El encanto de Basilea, la capital cultural de Suiza
Coqueta y con mucho arte, la ciudad suiza de Basilea se engalana más que nunca las semanas previas a la Navidad y exhibe su personalidad a pie de calle a través de sus mercados navideños. He aquí una buena razón para escaparse unos días y dejarse envolver por su ambiente elegante y acogedor.
Tradicional y vanguardista, la ciudad suiza de Basilea se rinde a la llamada de la Navidad con un atractivo mercado navideño –el mayor del país– abierto en dos emplazamientos del centro histórico: las plazas Barfüsserplatz y Münsterplatz. Dejando a un lado las principales calles comerciales y las avenidas con tranvías, los coquetos puestos navideños se ven envueltos de un animado ambiente para disfrutar ya sea con amigos o en familia.
Basilea da la bienvenida a la Navidad
Adornos navideños, complementos de moda, juegos artesanales, velas y manualidades de todos los tamaños y colores se dan cabida en las diferentes casetas rústicas situadas en la plaza Barfüsserplatz. Y lo hacen junto a puestos de comida en los que degustar desde salchichas asadas a gofres, pasando por Läckerli (panecillos con jengibre típicos de Basilea) o raclettes,. Una cuidada decoración y un ambiente festivo envuelven esta plaza presidida por el Museo de Historia de Basilea y amenizados por una Weihnachtspyramide o pirámide de Navidad, una singular estructura de madera en cuya base se sirve el típico glühweinm o vino caliente, al que rendirse en cualquier momento del día.
A un corto paseo a pie de unos 5-10 minutos se llega hasta la Münsterplatz. Un imponente árbol navideño toma parte del protagonismo del que habitualmente goza la catedral de Basilea. A los pies de esta, los comerciantes ofrecen sus mejores productos en un entorno que, si bien a la luz del día resulta agradable, al caer la noche y con las luces decorando la plaza, todo se torna mágico. Ya aquí, merece la pena visitar la catedral, la Basler Münster, pasear por su claustro y subir hasta su campanario desde el que poder disfrutar de excelentes panorámicas de la ciudad.
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Las dos orillas del Rin en Basilea
El mirador "oficial" desde el que deleitarse con el skyline basiliense es la terraza conocida como Pfalz, situada tras la catedral y asentada sobre las aguas del río Rin. Unas escaleras situadas en un extremo de la terraza conducen hasta el pequeño muelle desde el que tomar el ferri que cruza el Rin hasta la otra orilla (trayecto:1,60 CHF o 1,50 €). Como particularidad, estos ferris (cuatro en total situados en diferentes puntos de encuentro entre la ciudad y el Rin) van sin motor y se mueven a través de un cable de acero y la fuerza de la corriente fluvial. El trayecto merece la pena y cruzar el Rin es pura evocación.
Aprovechando que se está en la otra orilla, un paseo hasta Claraplatz permite hacer un alto en el camino para comer en Klara, un espacio cálido y trendy a base de comida internacional. Para los amantes de la arquitectura, a pocos metros se encuentra la Messe Basel, el recinto ferial de la ciudad cuya construcción es obra de los arquitectos Herzog & De Meuron. Y aquellos que se queden con ganas de más o que les apasiona el arte y el diseño, un buen plan –por no decir imprescindible– es tomar el tranvía nº 6 en la propia Messeplatz (haciendo uso de la BaselCard) que lleva directo a la Fundación Beyeler. En un atractivo entorno natural y bajo una construcción proyectada por Renzo Piano, el espacio de 2.600 m2 acoge la colección privada de Hildy y Ernst Beyeler, a base de pinturas y esculturas de grandes figuras del arte moderno, y se acompaña con otras exposiciones de carácter temporal.
Un recorrido a pie entre Suiza y Alemania
Tras la visita, y con el Vitra Campus como objetivo, se emprende la ruta Rehberger-Weg, un recorrido a pie transfronterizo de unos 5 kilómetros que une Suiza y Alemania, y que lejos de lo que a priori puede parecer duro o lejano, resulta agradable y pasajero. La travesía pasa por zonas rurales y viñedos, cruza el río e incluso la frontera, y cuenta con 24 paradas todas ellas con creaciones del artista Tobias Rehberger.
La recompensa al paseo, más allá del propio trayecto, es el Vitra Campus en Weil am Rhein (Alemania) donde, además de ser testigo de los proyectos arquitectónicos de grandes referentes como Frank Gehry, Zaha Hadid, Álvaro Siza o Tadao Ando, se puede visitar la completa colección de piezas de mobiliario y accesorios de la firma Vitra en la espectacular Vitra Haus, obra también de Herzog & De Meuron.
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En el centro de Basilea
La tarde llega a su fin y tras regresar al centro de Basilea con el bus 55 (trayecto: 2,50 €; se viene de Alemania y, por tanto, se paga en euros) es buen momento para reponer fuerzas con una cena en el clásico y elegante Kunsthalle, situado junto a la sala de exposiciones homónima y frente a la fuente de Tinguely con sus características figuras de hierro. Dentro de la oferta de alojamientos de ciudad, la elección es Nomad Design & Lifestyle Hotel, un atractivo hotel boutique con personal muy amable, decoración de estilo escandinavo y excelente ubicación. Dispone de bicis plegables a disposición del huésped para recorrer la ciudad sobre dos ruedas como un basiliense más.
Basilea, capital cultural de Suiza
A Basilea se la conoce como la capital cultural de Suiza y no es para menos puesto que pese a no ser una gran ciudad, cuenta con unos 40 museos entre los cuales el Kunstmuseum Basel (o Museo de Arte de Basilea) es el de mayor envergadura. Un exhaustiva selección de obras de todos los tiempos en un imponente edificio sumerge al viajero en un valioso tesoro artístico. Saliendo del museo y tomando la comercial Freie Strasse se llega a la Markplatz frente a la cual se ubica el Rathaus (ayuntamiento).
Si bien sus pinturas y su fachada de ladrillo rojo llaman la atención, tanto o más lo hace su patio interior, decorado ahora con un gran árbol de Navidad y acompañado de un gran libro de los deseos donde lugareños y visitantes pueden dejar anotados sus ávidos sueños.
Un artesano de la decoración navideña
Un ligero desvío hasta la calle Spalenberg se adentra por una atractiva zona de comercios locales y conduce a la tienda de Johann Wanner, una institución en lo que a decoración navideña se refiere. Lejos de alardear de sus trabajos –al más puro estilo suizo–, este gran artesano cuenta entre su clientes con el propio Vaticano y la Casa Blanca. Sus adornos hechos a mano van de lo clásico a lo más kitch y transgresor. Basta con pasear por el interior de su tienda y ser testigo de su genialidad.
Fin de la escapada a Basilea
De vuelta al punto de partida, en Barfüsserplatz y Münsterplatz, la música, la iluminación y el ambiente sereno a la vez que festivo ponen el colofón a una escapada navideña con altas dosis de arte y cultura. Así es Basilea. Puede que la maleta de regreso a casa no lleve regalos navideños (eso se lo dejamos a Papa Noel) pero seguro que va cargada de queso, chocolate, algún que otro adorno y grandes recuerdos.
Información práctica para moverse por Basilea
BaselCard: Se obtiene de forma gratuita pernoctando en alguno de los hoteles de la ciudad y ofrece viajes ilimitados en transporte público, descuentos en museos y atracciones, y 17 puntos de conexión wifi por las calles de Basilea.