Explora lo mejor en viajes 2024
Los románticos del s. XIX encontraron la belleza absoluta y la inspiración espiritual en la ciudad universitaria más antigua de Alemania, al igual que Mark Twain, quien quedó hechizado por las ruinas de su castillo encaramado en una colina. Generaciones de alemanes han asistido a clase, han cantado jarra de cerveza en mano, han grabado sus nombres en las mesas de las tabernas y, algunos, han terminado en la cárcel de estudiantes. Todo ello ha dejado huella en la ciudad actual, donde las tradiciones sobreviven junto a proyectos de investigación de alta tecnología, eventos culturales y una estridente oferta noctámbula.