Esta ruta visita Cracovia y Varsovia antes de poner rumbo a la cautivadora ciudad portuaria báltica de Gdańsk. Pese a que el circuito se puede realizar en 10 días, tener alguno más vendrá bien.
Hay que dedicar al menos cuatro días a Cracovia, una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa. Al igual que en el itinerario “Polonia indispensable”, el primer día se recomienda callejear por su casco antiguo. No hay que perderse la basílica de Santa María. El segundo día es para los puntos de interés del castillo de Wawel. Y el tercero, para explorar el barrio de Kazimierz. La última jornada se recomienda visitar las minas de sal de Wieliczka o Auschwitz-Birkenau. Si se dispone de un día adicional, el complejo de montaña de Zakopane (a 2 h en autobús) es una buena opción.
A continuación hay que tomar el tren a Varsovia y pasar allí tres o cuatro días. Contar con un día extra permite disfrutar de los fascinantes museos de la ciudad, así como recorrer sin prisas el casco antiguo y la elegante ul Nowy Świat. Para tomar algo por la noche, una buena opción es el Praga, cruzando el río Vístula. Vale la pena deleitarse con un paseo por el parque Łazienki. Como excursión de un día, son recomendables el palacio Wilanów, 6 km al sur del centro, y el antiguo campo de exterminio nazi de Treblinka.
En Varsovia, tómese el tren a Gdańsk. Su magníficamente restaurado centro histórico, que, al igual que Varsovia, quedó reducido a escombros durante la II Guerra Mundial, vale la pena. Luego hay que bajar por la Ruta Real y no perderse el Museo del Ámbar. Cabe destacar el barrio ribereño y la bella ul Mariacka.
Si es verano y la temperatura lo permite, uno puede darse un chapuzón en Sopot o en la playa de la península de Hel, más tranquila y refinada.