Los parques y jardines de Beijing ofrecen un respiro del caos imperante en esta ciudad de acero y cristal. En Beijing casi todo el mundo vive en apartamentos y los lugareños acuden a los parques desde el amanecer hasta la puesta del sol. Son espacios ideales para recuperar el aliento en un frenético día de compras o para sacudirse el polvo de templos y palacios.
Muchos parques de Beijing, como el parque Běihǎi y el parque Jǐngshān, eran jardines imperiales o utilizados por los emperadores para sus rituales y los pekineses de a pie tenían prohibido el acceso. Actualmente, sin embargo, los lugareños los visitan para hacer volar sus cometas o practicar taichí.
No obstante, los parques y jardines chinos son más que simples zonas de recreo. El paisajismo se considera un arte y cada parque debe tener determinados elementos –plantas, rocas, agua y pabellones– para considerarse armonioso.