En un país donde hacer senderismo por un puerto de montaña a 2500 m es un paseo dominical y los niños de 3 años esquían como si nada, decir que los suizos son deportistas sería quedarse corto: son hiperactivos. ¿Por qué? No hay más que ver el patio de recreo que tienen a su disposición, con picos colosales, ríos bravos y laderas que invitan a las aventuras al aire libre.
En Suiza todo funcionará mejor con un poco de planificación. Hay que tener presente la necesidad de reservar los refugios de montaña con antelación (sobre todo en verano). O escoger una base y planificar excursiones de un día desde allí. Los destinos populares de aventuras también se llenan enseguida, por lo que hay que reservar antes de desplazarse. Se pueden evitar colas y ahorrar dinero comprando los forfaits y alquilando el equipo por internet.
El tiempo en los Alpes es impredecible. Incluso en agosto, en un mismo día pueden sucederse sol, niebla, tormentas y nieve; conviene consultar el pronóstico en www.meteoschweiz.ch antes de salir.
En un país donde cualquier aldea con 10 habitantes y 50 vacas tiene un remonte, la pregunta no es dónde esquiar, sino cómo. Lujoso o básico, alocado o fotogénico, novato o veterano, pista negra o azul, Suiza satisface todos los niveles y preferencias.
Las pistas se clasifican por colores según su dificultad:
Suiza es cara y el esquí no es una excepción. Para reducir costes se pueden evitar las vacaciones escolares y elegir pueblos modestos en vez de estaciones de categoría. Los forfaits no son baratos: unos 70 CHF por día o 350 CHF por 6 días. Añádanse unos 40 a 70 CHF diarios por el alquiler de los esquís y 20 CHF por el de las botas, que pueden reservarse en www.intersportrent.com. El material para niños cuesta más o menos la mitad.
Todas las estaciones grandes tienen escuelas de esquí. Una clase de medio día en grupo ronda los 50-80 CHF. Schweizer Skischule (www.swiss-ski-school.ch) tiene un mapa interactivo de 170 escuelas de esquí por todo el país.
Una ventaja para los aficionados al esquí es el Magic Pass (www.magicpass.ch; adultos/niños 1299/799 CHF), que pretende atraer a esquiadores a los complejos menos conocidos del país. Abarca 25 resorts y es válido para toda la temporada de esquí (nov-abr). A veces hay tarifas promocionales en internet.
En Suiza existen muchas estaciones fantásticas. Las siguientes regiones de esquí son solo una muestra.
Los escarpados Grisones contienen estaciones legendarias. La primera es la chic St. Moritz, con 350 km de pistas bien cuidadas, descensos por glaciares y opciones de practicar freeride. Las estaciones gemelas de Klosters, la bonita, y Davos, la popular, comparten 320 km de pendientes; la última tiene parques y half-pipes excelentes.
Los snowboarders también se lo pasan en grande con los parques de snow, freeriding y el ambiente de après-ski de Laax . Más dirigidas a familias son Arosa y Lenzerheide, en el valle contiguo, con pistas espectaculares para principiantes, de nivel intermedio y amantes del fondo. Para huir de las multitudes las mejores son Pizol, Scuol, Samnaun y Pontresina.
No hay nada como esquiar a la sombra del monte Cervino (Matterhorn en alemán), que se eleva 4478 m por encima de Zermatt . La estación, libre de automóviles, tiene 360 km de pistas panorámicas ideales para el snowboard, el esquí de nivel intermedio y el esquí fuera de pista. Casi igual de bonita es
En el corazón de este paraíso invernal se halla la región del Jungfrau, una belleza alpina que se conserva inmaculada y contiene 214 km de pistas bien cuidadas, desde muy fáciles hasta espeluznantes, con vistas fugaces a los “tres grandes”: el Eiger, el Mönch y el Jungfrau. Grindelwald, Wengen y Mürren ofrecen esquí variado y un ambiente relejado y familiar. Al oeste, la ostentosa Gstaad ofrece 220 km de pistas ideales para el esquí de descenso y en la cercana Glacier 3000 se puede esquiar sobre un glaciar fuera de temporada.
