Bienvenidos a Mauricio
Embellecida por paisajes excepcionales y playas idílicas, Mauricio brinda el mejor antídoto a la melancolía invernal.
De la playa a una aventura
Aunque cueste creerlo, llegará el día en que el viajero decida que ya basta de holgazanear en la playa. Si bien Mauricio y Rodrigues se prestan a un continuo dolce far niente, también deparan grandes sorpresas para subir los niveles de adrenalina: salir de excursión por pistas zigzagueantes o cuestas agotadoras que atraviesan montañas; practicar submarinismo en aguas irresistibles; dominar el viento y las olas en una tabla de kitesurf; participar en un circuito en barco; explorar cañones hipnóticos o descubrir el interior a caballo.
Lujo o no lujo
A nadie le sorprende que Mauricio sea destino recurrente para lunas de miel: aquí los hoteles más exclusivos compiten por ofrecer la cota más alta de lujo, desde mayordomos personales y piscinas privadas a masajes en la habitación y cartas de almohadas, por no hablar de los sugerentes spas. Que semejante tren de vida no amilane al mochilero: también hay hotelitos de gestión familiar, pensiones y apartamentos independientes que permiten integrarse más en la cultura del país, y a unos precios más asequibles.
Joyas culturales
Es un error pensar que estas islas son solo para vacaciones de playa, naturaleza y adrenalina: en cada destino aguardan infinidad de vivencias inolvidables. Se puede descubrir el fascinante pasado colonial de Mauricio en sus mansiones o museos, asistir a un festival de música o al ritual de caminar sobre brasas ardientes, visitar un antiguo trapiche azucarero o una restaurada villa criolla o, simplemente, impregnarse del ambiente de una aldea pintoresca. Ningún amante de la cultura saldrá decepcionado.
Por qué me gusta Mauricio
Por Jean-Bernard Carillet, autor
La primera vez que fui a Mauricio me quedé impresionado por la cantidad de edificios religiosos y el rico patrimonio cultural hindú. En Rodrigues jamás olvidaré las inmersiones en La Passe St François. ¡Nos vemos allí!