serralves, una encantadora mansión art déco que también organiza exposiciones temporales.

Ambos museos se encuentran en el amplio Parque de Serralves, un bucólico jardín con estanques de nenúfares, rosaledas y detalles caprichosos. El conjunto está a unos 4 km al oeste del centro de la ciudad.

 

5. En busca de playas

Playa de Matosinhos, Oporto, Portugal

La playa "surfera" de Matosinhos, Oporto © AdriennePitts / Lonely Planet

 

Los vecinos de Oporto suelen salir los fines de semana a las cercanas playas de Vila do Conde, a unos 33 km al norte de la ciudad y a las que se puede llegar en metro. Las mejores son la Praia da Forno y la Praia de Nossa Senhora da Guia, anchas, doradas y pintorescas. Los surfistas acuden sobre todo la playa de Matosinhos y a la zona cerca del Castelo de Sao Joao Baptista, del siglo XVII, en la desembocadura del río, una fortaleza convertida hoy en un hotel de lujo.

 

6. En busca de sitios de ambiente

Los gays y lesbianas de Oporto son muy discretos en la calle pero se desmelenan en los numerosos locales nocturnos que frecuentan. La mayoría se agrupa en los alrededores del Jardim da Cordoaria. La fiesta del orgullo gay se celebra el primer o segundo fin de semana de julio. Casi todos los locales de ambiente son mixtos, como Zoom (Beco Passo Manuel), en un antiguo almacén y una de las mejores pistas de baile gay del momento, Pride Bar (Rua do Bomjardin), otro de los favoritos con música en directo y espectáculos, Café Lusitano, de ambiente íntimo y con clientela gay y heterosexual, o Boys’R’Us, en donde se pincha música pop y electrónica, con buen ambiente a partir de la 1.00 h.

 

7. En busca de libros

Livraria Lello de Oporto, Portugal

Livraria Lello de Oporto © Kiev.Victor / Shutterstock

 

En todas las listas de las librerías más bellas del mundo figura la Livraria Lello de Oporto (Rua das Carmelitas 144). Incluso si no se buscan libros, no hay que perderse esta creación gótica de 1905 abarrotada hasta el techo de ejemplares nuevos, de segunda mano o raros. Subiendo su sensacional escalera hay un agradable café.

Otra librería que merece la pena es la Livraria Chamme da Mota (Rua das Flores 28), sobre todo para los amantes de la poesía. Es un placer hojear sus volúmenes encuadernados en cuero, sus postales antiguas y sus partituras.

 

8. Oporto bohemio

Para hacerse una idea del ambiente bohemio de Oporto, se recomienda dar un paseo desde dos manzanas al norte de la Igreja do Carmo hasta la Rua Miguel de Bombarda. Continuando por esa calle hacia el oeste se pasa por numerosas galerías de arte, algunos cafés, tiendas de curiosidades y discos y algunas originales boutiques de diseñadores locales. El barrio está mucho más animado por la tarde y a primeras horas de la noche, en especial cuando se acerca el fin de semana.

 

9. En busca de vinos

Bodega de vinos oporto Graham’s Port, Oporto, Portugal

Bodega Graham's Port de Opoto © Professional / Shutterstock

 

Pero lo que todos buscan en Oporto es su famoso vino, de intenso sabor, sedosa textura y tentadora dulzura. Hay una gran variedad de oportos e incluso los no entendidos aprenden rápidamente a diferenciar un tawny añejo de un late-bottled vintage. Para aprender podemos ir a alguna de las bodegas de Vila Nova de Gaia, o probar las degustaciones que ofrece el famoso Solar do Vinho do Porto, una casa del siglo XIX junto al Palacio de Cristal, rodeada por un pintoresco jardín con vistas al Duero.

En la cercana Vila Nova de Gaia se encuentran las bodegas ribereñas que compiten por atraer a clientes, con innumerables sucursales en las que ofrecen degustaciones. Desde mediados del siglo XVIII, los embotelladores y exportadores de vino de oporto están obligados a mantener allí sus “delegaciones”, básicamente almacenes reformados; en la actualidad hay unas sesenta, de las que unas veinte ofrecen degustaciones. Las más famosas son las de Taylor’s (con unas fantásticas vistas de Oporto, circuitos gratuitos y un buen restaurante), Graham’s Port (otra de las bodegas originales fundadas por británicos y muy popular para circuitos y degustaciones), Ramos Pinto (imponente bodega con históricas oficinas) y Sogevinus, dueño de la marca Kopke, entre otras. Fundada en 1638, Kopke es la marca más antigua de la colina, pero su bodega no está abierta al público, por lo que hay que visitar la sala de degustaciones para probar el suavemente caramelizado sabor de un excelente tawny añejo.

 

10. En busca de la mejor información

Y para encontrar todas las pistas, lo mejor es llevar a mano la guía Lonely Planet de Oporto o de Portugal, con un amplio capítulo dedicado a Oporto y la guía de conversación en portugués por si se quiere interactuar con los lugareños.

 

 

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