Engelberg , dominada por el monte Tiflis y su glaciar, es la gran desconocida pese a tener pistas con nieve asegurada y un impresionante telón de fondo montañoso. Aquí el verdadero tesoro es el esquí fuera de pista, como en Galtiberg, un descenso en vertical de 2000 m del glaciar al valle. La increíblemente agreste Andermatt es la favorita para la marcha nórdica y el snowboard.
Ya al colgarse la mochila y echar a andar el viajero apreciará la grandeza de este pequeño país: más de 60 000 km de senderos señalizados surcan el territorio.
Para conservar el medio ambiente y la belleza de Suiza, síganse los consejos siguientes.
A los suizos les encanta contar que los 62 500 km de senderos de su país darían la vuelta al planeta 1,5 veces. Y, dada la precisión suiza, los caminos están muy bien señalizados y cuidados. Con todo, se recomienda llevar un mapa topográfico decente y una brújula para caminar por los Alpes. Los senderos están señalizados por colores según su nivel de dificultad:
Los excursionistas alpinos prefieren los senderos de las alturas del Oberland bernés, del Valais y de los Grisones, a menudo con caminatas agotadoras y paisajes magníficos. Las zonas bajas, como la región vinícola de Lavaux y la bucólica comarca lechera en torno a Appenzell, pueden resultar igual de atractivas y son accesibles casi todo el año.
En verano, algunas oficinas de turismo (p. ej. la de Lugano) organizan excursiones guiadas, gratis si se posee una tarjeta de huésped local. Otras zonas, como Davos-Klosters y Arosa, ofrecen en verano transporte gratis a la montaña a cambio de una pernoctación.
Uno de los grandes placeres del excursionismo alpino es alojarse en un refugio de montaña, y el SAC (SAC; www.sac-cas.ch; 20-40 CHF por persona no socios, hasta 28 CHF socios) gestiona 152 de ellos. Es esencial reservar. Afiliarse cuesta entre 80 y 175 CHF al año y da derecho a descuentos en los refugios, rocódromos, circuitos, mapas y guías del SAC.
Si se hace senderismo por las tierras bajas y apetece una vuelta a lo natural hay granjas que ofrecen alojamiento. Están las opciones Agrotourismus Schweiz (031 359 50 30; www.agrotourismus.ch) y Swiss Holiday Farms (031 329 66 99; www.bauernhof-ferien.ch).
Rother (www.rother.de) y Cicerone (www.cicerone.co.uk) publican guías de senderismo regionales para Suiza.
Se pueden planificar excursiones con las rutas, mapas y descargas de GPS de las siguientes:
Un buen mapa es el nacional nº 729 Suiza de Michelin, a escala 1:400 000. Hay un mapa interactivo de senderismo en http://map.wanderland.ch, y www.myswitzerland.com/map ofrece un mapa del país con zoom. Pueden comprarse mapas de calidad aquí:
Los ciclistas cuentan con 9000 km de senderos de ciclismo y 4500 km de rutas de ciclismo de montaña.
Andermatt es una base estupenda para quienes deseen ponerse a prueba en puertos de montaña como Furka, Oberalp y San Gotardo. Dos rutas nacionales fantásticas salen de aquí: una de 320 km hasta Ginebra, que pasa por el glaciar del Ródano y el bucólico Goms, y un recorrido agotador de 430 km que discurre junto al Rin hasta Basilea. Los ciclistas expertos acuden a Lenzerheide y a Klosters y Davos.
Los ciclistas de montaña y de descenso prefieren las estaciones de esquí alpinas como Arosa. Davos y Verbier cuentan con parques de obstáculos.
En todas las ciudades grandes se alquilan bicicletas. Muchas poblaciones ofrecen alquileres gratuitos de abril a octubre gracias a la iniciativa ecologista Schweiz Rollt (Suisse Roule; www.schweizrollt.ch), entre ellas Berna, Zúrich, Ginebra, Martigny, Sion y Neuchâtel.
