Conocer San Petersburgo como un lugareño

Escrito por
Ksenia Elzes, autora de Lonely Planet

25 Abril 2018
5 min de lectura
© Katsiuba_Volha_Shutterstock
Plaza del Hermitage, San Petersburgo, Rusia

Consejos de un habitante de San Petersburgo

Ksenia Elzes, una de nuestros consejeros Lonely Planet, nació y creció en San Petersburgo, donde lleva viviendo más de 30 años. Los peterburgueses bromean sobre el clima y los pocos días de sol que tienen al año, pero Ksenia insiste en que esto no es verdad, y se siente increíblemente orgullosa de formar parte de esta ciudad por su inmensa belleza y su increíble historia.

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San Petersburgo

 

Ksenia cree que San Petersburgo es una ciudad a donde la gente quiere regresar, y como buena anfitriona Lonely Planet, tiene la misión de mostrarle a la gente este que se ha convertido en uno de los mejores destinos de viajes de Europa.

 

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La monumental y espectacular plaza del Palacio de San Petersburgo, Rusia © Pelikh Alexey / Shutterstock
 La monumental y espectacular plaza del Palacio de San Petersburgo, Rusia © Pelikh Alexey / Shutterstock

 

Cuando me visitan amigos de fuera…

Procuro que empiecen por los puntos de interés clásicos: el Hermitage y sus espectaculares tesoros artísticos, el Museo Estatal Ruso por su extensa colección de vanguardia rusa, y el teatro Mariinsky, sede de una de las más grandes compañías de ballet del mundo. Tras la dosis básica de cultura, les llevo a explorar el vibrante panorama gastronómico de la ciudad. Una de mis opciones favoritas es el Duo Gastrobar, un pequeño local en el que siempre hay que reservar con tiempo. Los dos chefs (y propietarios) cocinan platos increíbles con ingredientes locales sencillos; recomiendo probar su famosa crema de untar de calabacín, el bagre con crema de coliflor gratinada y las ciruelas con caramelo salado de postre.

 

 

Las mejores vistas de la ciudad…

Recomiendo visitar la Bellevue Brasserie, en Kempinski Hotel Moika 22. Es un restaurante en un ático con grandes ventanales, y en verano tiene una terraza al aire libre. Puedo garantizar que no se habrá visto nada tan bello en ninguna otra parte: el Hermitage desde una perspectiva inusual, y las cúpulas doradas de todas las iglesias y catedrales de la ciudad, ya que el local tiene vistas de 360 grados.

 

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El Teatro Aleksandrinsky, donde Chejóv estrenó La gaviota en 1896, San Petersburgo, Rusia © dimbar76 / Shutterstock
 El Teatro Aleksandrinsky, donde Chejóv estrenó La gaviota en 1896, San Petersburgo, Rusia © dimbar76 / Shutterstock

Para salir de marcha…

Mis amigos y yo solemos empezar tomando cócteles en el Daiquiri o en Poltory Komnaty, y si preferimos unas copas de vino, elegimos uno de los bares de vinos de moda, por ejemplo Vinostudia. Después vamos a bailar a Tanzploshchadka; allí pinchan DJ de todo el mundo, y casi siempre ponen música house (además tienen tentempiés buenísimos, como tarta alsaciana flambeada y hamburguesas), así no hay que moverse mucho, se come aquí y se baila aquí. La veterana calle Dumskaya es un poco vulgar, pero es divertida. Yo salía por allí cuando estudiaba, y hoy sigue siendo muy popular entre los más jóvenes.

 

Una recomendación infalible…

En Rubinshteyna ulitsa, la calle de restaurantes más larga de Rusia, hay comida para todos los gustos. Uno de mis locales favoritos es Vinny Shkaf: la comida es increíble, y los vinos, todavía más. Solo cocinan con ingredientes locales y los platos son de lo más creativo. Aconsejo pedir tres o cuatro entrantes para compartir, como arenques con pan y arándanos. Tienen un eslogan muy divertido: “¡Bebe vino y no te rindas!”, y el personal, que sabe mucho, asesora sobre los vinos de la carta. Es una parada indispensable antes de visitar el Maly Theatre. Soy muy aficionada al teatro y este es mi favorito; además las mejores obras se representan con subtítulos en inglés.

