Nueva Zelanda por carretera, una ruta por el sur

Escrito por
Amy Balfour, autora de Lonely Planet

21 Enero 2019
5 min de lectura
© NurIsmailPhotography_Getty_Images
Carretera hacia Canterbury, Isla Sur, Nueva Zelanda

Explorando los Alpes del Sur a través de un recorrido por carretera

Esta ruta por carretera por la Isla Sur de Nueva Zelanda combina lo mejor del paisaje alpino y los lagos de Nueva Zelanda con infinitas opciones de aventura en la naturaleza.

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Nueva Zelanda

 

Comienzo uno de los viajes más espectaculares por Nueva Zelanda con un pastel de carne y champiñones de la Famous Sheffield Pie Shop, el sustento ideal para un viaje por el eje de los Alpes del Sur.

 

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Arthur
 Arthur's Pass y los Alpes del Sur, Isla Sur, Nueva Zelanda © K289 / Shutterstock

Sheffield se asienta en las amplias llanuras de Canterbury, pero en seguida cruzo grandes puentes sobre ríos que forman trenzas, y me deslizo por bosques subalpinos rodeados de valles glaciales y cumbres montañosas. Al pasar por Arthur’s Pass, los audaces y descarados kea (loros alpinos) saltan en el techo del coche, pero antes de que puedan mordisquear la antena como tienen por costumbre, alcanzo las amplias curvas del viaducto de Otira y desciendo a través de campos de cultivo hasta la West Coast en la Isla Sur.

 

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Kea sobre el coche, Canterbury, Isla Sur, Nueva Zelanda © Warut Prathaksithorn / Shutterstock
 Kea sobre el coche, Canterbury, Isla Sur, Nueva Zelanda © Warut Prathaksithorn / Shutterstock

Unos 20 km al sur, la historia de Hokitika comienza con las minas de oro, y, aunque la fiebre del s. XIX ya pasó, las amplias calles de la ciudad están aún bordeadas de grandes edificios. El pounamu (jade) es el filón actual de la región, y las galerías presentan obras creadas con rocas de valles muy distantes.

 

 

Desde Hokitika, la SH6 se desvía al interior, con un sinuoso trazado por el irregular mosaico de tierras cultivables y bosques, hasta la antigua ciudad minera de Ross. Después de estirar las piernas en el Water Race Walk por antiguas excavaciones mineras de oro, cuevas y túneles, recorro el último tramo del día hasta el glaciar Franz Josef, detrás de los rocosos valles fluviales que desembocan en el mar de Tasmania.

 

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Glaciar Franz Josef, Isla Sur, Nueva Zelanda © R Scapinello / Shutterstock
 Glaciar Franz Josef, Isla Sur, Nueva Zelanda © R Scapinello / Shutterstock

A la mañana siguiente, me siento afortunada: el tiempo es muy caprichoso en la West Coast, pero el día amanece con un cielo azul que descarta lluvia o niebla. En una visita anterior me gasté un dineral en un viaje en helicóptero y una excursión guiada por lo alto del glaciar, pero esta mañana me conformo con sortear el Ka Roimata o Hine Hukatere Track yo sola para contemplar la impresionante panorámica desde la cara terminal del glaciar Franz Josef.

Prosigo mi camino hacia el sur hasta el glaciar Fox; el trayecto de 23 km, al resguardo de las montañas cubiertas de matorrales del Parque Nacional Westland Tai Poutini, es la media hora más espectacular de Nueva Zelanda.

 

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Monte Cook y Monte Tasman reflejados en el lago Matheson, Isla Sur, Nueva Zelanda © Martin Capek / Shutterstock
 Monte Cook y Monte Tasman reflejados en el lago Matheson, Isla Sur, Nueva Zelanda © Martin Capek / Shutterstock

En el glaciar Fox, me desvío para una visita obligada al lago Matheson. El tiempo continúa comportándose y la silueta nevada e imponente del Aoraki/monte Cook se refleja a la perfección en la quieta superficie del lago. A vuelo de pájaro son solo 22 km, pero mi viaje al pico más alto de Nueva Zelanda incluye otros 460 km de paisajes espectaculares de la Isla Sur.


