Transilvania, la región más famosa y probablemente la más bonita de Rumanía, está llena de cumbres rocosas, evocadores castillos y animadas ciudades históricas. Este circuito empieza en Bucarest, adonde llegan casi todos los vuelos internacionales.
Se alquila un vehículo en Bucarest o se toma un tren al norte, hacia las montañas, con parada en Sinaia, sede del castillo de Peleş, un par de noches; los montes Bucegi, accesibles en teleférico, son ideales para hacer una excursión.
Se sigue al volante o en autobús más al norte y se pasan otro par de noches en Braşov, una animada ciudad con un centro adoquinado y buena base para la excursión de un día hasta el castillo de Bran.
Si se dispone de vehículo, se duerme en el pueblo sajón de Viscri antes de seguir hasta Sighişoara, cuya espectacular ciudadela fue la cuna de Drácula.
Ahora se va al suroeste para pasar una o dos noches en Sibiu, un importante centro cultural. Con vehículo propio y en verano, vale la pena seguir al sur por la impresionante carretera Transfăgărăşan. Una vez salvadas las montañas, se para en el “verdadero castillo de Drácula”, la ciudadela de Poienari, antes de volver a Bucarest.