No hay otra montaña con tanto poder de atracción, magnetismo natural o capacidad de obsesionar como el monte Cervino (Matterhorn, en alemán). Su belleza natural exige ser admirada, observada y fotografiada... al salir el sol y al ponerse, en diferentes estaciones de año y desde ángulos imposibles. Y para complacer todas estas necesidades fotográficas nada mejor que Zermatt, una de las estaciones de esquí alpinas más codiciadas de Europa, de moda para el esquí, la escalada, el excursionismo y los famosos desde el s. XIX.