Qué comer y dónde cómer en Oporto en un día
Cuando se trata de talento culinario, Oporto tiene pocos rivales en Portugal. Con el Atlántico a sus pies, los viñedos del Duero al este y las carnes ahumadas de los fumeiros y los quesos intensos de Trás-os-Montes, la ciudad dispone de los mejores productos regionales.
Así que, a desabrocharse el cinturón para disfrutar de los mejores restaurantes de Oporto: este será un día ideal para los amantes de la buena mesa.
1. Mañanas de mercado
El día puede empezar con un cimbalino (expreso) en Café Christina (Rua de Sá da Bandeira 401), que sirve uno de los mejores cafés de Oporto desde 1804. Enfrente se encuentra el Mercado do Bolhão, el glorioso mercado cubierto del s. XIX, de hierro forjado, que vende fruta, hortalizas, olivas, queso, pan, carnes y salchichas ahumadas hechas de todas las partes posibles del cerdo. El mercado también tiene puestos económicos para tomar un tentempié a base de pastelitos calientes, sardinas o pescado fresco del Atlántico, y beber un vinho. Los mejores momentos para visitarlo son el viernes y el sábado por la mañana.
Oporto, Mercado do Bolhão © Céline Colin - www.flickr.com/photos/celine181/16387566949
En esta parte de la ciudad, en Rua Sá da Bandeira, están también los colmados antiguos. Casa Ramos, en el número 347, está repleta de judías, bacalhau y salchichas alheira a granel; y un par de números más abajo, en el 343, Casa Chinesa vende desde pescado enlatado hasta frutos secos, grano, pimientos piri-piri y broa de Avintes (un denso pan de maíz y centeno).
2. Qué almorzar en Oporto
Oporto es la cuna de la francesinha, un enorme sándwich abierto relleno de linguiça (salchicha de cerdo ahumada al ajo), carne asada y jamón, cubierto de queso y con un huevo frito, y bañado en salsa de cerveza. Una de las mejores la sirven sin solemnidades y con una sonrisa en Cafe Santiago. Otra delicia para la que hay que tener ambas manos libres es la ‘tosta Terylene’, un bollo relleno de carne de cerdo marinada que en Flor dos Congregados sirven con una copa de Tinto Bruto (un tinto espumoso). Escondida en una calle estrecha, esta taberna familiar tiene paredes de piedra y vigas de madera.
Los fans del pescado pueden tomar el pequeño barco de madera en Cais do Ouro (cerca del Ponte da Arrábida) y cruzar el Duero hasta Afurada, una refrescante visión del Portugal de toda la vida, con pescadores que venden la pesca del día, y que en Taberna São Pedro preparan a la brasa, servida con un refrescante vaso de vinho verde.
3. La hora de la cata
Para descubrir de dónde viene el nombre de Oporto, se puede cruzar el Ponte Dom Luís I hacia Vila Nova de Gaia, un barrio para remontarse al s. XVII, a los comienzos de la producción de oporto, cuando los británicos mezclaron un poco de brandy con vino fermentado y crearon un sabroso licor de sobremesa. Las majestuosas bodegas se encaraman por la colina desde el río y organizan circuitos entre barriles y catas. Para descubrir el porto se puede visitar el moderno Espaço Porto Cruz, con muestras y catas (tres oportos, 5 €) en un edificio ribereño restaurado del s. XVIII. La terraza de la azotea ofrece grandes vistas del centro histórico al otro lado del río.
Oporto, bodegas Taylor's © Véronique Mergaux - www.flickr.com/photos/veronique-mergaux/6337589513
Vila Nova da Gaia tiene muchas bodegas en el puerto y recomendar solo una es complicado, pero la venerable Taylor’s, que sirve algunos de los mejores oportos desde 1692, es un clásico. Un circuito guiado (5 €) por sus impresionantes bodegas –que nadie se pierda la espectacular tina de 100 000 l de vino Late Bottled Vintage– incluye una cata de tres oportos (un blanco extra seco, un reserva y un tawny de 10 años) en la biblioteca.
