Comida

Uno de los puntos culminantes del viaje será la comida vietnamita, que equilibra sabores dulces y amargos, texturas crujientes y sedosas, platos fritos y al vapor, sopas y ensaladas. Su secreto radica en la frescura de sus ingredientes; los chefs van a comprar dos veces al día para conseguir los productos más frescos y las hierbas recién cortadas. En cualquier punto del país se encontrarán deliciosas especialidades locales, la banh xeo (creps saladas) “rosa blanca” de Hoi An o la pho del norte. Comer en Vietnam es una fiesta para la vista y una delicia para el paladar.