Destinos imprescindibles para auténticos viajeros
¿Cuál es el lugar más fascinante del planeta? ¿El Taj Mahal? ¿El Gran Cañón? ¿Stonehenge? Un equipo de autores de las guías Lonely Planet ha confeccionado la lista de los 500 mejores destinos del planeta, todos ellos fascinantes y ordenados rigurosamente. Entre todos los propuestos, cada autor votó sus 20 lugares favoritos y así se realizó una selección de lugares maravillosos que son una inspiración para que cada uno construya su propia lista de “imprescindibles”.
1. Templos de Angkor (Camboya)
Por unanimidad, los templos de Angkor superaron a todos los destinos del mundo en esta lista. Angkor Wat es el mayor templo del mundo consagrado al dios Visnú y puede parecer fuera de lugar en la Camboya budista, pero este magnífico monumento es el principal tesoro del reino hindú que en otros tiempos abarcó hasta Birmania. Es un lugar extraordinario: una alegoría del cielo en la tierra, tallado sobre miles de bloques de arenisca y esculpidos de arriba abajo con representaciones de las leyendas del Tamayana, el Mahabhárata y los Puranas. Angkor Wat es la principal atracción de un complejo con más de 1000 templos, santuarios y tumbas en mitad de la jungla del norte de Camboya. Uno de los destinos imprescindibles que todo viajero debe apuntar en su lista de deseos.
2. Gran Barrera de Coral (Australia)
Esta maravilla natural de más de 3000 km frente a la costa noreste de Australia es la mayor red del mundo de arrecifes de coral, con 400 tipos de coral y 1500 especies de peces. En sus aguas se han visto cerca de 30 clases de ballenas, delfines y marsopas, 6 especies de tortugas marinas y 17 clases de serpientes marinas. Si con esa información no entran ganas de subir a un avión en dirección a la costa australiana, es que no se tiene espíritu viajero. Es el paraíso absoluto para submarinistas y buceadores y un ecosistema que cautiva a todos los que lo visitan con montones de islas y playas tropicales. Los principales puntos de acceso son Cairns, Port Douglas y Airlie Beach, en Queensland.
3. Machu Picchu (Perú)
Lo que convierte el Machu Picchu en un lugar fuera de serie no es el espectacular paisaje andino ni la manera en que la ciudad se aferra a las escarpadas laderas, lo realmente asombroso es que nadie sabe qué sucedió. Es un enigma total. Cuzco es la puerta de entrada al Machu Picchu desde donde tomar el tren hasta el kilómetro 88 y luego recorrer a pie los 42 km del Camino Inca.
Más información sobre el Machu Picchu, aquí.
4. Gran Muralla (China)
Es mucho más que una muralla; es un impresionante entramado de muros y fortificaciones que recorren 8850 increíbles kilómetros del agreste paisaje del norte del estado. Hay que escoger un tramo, que dependerá si se quiere descubrir la magnificencia imperial (cerca de Pekín), la precisión militar (en Gansu) o la desolación eterna (en la Mongolia interior). Los tramos más accesibles quedan cerca de Pekín: Badaling es la versión turística reconstruida y Jiankou y Huanghuacheng está sin restaurar.
Más información sobre la Gran Muralla, aquí.
5. Taj Mahal (India)
Este mausoleo está considerado como la perfección arquitectónica, una auténtica joya que lleva atrayendo viajeros a la India desde hace siglos. Ningún otro edificio de la India ha conseguido resumir con tanta perfección la actitud y el ambiente de la corte de los mogoles. La polvorienta y ruidosa Agra es el centro neurálgico de las visitas al Taj Mahal, y también de los cazaturistas y vendedores de souvenirs. Para evitarlos hay que llegar al amanecer, justo cuando se abren las puertas.
6. Parque Nacional del Gran Cañón (EE UU)
En esta vasta hendidura de la corteza terrestre se ven 2000 millones de años de tiempo geológico. Este dato parece descolocar al cerebro humano. Con encendidas puestas de sol, oleadas de niebla y polvo de nieve, el Gran Cañón, con una profundidad de más de 1 km y cerca de 360 km de largo, es la catedral de la naturaleza. Los visitantes suelen entrar al cañón por el extremo sur, unos 120 km al norte de Flagstaff, en Arizona. El extremo norte está más aislado y cuenta con menos infraestructura.
Más información sobre el Parque Nacional del Gran Cañón, aquí.
7. Coliseo de Roma (Italia)
Es el monumento más apasionante de Roma y una conmemoración del poder crudo y despiadado: un gigantesco anfiteatro para 50 000 espectadores en el que los gladiadores se enfrentaban en combate mortal y los condenados luchaban con bestias salvajes ante la mirada de espectadores sedientos de sangre. Dos milenios después, sigue subyugando a todo el que entra en él.
Más información sobre el Coliseo, aquí.
8. Cataratas de Iguazú (Argentina y Brasil)
En guaraní Iguazú significa “agua grande”. Pero realmente estas cataratas son mucho más: ¡son enormes y fuera de serie! Los barcos turísticos que recorren las agitadas aguas parecen cerillas desde arriba. Se pueden ver enteras a través de un tramo de magnífica selva subtropical repleta de animales salvajes, como jaguares.
