La Alhambra es una fortaleza sobre la colina Sabica, que alberga algunas de las estancias más ricas de la arquitectura musulmana. Edificada en el s. XIII, fue durante tres siglos la corte de los reyes de Granada. Desde ella, el Realejo se extiende hacia la ciudad nueva, por la antigua Garnata Al Yahud, un barrio que era judío antes de la llegada de los árabes.
Para empezar el día, se sube a pie a la Alhambra desde la cuesta de Gomérez y se desayuna en La Mimbre antes de visitar los palacios nazaríes. Es imprescindible recorrer los jardines del Generalife.
Merece la pena hacer un alto para reponer fuerzas en el Campo del Príncipe, espacio para la celebración de festejos desde la época nazarí. Desde allí, la Casa de los Tiros o el palacio de los Girones están muy cerca. En el Carmela, frente a la estatua del traductor judío Ben Yehuda, se puede saborear un café.
La iglesia deSanto Domingo merece una visita, quizá antes de concederse una cena de lujo en Damasqueros. Si es verano, se podrá disfrutar de la programación de la antigua alhóndiga nazarí del Corral del Carbón. También Garbo by Meliá es perfecto para una conversación entre copas.