En las principales estaciones de tren SBB Rent a Bike (041 925 11 70; www.rentabike.ch; medio día/día entero desde 27/35 CHF) dispone de bicicletas de ciudad, de montaña, eléctricas y tándems (35/43/54/80 CHF por día). Por 8 CHF más se puede recoger la bici en una estación y dejarla en otra. Se pueden reservar por internet. Un abono de un día para llevar la bicicleta en los trenes SBB cuesta 20 CHF.
Para estancias más largas merece la pena darse de alta en el sistema público de préstamo de bicicletas PubliBike (www.publibike.ch/en), con casi 100 estaciones de recogida por todo el país y una módica cuota anual. También existe la opción QuickBike, de 24 h. Se gestiona a través de la web.
Suiza es un lugar mítico para el montañismo desde que Edward Whymper escalara por primera vez el Matterhorn en 1865, pese a que una tragedia con una cuerda rota empañara esta hazaña. Los alpinistas expertos tienen a su alcance algunos de los ascensos más duros de Europa: el Monte Rosa (4634 m), el Cervino o Matterhorn (4478 m), el Mont Blanc (4807 m) y el Eiger (3970 m). Los escaladores en hielo acuden a las cascadas congeladas del agreste Kandersteg, mientras que monolitos nevados como el Piz Bernina atraen a escaladores a Pontresina.
Los rocódromos de Chur e Interlaken son perfectos para entrar en calor.
Algunos recursos son:
Para vivir la emoción del alpinismo pero con la seguridad de estar atado a la pared rocosa, se recomienda una via ferrata (Klettersteig en alemán). Hoy estas rutas con cuerda fija causan furor en Suiza. Las favoritas: Andermatt y Mürren por el paisaje y Leukerbad y Kandersteg por el reto que suponen.
Via Ferrata (www.viaferrata.org) ofrece mapas y rutas clasificadas según su dificultad.
En Suiza, allí donde haya una buena brisa y una montaña habrá un parapente tándem y ala delta. En los dominios del glaciar Aletsch, catalogado por la Unesco, Fiescheralp es un punto estupendo para planear por las corrientes térmicas, al igual que First por sus vistas del imponente Jungfrau. Si se prefieren los paisajes lacustres se pueden sobrevolar las aguas de los lagos Lucerna y Lugano.
En las oficinas de turismo regionales tienen información de expertos en puenting. Se recomiendan el salto de Gletscherschlucht , en Grindelwald, y el de 134 m de Stockhorn, cerca de Interlaken. Para emular a James Bond hay que ir a la presa de Verzasca , el segundo salto más alto del mundo. Mide 220 m y aparece en la primera escena de GoldenEye.
En Interlaken, meca del deporte extremo, se practica el skydiving (paracaidismo). Tras pasar en caída libre junto a la cara vertical del Eiger, se disfruta del paisaje a cámara lenta.
Aún más aterrador es el salto BASE, una actividad muy arriesgada que consiste en saltar desde un punto fijo y abrir el paracaídas justo antes de estrellarse. Aunque puede verse en Lauterbrunnen , es mejor que lo practiquen los expertos.
En verano los embravecidos ríos Saane, Rin, Inn y Ródano son un marco espectacular para practicar rafting e hydrospeeding. Algunas rutas memorables son el atronador Vorderrhein a su paso por la garganta de Ruinaulta y los ríos cercanos a Interlaken.
Swissraft (www.swissraft.ch) está presente en todo el país. Un circuito de rafting/hydrospeeding cuesta 115 CHF por medio día, incluidos transporte y equipo.
No hay nada como pasar una tarde apacible de verano al ritmo lento de los lagos y ríos cristalinos de Suiza. En Kanuland http://kanuland.myswitzerland.com ofrecen rutas y consejos para los amantes del remo. Una excursión en piragua de medio día cuesta entre 85 y 120 CHF.
En Silvaplana sopla un viento excelente y se pueden recibir clases de kitesurf y windsurf en dos lagos de color azul cobalto.
Las escarpadas montañas que rodean el lago Thun ofrecen unas vistas fascinantes para los windsurfistas y esquiadores acuáticos, así como el bonito Estavayer-le-Lac.
En www.windsurf.ch informan de clubes y escuelas de windsurf de toda Suiza y en www.wannakitesurf.com publican un mapa interactivo para el kitesurf.