Si el viajero prefiere el vino al oporto, que vaya directo a ViniPortugal, en el espléndido Palácio da Bolsa, de estilo neoclásico, donde una enocard de 2 € permite catar entre dos y cuatro vinos de una selección de 12 procedentes de diferentes regiones portuguesas. Una opción más recogida es Prova, un espectacular bar de vinos-sala de catas con un propietario, Diogo Amado, que contagia su pasión. Es un experto en vinos y explica las sutiles diferencias entre los vinos regionales.
4. El café de media tarde
Si después del vino apetece una dosis de cafeína, el Café Majestic, de estilo art noveau, transporta al viajero a una era más glamurosa con su opulento interior de molduras doradas, espejos y camareros elegantes. El reformado café-pastelería Leitaria da Quinta do Paço, de los años veinte, es un trocito de París en Oporto. Sus éclairs, ligeros y rellenos de crema, son una preciosidad, con sabores que van del clásico limón al queso azul, manzana e hinojo o chocolate con oporto.
5. Mesa para cenar en Oporto
Un paseo por el corazón del barrio de Ribeira de Oporto y sus callejones abre el apetito. Antes de cenar se puede tomar un aperitivo y unos petiscos (tapas) en Wine Quay Bar, con vistas de palco al río y al Ponte Dom Luís I, que une Oporto y Vila Nova de Gaia, donde las bodegas del puerto se iluminan una a una. O codearse con gente de moda en el Café Candelabro, una librería renacida de estilo bohemio-moderno.
Oporto, gastronomía de The Yeatman Taylor's © www.the-yeatman-hotel.com
Oporto ha subido el listón culinario. Para descubrirlo, se puede ir al elegantísimo DOP, donde Rui Paula dirige la cocina. El menú degustación de ocho platos es un canto a las estaciones. El animado y sencillo Cantinho do Avillez es de estilo bistró y sirve ricos platos típicos como cerdo negro del Alentejo con patatas fritas, cilantro y ajo.
Y si apetece un poco de romanticismo rústico, conviene tomar un taxi al norte de la ciudad para ir a O Paparico, donde cocinan a la perfección platos como la ternera con setas silvestres o el arroz con rape, y los sirven a la luz de las velas. Desde lo alto de un cerro y con cinco estrellas, The Yeatman combina una cocina innovadora con las titilantes luces de la ciudad. Azotado por las olas, Foz do Douro, al oeste, tiene dos ases culinarios en la manga: Pedro Lemos, con estrella Michelin, y Boa Nova Tea House, en un bonito paraje sobre el Atlántico, que destaca por sus platos de marisco.
6. Delicias de Oporto para llevar a casa
Para que el sabor de Oporto dure un poco más, se puede pasar por la Central Conserveira da Invicta (Rua do Bonjardim 136) a comprar pescado enlatado con un packaging de diseño retro. En todas partes venden oporto, y la mayoría de las tiendas se ocupan de enviarlo a domicilio. Es buena idea pasear por Rua das Flores para tomarse un chocolate en Chocolateria Ecuador, que, además, vende chocolate portugués, trufas (incluidas unas con chocolate negro y oporto) y bombones. Arcádia cuenta con una larga y antigua tradición chocolatera y es un buen sitio para comprar bombones, chocolates con oporto Calém y peladillas de licor de almendra, todo muy bien envuelto.
Y si al viajero le apetece dejarse llevar, que se apunte a uno de los excelentes circuitos de medio día de Taste Porto Food Tour, con los que descubrirá el apetitoso panorama gastronómico de Oporto a través de las tascas, colmados, cafés y bares de vinos de la ciudad.
Si después de comer da tiempo para otras cosas...
Los secretos mejor guardados de Oporto