Lo Imprescindible

Chocolate

© Matt Munro_Lonely Planet
The Chocolate Line, Brujas, Bélgica

En 1857 el suizo Jean Neuhaus abrió una confitería en las Galeries St-Hubert de Bruselas, y allí sigue. A su hijo se le atribuye la creación, en 1912, de la delicia más típicamente belga, el praliné, un bombón de chocolate relleno. Los chocolates belgas siguen siendo los mejores del mundo por su empeño en usar manteca de cacao al 100%, y todas las ciudades cuentan con sus chocolatiers, una suerte de templos donde dependientes con guantes llenan cajas ballotin con selecciones para cada cliente.

 

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