Una aventura épica: descubrir los tres parques nacionales de Islandia

Texto por
Jewells Chambers
Campo geotermal © Martin M303 / Shutterstock.
Uno se queda maravillado ante el variado paisaje de Islandia, como este espectacular campo geotermal © Martin M303 / Shutterstock

El adjetivo “épico” se usa demasiado, pero para describir Islandia es exacto. Desde sus numerosos glaciares y volcanes activos hasta sus atrayentes lagunas termales, esta isla nórdica ha seducido a los aventureros de todo el globo. 

Algunos de los lugares más épicos de Islandia se encuentran en sus espectaculares parques nacionales. Cada uno de los tres que hay en el país tiene su encanto particular, desde montañas coronadas por glaciares y paisajes cubiertos de lava hasta el escenario del primer Parlamento del mundo. En efecto, “épico” es la palabra exacta.


Casa en la costa de la península de Snaefellsness © David Noton / Lonely Planet.

Una solitaria casa blanca monta guardia en la costa de la península de Snaefellsness © David Noton / Lonely Planet.

 

Parque Nacional de Snæfellsjökull

El mejor parque para observar la fauna y admirar paisajes que parecen de otro mundo 

Con anchos paisajes de magma antiguo, acantilados vertiginosos con colonias de aves, montañas coronadas por glaciares y senderos por playas de arena negra, el Parque Nacional de Snæfellsjökull abarca casi todo el espectro de los paisajes islandeses. Un glaciar y un volcán dan nombre a la reserva, situada en la península de Snæfellsnes, en la costa occidental de Islandia

Latente bajo una capa de hielo, este estratovolcán tiene más de 700 000 años e inspiró la novela de Julio Verne Viaje al centro de la Tierra (1868). Es aquí donde los protagonistas de la historia encuentran la entrada para descender al mundo subterráneo. Los senderistas expertos que acometan la empresa de alcanzar la cima (1446 m) recibirán como recompensa unas vistas impresionantes de la tierra y el mar que circundan el volcán… aunque no hay entrada al centro de la Tierra, qué pena.

No hay que olvidarse de las cuevas de Vatnshellir. Estos tubos lávicos de 8000 años solo pueden explorarse con un guía y ofrecen una oportunidad única de conocer los rasgos geológicos de Islandia bajo tierra.

Al caminar por cualquiera de los senderos de la costa se descubren caletas rocosas, campos de lava cubiertos de musgo, abundantes aves marinas, acantilados vertiginosos y un volcán con glaciar, elementos que contribuyen a la belleza del Parque Nacional de Snæfellsjökull.
 

Cómo visitar el Parque Nacional de Snæfellsjökull

Al parque se puede llegar fácilmente en coche desde Reikiavik en una excursión de un día, aunque es muy recomendable dedicarle más tiempo.
La entrada es gratuita, pero está prohibido acampar y pernoctar. Si se quiere acampar, hay campings cercanos en otros parajes cercanos a Snæfellsnes.

 

Buceo en la fisura de Silfra © nudiblue / Shutterstock.

Una experiencia increíble: bucear en las aguas cristalinas de la fisura de Silfra en el Parque Nacional de Þingvellir © nudiblue / Shutterstock.

 

Parque Nacional de Þingvellir

El mejor por su importancia histórica y espectaculares formaciones geológicas

Es coherente en cierto sentido que el lugar elegido para instituir el primer Parlamento del mundo sea también el lugar donde se juntan dos placas tectónicas. La colonización de Islandia se inició en el s. X, y cuando la población empezó a crecer, los jefes de las tribus necesitaron un lugar donde reunirse, dirimir sus diferencias y establecer las leyes. Þingvellir no fue elegido por su importancia tectónica, sino por su situación en el centro de la isla. Y así nació el primer Parlamento del mundo, el Alþingi (pronúnciese ál-zin-kii).

El lugar se encuentra sobre la dorsal mesoatlántica, una zona donde las placas tectónicas de América del Norte y Eurasia se separan 2 cm cada año. Si Islandia no registrara bajo su superficie una actividad volcánica continua que le aporta lava nueva, acabaría resquebrajándose.