 

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Vinny Shkaf (bodega), un sitio genial para tomar vinos y cenar, San Petersburgo, Rusia © Ksenia Elzes / Lonely Planet
 Vinny Shkaf (bodega), un sitio genial para tomar vinos y cenar, San Petersburgo, Rusia © Ksenia Elzes / Lonely Planet

Para disfrutar de la alta cocina…

El E.M. Restaurant es un sitio ideal para disfrutar de la alta cocina, pero sin toda la parafernalia elegante. Solo abre para cenar unos pocos días a la semana. Tiene pocas mesas, un camarero y dos chefs que preparan la comida delante del cliente, en la cocina abierta. La carta varía cada mes, y puede consultarse en su web.


Guía gastronómica de Rusia

 

Para comer por poco dinero…

Se puede ir a la cantina Marketplace y a la cafetería Obed Bufet, dos sitios muy céntricos en Nevsky prospekt. Allí hay de todo, ¡literalmente! Yo suelo ir por los woks y las sopas, y los dos sirven el típico borscht ruso muy bien. Además, se puede pedir la comida para llevar y tomarla fuera.

 

Para comprar bien…

Hay que ir a Galeria. Es el mayor centro comercial de San Petersburgo. Los fines de semana suele haber un mercado, en la planta baja, de pequeñas marcas locales; algo ideal si uno quiere hacer una compra especial desde suvenires hasta ropa, aunque también hay mucha gente y yo prefiero ir entre semana y por la mañana. También destacan las tiendecitas de ETAGI donde compro libros de arte y diseño.

 

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Los colores del otoño pintan el Parque Catalina en Pushkin, San Petersburgo, Rusia © Ksenia Elzes / Lonely Planet
 Los colores del otoño pintan el Parque Catalina en Pushkin, San Petersburgo, Rusia © Ksenia Elzes / Lonely Planet

Un fin de semana típico...

Consiste en preparar syrniki para desayunar con mi hija y mi marido. Son tortitas típicas rusas con queso cuajado y es mi plato favorito. Las hay en casi todos los sitios donde sirven desayunos. Si hace buen día, vamos en bici a uno de los parques de la ciudad y hacemos un pícnic. Desde el centro se puede ir a la isla New Holland, que ofrece todo tipo de eventos culturales; está de moda y es un sitio que nadie debería perderse. Y quién busque glamour y quiera gastar dinero a la desesperada, que vaya al Belmond Grand Hotel Europe un domingo a probar su famoso brunch. Es el mejor de la ciudad, y punto.

 

Tengo una niña de un año y medio...

Y estoy encantada de decir que San Petersburgo se ha abierto más a los niños. En casi cada café o restaurante hay carta infantil (y hablo de comida de verdad, no de patatas fritas y batidos). Además, en todos los grandes centros comerciales (por ejemplo, en Galeria) hay ludotecas y parques donde los niños pueden pasar horas.

 

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La tranquilidad habitual del parque Alexandria, en Peterhof, San Petersburgo, Rusia © Natalia Sidorova / Shutterstock
 La tranquilidad habitual del parque Alexandria, en Peterhof, San Petersburgo, Rusia © Natalia Sidorova / Shutterstock

Algo que odio de San Petersburgo...

Es el tráfico. Adoro a mi coche, pero a veces hay que usar el metro. Es 10 veces más rápido.


Los mejores paseos por Moscú y San Petersburgo

 

Cuando quiero salir de la ciudad…

Preparo unos sándwiches y té caliente, tomo un libro o el iPod y me voy al Alexandria Park, en Peterhof. Es un sitio muy tranquilo, perfecto para tumbarse en el césped y contemplar las nubes; si hace buen tiempo, claro. Si no, siempre es buena idea visitar uno de los palacios imperiales –el Palacio de Catalina, en Pushkin, o el Gran Palacio,en Peterhof.

 

Sé que soy peterburguesa porque…

Siempre me siento orgullosa de la ciudad donde vivo. Hace unos meses, ayudé a una anciana a cruzar Nevsky prospekt. Sí, sé que suena como un cliché, pero nunca olvidaré lo que me dijo: “Gracias, querida, eres una auténtica peterburguesa”. No estoy segura de qué significa eso exactamente, pero fue el mejor cumplido que he recibido jamás.

 

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