Los amantes de la historia lo pasarán en grande en Tanzania, entre cuyas impresionantes ruinas costeras destacan las de Kilwa Kisiwani, un yacimiento declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, que hunde sus orígenes en los días de los sultanes y las vastas rutas comerciales entre las minas de oro del interior y Persia, la India y China. Al visitar la restaurada Gran Mezquita, casi pueden oírse susurros del pasado. Una vez en el interior, armado de un espíritu de aventura y listo para afrontar un arduo viaje, se pone rumbo a las enigmáticas cuevas de arte rupestre de Kondoa, repartidas por las colinas de Irangi, en el centro del país.