Los primeros parlamentarios de Islandia quizá desconocían la importancia geológica de Þingvellir, pero tenían buen gusto para elegir dónde reunirse: la zona se caracteriza por acantilados escarpados, una cascada y pintorescos senderos impregnados de historia.

Los visitantes del parque acaban con frecuencia caminando por el Almannagjá, el estrecho valle que marca el límite de la dorsal mesoatlántica. Es un sendero rodeado por majestuosos paredones rocosos y hierba cubierta de rocío, y una de las inolvidables localizaciones de Juego de tronos.

En cuanto a las actividades que pueden practicarse en el parque, el buceo con tubo y el submarinismo en las aguas cristalinas de la fisura de Silfra son casi obligados para los más curiosos. Y si se prefiere pisar tierra firme, no menos espectacular es acometer alguna ruta de senderismo.

Cubierto de nieve o iluminado por el Sol de medianoche, la belleza de Þingvellir no decae en todo el año.

 

Cómo visitar el Parque Nacional de Þingvellir

Situado en la parte sur de Islandia, este parque es una de las tres paradas principales de la ruta del Círculo Dorado.

Hay dos maneras de llegar a él: en coche o en un circuito guiado. Por desgracia, no hay transporte público.

Afortunadamente, el parque queda cerca de la animada capital, Reikiavik. Se tarda unos 45 min en llegar desde la ciudad.

La entrada es gratuita, pero hay que pagar 750 ISK (unos 5 €) al día por aparcar.
Está permitido acampar en un par de zonas, pero hay que obtener un permiso en el centro de información al llegar. 

 

Cuevas de hielo de Vatnajökull RLawall/Shutterstock.

Maravillosa cueva de hielo en el Parque Nacional de Vatnajökull ©Elli Thor Magnusson/Getty Images

 

Parque Nacional de Vatnajökull

El mejor parque para ver formaciones glaciares y caminar

Con 14 141 km2 de superficie (el 14% del país), el Parque Nacional de Vatnajökull es el segundo más grande de Europa. Toda esta extensión de tierra da para muchas exploraciones, desde volcanes (hay nada menos que 10 dentro del parque) hasta cañones labrados por inundaciones glaciares y cascadas atronadoras.

Los incomparables paisajes del parque y la proximidad de la fauna merecen las 4 h de trayecto en automóvil (como mínimo) desde Reikiavik. Hacer noche deja tiempo adicional para admirar toda esta naturaleza esplendorosa y vivir aventuras inolvidables.

Si hay un atractivo natural que no puede uno perderse al visitar el Parque Nacional de Vatnajökull, es la laguna glaciar Jökulsárlón. El derretimiento del cercano Breiðamerkurjökull, lengua glacial del Vatnajökull, crea icebergs impresionantes que flotan en la laguna. En su lenta deriva por la laguna camino del mar, algunos quedan varados en la orilla, al otro lado de la carretera. Al caminar por la arena negra se contemplan fragmentos de icebergs diseminados por la llamada, por eso mismo, playa de los Diamantes.

La laguna y la playa son dos de los lugares preferidos por muchos de quienes visitan Islandia, y al recorrer estos parajes se entiende por qué. En el Parque Nacional de Vatnajökull se podrán explorar majestuosas cuevas de hielo, caminar sobre un glaciar, recorrer senderos paisajísticos y quedar hechizado por unas vistas panorámicas sin parangón en el mundo.
 

Cómo visitar el Parque Nacional de Vatnajökull

Como mejor se llega es en coche, porque queda frente a Reikiavik, pero al otro extremo del país. Si se hace el viaje por la carretera de circunvalación, asombra el número de miradores que jalonan el camino.
La entrada es gratuita, pero hay que pagar 600 ISK (4 € aprox.) al día por aparcar.

Los campings del parque abren todo el año, pero los visitantes deben registrarse antes de acampar y pagar a la mañana siguiente. 
 

 

 

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