Galicia: cruce de culturas celta y española
Galicia, el rincón noroeste de España, ofrece un álbum de imágenes que poco tienen que ver, geográfica y culturalmente, con las típicas estampas turísticas.
Santiago de Compostela, capital de la comunidad autónoma gallega, es mundialmente famoso: una ciudad cautivadora cuya imponente catedral románica se erige en la última etapa del Camino de Santiago. Si se profundiza un poco más, se descubre una singular mezcla de raíces de diversos pueblos, entre ellos los celtas, y una lengua y un sabor cultural propios. Galicia es un secreto que fascina a muchos viajeros cuando se descubre.
1. Paisajes de Galicia: cabos y acantilados
Al entrar en Galicia por los montes que la separan de los áridos llanos de Castilla y León, la campiña será la primera sorpresa: verdísima, suave y llena de ríos. Después se llega a la costa, una línea de 1200 km que contiene algunos de los cabos y acantilados más cautivadores de Europa, como Cabo Ortegal, donde el océano Atlántico alcanza al mar Cantábrico, o el Cabo Fisterra, en la agreste y bella Costa da Morte, que debe su nombre a los cientos de barcos que se hundieron en sus escarpadas costas.
Cabo Ortegal, Galicia, España © Paz B / Shutterstock
Entre cabos coronados por faros, la costa penetra hacia el interior gracias a las rías. Las de la costa oeste, las Rías Baixas, se extienden 30 km hacia el interior, mientras que las de la costa norte, las Rías Altas, son más cortas pero tienen un paisaje más espectacular.
Es una costa excelente para pasear y abundan las rutas panorámicas señalizadas, entre las que destaca el recién inaugurado Camiño Natural da Ruta do Cantábrico, de 133 km, que va de Ribadeo a O Vicedo.
El litoral alberga cientos de playas, casi todas de arena, que van desde la gloriosa Praia da Lanzada, de 2 km, a remotas calas al pie de acantilados, como Praia do Picón.
También hay espacio para el surf y Praia de Pantín alberga un evento de la World Surf League cada agosto/septiembre; hay que usar traje de neopreno, ¡es el Atlántico norte!
Illas Cíes, Galicia, España © StockPhotoAstur / Shutterstock
Varios archipiélagos de las Rías Baixas forman el único parque nacional de Galicia, el Parque Nacional das Illas Atlánticas de Galicia. La joya del parque son las Illas Cíes, libres de tráfico y nido de un santuario de aves donde se puede pasear hasta miradores panorámicos y descansar en la preciosa Praia de Rodas, que alberga una laguna.
2. Gastronomía gallega: el mejor marisco de Europa
Con tanta costa y tantos pueblos pesqueros, los mercados y las mesas gallegas rebosan un marisco cuya variedad, calidad y frescura le garantizan pocos rivales serios. También destaca el exquisito pulpo á feira, esa delicia que se consume en toda España pero que nunca sabe tan bien como en Galicia.
También existe abundancia de marisco y pescado fresco. La exquisitez más preciada son los percebes, que expertos percebeiros recogen de las rocas azotadas por las olas.
Los carnívoros saben de la calidad de la carne de los pastos del interior. Y no se duerme en los laureles: una generación de chefs de la 'Nova cociña galega' crea innovadoras sensaciones en restaurantes de toda Galicia, como Abastos 2.0 o O Curro da Parra, en Santiago de Compostela; o en los de Grupo Nove.
Vino blanco y marisco, Galicia, España © JIL Photo / Shutterstock
3. Los vinos en tierras gallegas
Los vinos gallegos resurgen con fuerza y maridan muy bien con cualquier tipo de cocina. Los más famosos son los afrutados albariños de la D.O. Rías Baixas, cuya pequeña y bonita capital, Cambados, fue elegida Ciudad Europea del Vino 2017; pero no hay que perderse los ricos tintos mencía de las escarpadas laderas de la Ribeira Sacra, ni los blancos de Ribeiro. Muchas bodegas gallegas abren sus puertas al público para catas y circuitos.
4. Arte en piedra en Galicia
La piedra es el material que mejor resiste frente al húmedo clima del norte (aunque en Galicia no llueve, como demuestra el escritor orensano Juan Tallón).
El amor por la piedra se percibe en la ciudad romana de Lucus Augusti (el actual Lugo) con 2 km de murallas de piedra y 85 torres que se erigieron hace dos milenios. Y hace 800 años, un albañil conocido simplemente como el Maestro Mateo, talló el pórtico de la catedral de Santiago de Compostela, con 200 esculturas bíblicas que ensalzan una de las grandes obras del arte románico.
Cruceiro Cedeira, Galicia, España © Munimara / Shutterstock
Apenas existen pueblos que no cuenten con una pequeña iglesia de piedra labrada. Las casas señoriales con cientos de años de historia salpican la campiña gallega, y algunas de ellas figuran entre los mejores alojamientos de Galicia. Hasta las cunetas están decoradas con bonitas cruces de piedra tallada, los cruceiros, una manifestación artística típica gallega que alcanza su máxima expresión con el cruceiro de Hío, del s. XIX, delicadamente esculpido con escenas clave del cristianismo, desde Adán y Eva hasta la Crucifixión. Los hórreos, en su origen graneros de piedra sobre columnas, son otro elemento típico de la campiña; el más grande, en Carnota, mide 34,5 m de longitud.
5. El mundo celta en Galicia
La idea del origen celta de los gallegos se encuentra muy difundida y se vincula a una ola migratoria procedente del este en el primer milenio antes de Cristo. Los castros salpican el paisaje y el monte de Santa Trega, en el extremo suroeste de Galicia y con excelentes vistas de la desembocadura del río Miño, cuenta con impresionantes ruinas de un poblado celta.
Castro de Santa Trega, Galicia, España © XXLPhoto / Shutterstock
La lengua gallega, el galego, es, al igual que el portugués y el castellano, una lengua románica derivada del latín vulgar de la época romana, pero también incluye muchas palabras de origen celta.
La cumbre de la cultura celta reside en la música gallega, donde la gaita ocupa un lugar de honor. Entre los gaiteros gallegos más destacados figuran Carlos Núñez y Susana Seivane. El son de las gaitas callejeras recorre a diario la praza do Obradoiro, la plaza principal de Santiago de Compostela. Para gozar de memorables jam sessions de música popular se puede ir a Casa das Crechas, en Santiago, un miércoles por la noche. Y si se viaja a tierras gallegas a mediados de julio, es buena idea asistir al Festival de Ortigueira, en las Rías Altas, que reúne a músicos de todo el mundo celta durante cuatro días.