Muchos ríos y poco tiempo. Por fortuna, el pequeño tamaño del país permite a los amantes de la adrenalina cubrir fácilmente varios excitantes kilómetros de diferentes ríos en unos cuantos días. Los que no quieran recorrerlos todos pueden escoger cualquiera, ya sea el Pacuare, el Reventazón o el Sarapiquí. Los tres ofrecen buenos descensos (aunque se aconseja el Pacuare), con rápidos de entre clase II y V, y tramos de aguas tranquilas que permiten contemplar el bonito paisaje selvático que rodea el curso fluvial.
‘Rafting’ en aguas bravas
Roberto A Sanchez_Getty Images