Jacksonville, Best in Travel 2018
Florida es un oasis de viajeros: rebosa historia, ocio y tiene más de 1000 millas de costa; pero sus destinos más populares son caros. El antídoto es una visita a Jacksonville, en el lado atlántico del estado, una ciudad que combina encanto costero con ambiente metropolitano y es más asequible que otros enclaves turísticos de Florida.
En Jacksonville la vida nocturna y las actividades al aire libre están a pocas manzanas de distancia. En este artículo te descubrimos por qué un fin de semana en la First Coast de Florida debería ser la primera opción en la lista de viajes.
Primer día en Jacksonville: viernes
¡Bienvenidos a Jacksonville! ¿Sabía el viajero que Jax (Jacksonville) es la ciudad más grande por superficie de los Estados Unidos continentales? Sus dimensiones se asimilan enseguida cuando uno se traslada del Jacksonville International Airport al alojamiento en la playa, a 25 millas de distancia. La parte positiva es que, tanto si uno se desplaza en vehículo de alquiler, coche compartido o lanzadera de hotel, el trayecto ofrece una perspectiva de todo lo que ofrece la ciudad.
Pero este viaje se centra en la costa y va rumbo a la playa. A los lugareños les encanta recomendar el Seahorse Oceanfront Inn, en Neptune Beach. En invierno, el precio por habitación parte de 129 US$; y en verano, de 139 US$, con un máximo de 219 US$ por la suite más amplia del hotel, con jacuzzi. El camarero local Robert Freeman describe el Seahorse como “un asombroso hotel de estilo retro frente al mar con piscina”, y no bromea; todas las habitaciones dan al mar, y hay mucha oferta de ocio a un breve paseo.
Si se prefiere una experiencia más contemporánea, en la misma calle está One Ocean Resort & Spa que ofrece lujo a precios competitivos. Las habitaciones cuestan desde 150 US$ por noche. El Atlantic Beach Hotel (en el One Ocean Resort & Spa) tiene un completo spa y, como el Seahorse, está a pocas manzanas del Beaches Town Center.
Tras dejar el equipaje en la habitación se puede ir al Lemon Bar, en el patio del Seahorse, y pedir una cena sencilla –es buena ida probar los Mayport shrimp, que deben su nombre al pueblo costero vecino– y después un cóctel para redondear la noche. El Lemon Bar Fresco (7 US$) lleva vodka de mandarina, zumo de uva y soda, y es un capricho delicioso. A partir de aquí, uno decide si irse a la cama o dar un paseo por la playa, pero el día siguiente será un gran día.
Sábado: segundo día en Jacksoville
Todos los días empiezan con un buen desayuno, y aquí las opciones abundan. Si apetece, se puede desayunar en el hotel; el Seahorse ofrece una cesta de desayuno, gentileza de la casa, que hay que ir a recoger; y One Ocean’s Azurea tiene una completa carta de desayunos.
También es buena idea ir a Maple Street Biscuit Co., en Jacksonville Beach, a saborear las delicias locales. Esta pequeña cadena regional que nació en Jacksonville tiene hoy con 10 sucursales y ofrece cocina de estilo sureño en un entorno casual.
La mejor hora para ir a la playa es a media mañana, y las opciones abundan. Casi nada más salir del hotel se pisa la arena de Atlantic beach o Neptune beach. Si se prefiere un ambiente más animado, se pueden recorrer las dos manzanas y media que hay de Maple Street a la orilla. Suele haber mucha actividad alrededor del Jacksonville Beach Fishing Pier, aunque el muelle en sí está cerrado desde octubre del 2016, tras el paso del huracán Matthew. En toda la zona abundan los paseos por las dunas y los aseos públicos.
Para hacer una pausa de la playa y aplicarse la loción solar, se puede ir a comer a Taco Lu. Preparan el guacamole al momento y la variada oferta de tacos permite combinarlos al gusto. Los tacos estándar cuestan 2,99 US$ la unidad, y los especiales, desde 3,99 US$; es fácil ir pidiendo hasta saciarse. Si apetece una bebida ‘adulta’ durante la comida, el fin de semana hay happy hour durante el brunch, de 10.00 a 14.00, y el restaurante tiene una gran selección de tequilas (¡docenas de ellos!).
Si se viaja con niños, es buena idea visitar el Adventure Landing. Este cercano recinto de ocio incluye un parque acuático, una sala láser, un minigolf y otras atracciones. La entrada al parque con acceso a cinco atracciones cuesta 39,99 US$, pero existen otras combinaciones.
Los amantes de las aventuras improvisadas pueden contactar con Adventure Kayak Florida. Este operador ofrece circuitos cerca de la playa sobre fotografía, ornitología o remo.
Después se regresa al hotel y, tras una ducha, se puede ir a cenar a Eleven South. Este popular restaurante cosecha atenciones –como el premio Wine Spectator’s Award of Excellence, que lleva recibiendo durante 11 años consecutivos– y es un buen sitio para cenar bien. Si los entrantes (a partir de 18 US$) disparan el presupuesto, que nadie se inquiete; los platillos ofrecen variedad, pero también es buena idea reservarse el restaurante para el domingo. La happy hour premium funciona de domingo a jueves e incluye cócteles por 5 US$, vinos por 7 US$, y tentempiés por 7 US$.
Para socializar es buena idea optar por la Jax Ale Trail. Cinco de las cervecerías artesanales de la ciudad están en la playa, y cada una de ellas tiene su propia personalidad. Atlantic Beach Brewing Company es propiedad de dos hermanos gemelos y la esposa de uno de ellos, y tiene un estilo muy familiar. Southern Swells Brewing Co. es el bar más grande, con espacio para tomar una copa, socializar o jugar a juegos de mesa. Engine 15 Brewing Company destaca las cervezas ‘invitadas’ junto a las propias, y Green Room Brewing ofrece siete cervezas fijas y nueve que van rotando en los tiradores; y Zeta Brewing Company satisfará con su carta de cócteles a quienes no beben cerveza. Es mucha cerveza en un radio de una milla, conviene regresar al hotel en taxi o en el coche compartido de alguna app. El fin de semana ya casi toca a su fin, pero todavía queda mucho por disfrutar.
Último día en Jacksonville: domingo
Es hora de tomarse un café. Un breve paseo por First Street lleva hasta Southern Grounds Coffee. Se pide el café preferido –de proveedores directos– y se elige un bollo o un sándwich de desayuno del chef David Carrier. En su currículum destacan el French Culinary Institute, un período en el French Laundry de Thomas Keller y sus propios restaurantes.
Después se puede ir de compras. El Beaches Town Center incluye una variedad de tiendas locales, como las elegantes AshleGyre y Jaffi’s o Kyd’s Children’s Boutique. Quién prefiera los libros a la ropa puede pasarse por The BookMark, famosa por su selección de libros y ‘cachivaches’ para libros.
Cuando apriete el hambre, es buena idea ir a Atlantic Boulevard y comer en M Shack (famoso por sus batidos) o en Poe’s Tavern (no hay que perderse los aseos literarios ni la Rue Morgue, una hamburguesa con chile, queso y un huevo frito).
El fin de semana en Jacksonville se remata con una visita al spa de One Ocean. Se puede pedir un masaje de caracolas –una versión divertida del masaje de piedras calientes– o el masaje especial de temporada. Cualquier opción es buena para terminar el fin de semana en la playa de lo más relajado.