El crisol de las Américas
Belice fue en su día un destino secreto, pero se ha corrido la voz de sus encantos y todo el mundo parece querer ahora un pedacito de este remanso de belleza.
Se encuentran cajeros automáticos con facilidad y la mayoría de los hoteles, restaurantes y tiendas aceptan tarjetas de crédito.
El dólar beliceño (BZD) está vinculado en proporción dos a uno (1 BZD = 0,5 US$) al dólar estadounidense, que se acepta en casi todas partes. A veces, en resorts y hoteles de lujo, los precios se indican en dólares de EE UU.
La tasa por habitación de hotel es del 9%. Los restaurantes están gravados con un impuesto del 12,5%. Algunos hoteles indican sus precios con impuestos incluidos.
Aunque dar propinas no es obligatorio, si un guía, un conductor o un camarero ofrece un buen servicio siempre es un detalle. Algunos hoteles y restaurantes añaden un cargo por servicio obligatorio (de un 10%); en estos casos, obviamente, no hay que dejar propina.
Hoteles Los beliceños no suelen dejar propinas, pero los botones suelen agradecer un detalle.
Restaurantes Redondear la cuenta un 5-10% suele ser una buena propina.
Taxis Los taxistas no esperan propinas.
Guías turísticos En zonas de mucho trabajo los guías están acostumbrados a recibir propinas por buen servicio.
Regatear no es habitual en Belice, a excepción de los mercadillos al aire libre, donde todo es negociable. En épocas de poco movimiento suelen ofrecerse descuentos en habitaciones de hotel, alquileres de carritos de golf y otros servicios turísticos, aunque suele tratarse de una negociación rápida, no de un regateo complicado.
Belice fue en su día un destino secreto, pero se ha corrido la voz de sus encantos y todo el mundo parece querer ahora un pedacito de este remanso de belleza.