El Gran Incendio de 1871 desató una revolución arquitectónica. Daniel Burnham, uno de los diseñadores más prominentes de la época, resumió el credo de la ciudad que ha prevalecido hasta la fecha: “No hagáis planes pequeños, no tienen magia para conmover a los hombres… Haced grandes planes”. Desde entonces, Chicago ha sido un semillero de rascacielos.
El viajero oirá con frecuencia sus nombres al recorrer la ciudad. Louis Sullivan fue el fundador de la arquitectura de Chicago, un revolucionario de los rascacielos con estructura de acero. Frank Lloyd Wright, aprendiz de Sullivan, dio a conocer el estilo de la Escuela de la Pradera. Daniel Burnham planificó el urbanismo de la orilla del lago. Van der Rohe se distinguió por su lema “menos es más” y sus sencillos diseños. Jeanne Gang presume de estructuras modernas y orgánicas.
La Chicago Architecture Foundation, conocida por sus magníficos circuitos y su tienda de regalos, nació en los años sesenta a raíz de una campaña por salvar una vivienda en The Loop. El grupo logró rescatar ese edificio, pero no otros, como el Stock Exchange Building, de Louis Sullivan y Dankmar Adler, cuyo arco puede verse frente a The Art Institute of Chicago. Varios grupos velan desde entonces por el patrimonio arquitectónico de la ciudad.
Desde el Tyrannosaurus rex más grande del mundo al mayor museo de ciencias del hemisferio occidental, Chicago posee un sinfín de superlativos que atraen a millones de visitantes. Además, la ciudad ofrece excelentes salas pequeñas, que exponen desde abalorios mexicanos hasta viejas sierras de amputación, así como infinidad de galerías.
Casi todos los grandes museos permiten comprar las entradas por internet, lo que asegura el acceso y evita hacer cola. Lo malo es que hay que pagar una comisión de 1,50-4 US$ por entrada y, a veces, la cola es tan larga como la normal. Se aconseja comprar en línea solo en verano y para grandes exposiciones.
En Chicago hay cinco zonas llenas de galerías. En River North muestran sus obras los grandes nombres internacionales. The West Loop es un hervidero de arte vanguardista. Bucktown y Wicker Park están llenos de espacios alternativos y talentos emergentes. Pilsen cuenta con varios pequeños espacios de horario errático dirigidos por artistas. Y Bridgeport, al sur, cuenta con modernas galerías en viejos almacenes reconvertidos en W 35th St.