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Desde el glaciar Fox a Wanaka se tardan unas 3 h, bajando por la costa oeste hasta el remoto asentamiento de Haast. Justo detrás de las cataratas y las curvas en zigzag del puerto de Haast, el pueblo perdido de Makarora (una buena base para excursiones de aventura, incluidos paseos en lancha motora y senderismo por una zona con el torvo nombre de “Siberia”) es la última andanza por las boscosas montañas de Westland, antes de entrar en los picos y valles más abiertos y pelados de Central Otago. Una tortuosa ruta por los lagos Hawea y Wanaka me lleva, a media tarde, hasta mi destino.

 

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Wanaka a la orilla del lago homónimo, Isla Sur, Nueva Zelanda © Blue Planet Studio / Shutterstock
 Wanaka a la orilla del lago homónimo, Isla Sur, Nueva Zelanda © Blue Planet Studio / Shutterstock

Wanaka suele quedar eclipsada por Queenstown al sur, pero la otra ciudad a orillas del lago (menos transitada) de Central Otago es seguramente más agradable. Al paseo en kayak al final de la tarde por el lago Wanaka, le sigue una película en un cómodo y viejo sofá (por desgracia los asientos del avión y los del viejo Morris Minor ya están ocupados) en el singular Cinema Paradiso. La guinda la ponen una pizza y galletas de chocolate recién horneadas en el intermedio.

 

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Queenstown, Isla Sur, Nueva Zelanda © ChameleonsEye / Shutterstock
 Queenstown, Isla Sur, Nueva Zelanda © ChameleonsEye / Shutterstock 

A la mañana siguiente llego a Queenstown y cambio las cuatro ruedas por dos ruedas con tacos, y tomo el Skyline Gondola hasta Bob’s Peak, con destino al Queenstown Bike Park. Las numerosas pendientes de la ladera, con vistas parciales del lago Wakatipu y de las cumbres índigo de las Remarkables, me preparan para una pinta de Altitude, la cerveza artesana local, en el Atlas Beer Café. Salto de puente, tirolinas y parapente confirman la reputación de Queenstown como centro de deportes de aventura, pero yo busco emociones a la sombra de la montaña más alta del país.


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La diversidad paisajística durante el viaje de 3 h desde Queenstown al Aoraki/monte Cook es asombrosa. Escarpados picos de esquisto se elevan sobre la carretera ribereña, bordeando los viñedos del valle Gibbston y atravesando luego el valle del Kawarau. Desde Cromwell, los escarpados riscos sobre el lago Dunstan dan paso al puerto de Lindis, que cruza la amplia cuenca del distrito de Mackenzie. El Lindis puede estar cerrado en invierno a causa de la nieve, pero durante mi viaje no hay rastro de nubes.

 

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Lago Pukaki, Isla Sur, Nueva Zelanda © Dmitry Pichugin / Shutterstock
 Lago Pukaki, Isla Sur, Nueva Zelanda © Dmitry Pichugin / Shutterstock

El cobalto da paso al turquesa mientras me deslizo junto al lago Pukaki hasta Mount Cook Village. El color azul eléctrico del lago se debe a un fenómeno conocido como harina glaciar, a causa de unas partículas en el agua que también caracterizan al glaciar Tasman. A bordo de una Zodiac inflable, me uno a un grupo de viajeros para admirar el panorama de los icebergs desprendidos del glaciar Tasman. Los tenues vientos mueven algunos icebergs, que navegan a la deriva por la superficie del lago. En unas semanas, el paisaje será muy diferente.

Al ponerse el sol, una fría corriente alpina invade rápidamente las montañas, y me alegro de rematar la jornada junto a una chimenea en el cálido bar del tradicional Hermitage Hotel del monte Cook.

 

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Alpes del Sur, Isla Sur, Nueva Zelanda © Ivo Antonie de Rooij / Shutterstock
 Alpes del Sur, Isla Sur, Nueva Zelanda © Ivo Antonie de Rooij / Shutterstock 

Hoja de ruta

  • Inicio Christchurch
  • Final Aoraki/monte Cook
  • Distancia 997 km
  • Cómo llegar Hay aeropuerto en Christchurch.
  • Cuándo ir  Los meses más cálidos son de febrero a abril.
  • Dónde alojarse Esta ruta incluye algunos de los campings más espectaculares del Departamento de Conservación.
  • Dónde comer Los restaurantes de los viñedos de Central Otago, alrededor de Queenstown y Cromwell.
  • Actividades Hay estupendas excursiones de un día por el Aoraki/monte Cook y Wanaka. En Queenstown, saltar desde un puente o subir a una lancha motora.
  • Más información www.centralotagonz.com; www.mackenzienz.com; www.westcoast.co.nz

 

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