San Kevin conocía un par de buenos trucos de magia. Cuando eligió como retiro monástico una cueva remota en un lago glacial enclavado en la base de un valle boscoso, fundó sin saberlo un asentamiento que luego resultaría ser una de las universidades más dinámicas de Irlanda, hoy una de las ruinas más bellas del país. Los restos de aquel asentamiento (una torre cilíndrica intacta incluida), combinados con el asombroso paisaje, son inolvidables.