Con un pasado glorioso, la conocida como la Perla de Oriente vive y disfruta hoy de una de las expansiones económicas más ágiles del mundo.
Con mucha más moda que Hong Kong y bastante más atractiva que Pekín, la ciudad china de Shanghái se posiciona como uno de los destinos más sexys de China tras más de cuarenta años de estancamiento. Hoy viajamos hasta una de las metrópolis más emocionantes de Asia donde lo difícil, realmente, es decidir entre todo lo que se puede hacer y ver en Shanghái, aunque aquí van algunas pistas.
Una buena primera toma de contacto con Shanghái es la que nos ofrece el Huangpu River Tour, cuyo recorrido nos traslada a ambas orillas del río Huangpu. Desde aquí se puede divisar uno de los mayores imprescindibles de Shanghái, que no es otro que la Torre de TV Perla Oriental –un total de 468 metros de altura de estructura un tanto futurista que fue la torre más alta de China hasta la construcción del rascacielos Shanghai World Financial Centre, 492 metros más alto–, uno de los emblemas del skyline (junto al resto de los rascacielos de Pudong) de esta ciudad única.
Continuando el recorrido por la ciudad, pero esta vez desde tierra firme, merece la pena caminar por Nanjing Lu, la que, según se cuenta, es la calle más comercial de China. Esta arteria comercial en la que encontrar casi de todo es una de las mejores opciones para ir de compras por Shanghái. Su larga distancia atraviesa el corazón del centro de la ciudad, que va desde el hotel de la Paz y hasta el Renmin Park, que hoy alberga el excelente Museo de Shanghái, otro de los puntos de interés que bien merece una visita. Diseñado por el arquitecto chino Xing Tonghe, en este museo galardonado con numerosos premios encontramos la mejor exposición de arte y antigüedades chinas que existe en el mundo. Se trata de un conjunto de más de 120.000 reliquias que van desde pinturas, esculturas, tallas de marfil… que recorren casi 5.000 años de la historia de China. Todo ello a partir de una experiencia llena de contrastes entre pasado y futuro, ya que el espacio museístico está equipado con la tecnología más puntera gracias a la cual es posible una interacción (casi real) con el mundo del arte.
Dejando las compras y el arte a un lado, otro de los principales atractivos que merece la pena visitar de Shanghái se encuentra a unos 1,5 kilómetros al sur de Nanjing Lu, en la Ciudad Vieja. Estamos ahora en el jardín Yu Yuan cuya visita es como trasladarse al pasado o adentrarse en un fotograma de película, ya que construido en el siglo XVI durante la dinastía Ming, se trata de un lugar tranquilo donde alejarse del bullicio de la ciudad en mitad de un onírico paisaje formado entre puentes y dragones.
Con dos palillos: dónde comer en Shanghái
La ciudad más poblada de China es una metrópoli bulliciosa y viva que puede presumir de vivir su mejor momento también en el ámbito gastronómico. El panorama ‘foodie’ es una sabrosa mezcla entre el este y el oeste, donde la elegancia europea y la tradición china se mezclan con soltura en las cocinas de los restaurantes (y de los puestos callejeros). Uno de los mejores ejemplos del buen momento que vive la gastronomía china lo encontramos en Xindalu, el restaurante del hotel Hyatt de Shanghái. El menú se centra en la cocina de Shanghái, Suzhou y Hangzhou, lo que imprime sabores y texturas ligeras y delicadas. Entre sus deliciosos platos de autor encontramos, cómo no, el pato Pekín, o su plato estrella de carne de cerdo cocida, ambos servidos con espectaculares vistas de Bund y Pudong. Al terminal la cena, es recomendable subir a la terraza (piso 33 del hotel) para disfrutar de una copa al aire libre con Shanghái a nuestros pies.
Si estas organizando una visita a la Shanghái incluye en tu ruta los rincones con aroma francés en esta gran ciudad China.