Siguiendo los pasos de la realeza por Londres

Texto por
Robert Reid, redactor de Lonely Planet
Palacio de Westminster, Londres, Inglaterra
Patryk Kosmider_Shutterstock

Para repasar la historia de Londres como sede de la realeza aquí tenemos un puñado de datos básicos, una breve introducción a todo lo que hay que saber sobre edificios medievales, reinas decapitadas y espantosas pelucas.

Abadía de Westminster

Es imposible quedarse corto al describir el valor simbólico que tiene esta abadía del gótico inglés temprano para la historia y la realeza británicas. Aquí es donde Isabel I y Enrique VIII fueron coronados –como el resto de soberanos ingleses desde 1066 excepto dos– y donde se enterró a la mayoría de monarcas entre 1272 y 1760, entre ellos Isabel I, con su elaborada tumba, y su prima María Estuardo, reina de los escoceses. La visita a la abadía –construida en el s. XI– incluye el paso por el Trono de la Coronación, del s. XIII, y la sagrada Capilla de San Eduardo el Confesor, fundador de la abadía. Además, aquí es donde se casaron Guillermo y Kate el 29 de abril del 2011. 

Palacio de Buckingham

Esta mansión de 661 habitaciones, construida originalmente en 1705 para el Duque de Buckingham, ha sido la residencia de la familia real en Londres desde 1837. Desde los años noventa, se permite la visita –pero solo cuando la Reina está en Escocia, en agosto y septiembre–. El plato fuerte de la visita es la Galería Pictórica, de 76,5 m de longitud, y el espléndido techo artesonado del Salón Azul, de John Nash. En un plano más básico, quizá, está la típica foto del cambio de la guardia, cuando los Foot Guards (“guardias de a pie”) de la Caballería Real efectúan el relevo. Tiene lugar a las 11.30, entre abril y julio, y en días alternos (si el tiempo lo permite) entre agosto y marzo.

Torre de Londres

Este castillo de infausta fama es un lugar eminentemente turístico, pero la visita vale la pena. Los guardias Yeomen, o “Beefeaters”, le dan mucha personalidad al castillo, que data del reinado de Guillermo el Conquistador, en el s. XI. Aquí se encontrarán las Joyas de la Corona, el entarimado por donde rodaron las cabezas de Ana Bolena y Lady Jane Grey, y algunos de los dos millones de turistas que la visitan anualmente. 

Banqueting House

La visita a este Palacio de Banquetes, construido en 1622, es una experiencia memorable por varios motivos: es la única estructura que sobrevive del Palacio de Whitehall (arrasado por un incendio en 1698); el techo está decorado con impresionantes pinturas de Rubens; y es el lugar donde Carlos I fue decapitado tras la Guerra Civil Inglesa, en 1649. Carlos I, que en realidad mandó construir diversos edificios elegantes para mejorar la imagen de Londres en Europa, al menos se ahorró el humillante viaje a la Torre de Londres para su ejecución. Tal como cuenta A. N. Wilson, autor de Londres: historia de una ciudad, “prácticamente la última visión del Rey… debieron de ser las magníficas pinturas del techo de Rubens”. Así que también se puede pensar eso. A diferencia de muchos de su misma época, Carlos I fue ejecutado de un solo hachazo. 

Catedral de San Pablo

La catedral, de 1710, es una de las obras maestras de Christopher Wren, que la construyó en lugar de la que quedó destruida por el Gran Incendio de 1666. Sobrevivió a las demoliciones de la época victoriana, acogió el funeral de Winston Churchill y también la boda de Carlos y Diana. Uno de los mejores motivos para visitarla, no obstante, son los 530 escalones que llevan a la cúpula, que ofrece una de las vistas más espectaculares de Londres. 

Palacio de Kensington

La habitante más famosa en los últimos tiempos de este palacio, predilecto de Guillermo y María de Orange, construido en 1605, fue Diana, que se instaló en él tras su separación del Príncipe Carlos. Contiene una colección de arte que incluye varios Van Dyck, y una bonita Sala de la Cúpula, donde se bautizó a la Reina Victoria (que nació aquí, en Kensington, en 1819). 

National Portrait Gallery

La magnífica Galería Nacional de Retratos pone rostro a los nombres de más de cinco siglos de historia británica, pero los turistas interesados en la realeza deberán pasar por alto el amplio surtido de duques y condes (¡vaya nimiedad!) para concentrarse en los monarcas, distribuidos por regiones. Entre lo más destacado hay dos retratos de Isabel II por Andy Warhol y la pesada peluca que tanto le gustaba a Carlos II. La entrada es gratuita (y si el circuito por el Londres de la realeza empieza a dejar un gran vacío en el bolsillo, el artículo de Lonely Planet 20 cosas gratis para hacer en Londres siempre está ahí para aliviar la situación).

Queen's House

Residencia real alternativa en Greenwich, en un edificio palladiano de 1636 obra de Iñigo Jones, donde se fue a vivir Carlos I. La entrada es gratuita.

King's Road

Vale la pena señalar que este dinámico centro de la moda de los años sesenta, cerca de las paradas de metro de Sloane Square y South Kensington, se llama así por la tendencia de Carlos II a disfrutar de la noche. En el s. XVII, el rey usaba un camino de granja que pasaba por aquí para visitar a su amante, Nell Gwyn, vendedora de naranjas convertida en actriz. Con el tiempo, el camino de las citas clandestinas del rey acabó tomando el nombre de King’s Road.

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