9. Alhambra de Granada (España)
Es el símbolo más perdurable de al-Ándalus y posiblemente la muestra más refinada del mundo de arte islámico. En su interior hay una red de palacios lujosamente decorados y jardines, fuentes de leyenda y fantasías. Desde lejos, las torres de su fortaleza dominan el horizonte granadino, con los escarpados muros rojos alzándose desde bosques de cipreses y olmos, y los picos nevados de Sierra Nevada como telón de fondo. Un monumento de belleza indiscutible que atrae cada año a millones de personas.
Más información sobre la Alhambra, aquí.
10. Santa Sofía de Estambul (Turquía)
Iglesia, mezquita y museo, Santa Sofía es un edificio sin parangón en el mundo, que desafía la clasificación al igual que desafió las leyes de la arquitectura cuando fue construida, hace casi 1500 años, por encargo del emperador bizantino Justiniano. En 1935 fue desacralizada y convertida en un museo, aunque visitarla sigue siendo una experiencia espiritual.
11. Medina de Fez (Marruecos)
El corazón medieval de la tercera ciudad de Marruecos no es tanto una medina como un enmarañado laberinto de más de mil años de antigüedad. Hay 9400 callejones sobre los que se alzan 14 000 construcciones en las que habitan unas 160 000 personas. Mezquitas, madrasas, riads restaurados, plateros, comerciantes, guías auténticos y falsos… Imposible saber por dónde vamos, pero eso es parte de la gracia.
12. Los Doce Apóstoles (Australia)
Sorprende que doce rocas perdidas en el litoral australiano figuren en este puesto de la lista. Pero la razón es su ubicación: en la Great Ocean Road, una de las carreteras más espectaculares del mundo, que abraza la costa suroeste del estado de Vitoria. Los Doce Apóstoles están a unas 4 horas de Melbourne y son foto obligada en cualquier viaje por Australia.
13. Petra (Jordania)
La imagen mental que la mayoría tiene de Petra es la de Indiana Jones llegando a caballo hasta la fachada rosa del Tesoro y encontrando el Santo Grial. La realidad es otra, pero podríamos decir que es tan extraordinaria como la ficción de Hollywood. Esta ciudad perdida de los nabateos es una invitación a soñar por caminos de piedra acompañado por los fantasmas del pasado, sobre todo si se logra evitar las multitudes.
14. Tikal (Guatemala)
Es el yacimiento maya más importante de Guatemala y, a pesar de que los arqueólogos afirman que es comparable con Roma en cuanto a tamaño, población y poder político, se ha excavado menos del 10 % de sus edificios. El resto permanece bajo 1000 años de densa jungla. Tikal está a 65 km de Flores y es uno de los yacimientos mayas más accesibles de Guatemala.
15. British Museum de Londres (Inglaterra)
En 260 años el British Museum se ha convertido en museo más grande e importante de Europa. Muchos de los tesoros más importantes del continente y del resto del mundo han acabado custodiados entre sus sagradas parees. Casi tan espectacular como la colección es el propio edificio, un majestuoso templo neoclásico que esconde una inesperada cúpula de Norman Foster sobre su gran patio central.
16. Sagrada Família de Barcelona (España)
Obra maestra del modernismo, sigue en construcción casi 100 años después de la muerte de su autor, Antonio Gaudí. La imponente escala de este templo expiatorio ya invita a pasar largos ratos en las calles aledañas mirando hacia arriba para admirar las torres que rozan los cielos. Su fecha de finalización aún es un misterio: probablemente en algún momento entre el 2020 y el 2040.
17. Parque Nacional de Fiordland (Nueva Zelanda)
La guinda del pastel de los grandes parques nacionales de Nueva Zelanda es Fiordland, una zona casi virgen de Gondwana, el supercontinente del que Nueva Zelanda se separó hace 85 millones de años. Es un paisaje de montañas serradas, valles glaciares, relucientes lagos y preciosos fiordos, cubiertos de bosques antiguos de color verde intenso entre los que sueña el canto de aves como el kiwi o el takahe. El mejor centro de operaciones está en Te Anau, a 2 horas en coche al sur de Queenstown.
18. Santorini (Grecia)
Abrazadas por el mar Egeo, a las coquetas islas Cícladas no les falta poder de seducción, pero Santorini ofrece un poco más. Su aspecto es único, sus playas, en tonos negros y rojos, increíbles, sus acantilados multicolores se elevan a 300 metros y sus yacimientos minoicos (Acrotiri) resultan de lo más interesante. Se puede llegar en ferri desde Atenas o en cualquiera de los muchos cruceros que surcan las islas griegas.
19. Islas Galápagos (Ecuador)
En ningún otro lugar del planeta el reino animal supera a la humanidad como en las islas Galápagos. En pleno océano Pacífico, 1000 km al oeste del continente, los visitantes a veces se sienten más observados que los observadores. Son una auténtica maravilla de la naturaleza y cada isla es la punta de un volcán submarino. Probablemente son el mayor espectáculo natural del planeta. Se llega a ellas en avión desde Guayaquil, en Ecuador.
20. Museum of Old & New Art en Tasmania (Australia)
¿En cuántos museos se pueden ver delfines jugando en el agua al llegar en lancha? El primer museo de arte moderno de esta lista, por encima del MoMA de Nueva York o la Tate Modern de Londres, tiene una ubicación envidiable en el río Derwent, aguas arriba de Hobart, la pintoresca capital de Tasmania. Aquí prima lo ecléctico y lo mismo se encuentran puntas de flecha de la Edad de Piedra que obras de arte vanguardista. El museo es provocativo, y toda una llamada de atención a descubrir la vida y el arte en nuestras antípodas.