Tanto si se trata de la extraordinaria capital francesa como del rústico interior, Francia seduce a las familias con su rica mezcla de reclamos culturales, actividades y ocio (gratis y de pago). Para exprimir al máximo el viaje, se recomienda planificarlo bien.
Los padres espabilados se las ingenian para que a los peques les resulte atractiva la visita a los puntos de interés del país, incluidos los indispensables: p. ej., en Mont St-Michel se puede prescindir de los circuitos en grupo y contratar a un guía para ir a pie a la abadía por la arena, descalzos; con los adolescentes, en vez de hacer cola de día se visita la Torre Eiffel de noche; y en Provenza o Borgoña no hay que descartar las catas de vinos, pues se pueden alquilar bicicletas y convertir la salida en una excursión sobre ruedas. Hay un sinfín de posibilidades.
Muchos museos parisinos organizan ateliers (talleres) para niños, solos o con sus padres. Son temáticos, precisan reserva, duran 1½-2 h y cuestan 5-20 €. En Francia, los peques no tienen clase los miércoles por la tarde, que es cuando se programan casi todos los talleres, aunque también se ofrecen los fines de semana y en épocas de vacaciones. La mayoría están pensados para niños de 7-14 años, pero en las actividades de arte del Louvre los admiten desde 4 años, y en las del Musée d’Orsay, desde 5 años.
Al comprar las entradas para cualquier museo o monumento del país, se recomienda preguntar por las actividades infantiles. También resulta infalible dejarles una audioguía (desde 6 años). Los no tan pequeños pueden echar un vistazo a las aplicaciones que ofrecen los museos y monumentos para smartphones y tabletas.
Tan pronto como los niños dejan de usar pañales, esquiar en los Alpes franceses es una actividad familiar preferente. La École du Ski Français (www.esf.net) inicia a los pequeños en el esquí (hay clases en grupo o individuales, de medio día o día entero) a partir de 4 años, y muchas estaciones cuentan con divertidos jardins de neige (jardines de nieve) para niños desde 3 años. Quienes viajen con menores de 10 años encontrarán más accesibles y con mejor relación calidad-precio los resorts más pequeños como, p. ej., Les Gets, Avoriaz (sin automóviles), La Clusaz, Chamrousse y Le Grand Bornand. Luego están el patinaje sobre hielo, las raquetas de nieve, los trineos con huskies, las piscinas climatizadas, etc.
Los Alpes y los Pirineos son perfectos también para hacer senderismo. Las oficinas de turismo facilitan información sobre caminatas familiares; otra opción es contactar con un guía local. En Chamonix, una de las excursiones en familia (por libre) más populares es el trayecto en teleférico y una caminata de 2 h hasta el Lac Blanc, con un chapuzón en el lago como colofón; también gustan mucho las expediciones de medio día por la montaña para niños de 3-7 años y las opciones de varios días para aventureros de 8-12 años, organizadas por Cham’ Aventure. Al igual que con el esquí, los sitios más pequeños, como el Parc Naturel Régional du Massif des Bauges, piensan más en las familias que los destinos de renombre.
Los deportes en aguas bravas y el piragüismo pueden practicarse a partir de los 7 años, p. ej., en los Alpes franceses, la Provenza y el Macizo Central. El ciclismo de montaña, apto para adolescentes, ofrece emociones fuertes, en especial en Morzine. También cabe entregarse al suave kayak marino por las calanques (profundas calas rocosas), bajo los acantilados y por cuevas del Mediterráneo, una actividad en familia indicada para mayores de 4 años. Marsella, en la Provenza, y Bonifacio, en Córcega, son de los mejores destinos para alquilar equipo.
Las oficinas de turismo informan sobre la impresionante oferta de ocio del país: espectáculos de marionetas al aire libre, teatro y películas infantiles los miércoles por la tarde y los fines de semana, músicos callejeros, monumentos iluminados de noche, festivales de música y mucho más. El éxito está asegurado con los espectáculos de luz y sonido (son et lumière) que se ofrecen en varios châteaux renacentistas del valle del Loira, el palacio papal de Aviñón y las fachadas de las catedrales de Ruan, Chartres y Amiens. Entre los monumentos más populares que se iluminan al añochecer están la Torre Eiffel y el marsellés MuCEM.
Acostumbrados a comer tres platos en el colegio, para los niños franceses la comida principal del día consta de entrante (entrée), plato principal (plat) y postre. También saben distinguir entre un brie y un camembert, y no aborrecen las verduras. Los principales suelen constar de carne con verduras o pasta, seguidos del postre y/o una loncha de queso. Entre los platos clásicos que más triunfan están el gratin dauphinois (patatas troceadas con nata, al horno), el escalope de veau (escalope de ternera) y el boeuf bourguignon. La fondue y la raclette (queso fundido guarnecido de patatas y fiambre) ya son favoritos a partir de los 5 años, y los moules frites (mejillones con patatas fritas), solo dos años después.
Los menús infantiles son habituales, pero después de unos días ya cansan los omnipresentes espaguetis a la boloñesa, las saucisses (salchichas) y el steak haché (hamburguesa de ternera) con frites (patatas fritas), seguidos normalmente de un helado. No hay que dudar en pedir media ración de adulto; de hecho, los restaurantes suelen agradecerlo. Lo mismo se aplica a los establecimientos económicos y de precio medio, que no ponen reparos en preparar pâtes au beurre (pasta a la mantequilla) para paladares quisquillosos o muy pequeños.
Todas las comidas se acompañan de pan (barra en rebanadas, punta o quignon incl.)
Está bien visto cenar fuera en famille, siempre que los pequeños no se descontrolen. Las brasseries y cafés (que sirven comida ininterrumpidamente de 7.00-8.00 a 24.00) quizá sean una opción más atractiva por el acomodo horario. Algunos restaurantes disponen de tronas y ofrecen papel y pinturas para que los niños dibujen durante la espera.
Francia es el edén de los tentempiés. Por las calles hay infinidad de puestos de crepes y, en invierno, de castañas. Las galettes (crepes de trigo sarraceno) son una buena opción para un almuerzo ligero, lo mismo que el mítico croque monsieur (sándwich mixto a la plancha), servidas en la mayoría de cafés y brasseries. En Francia, la goûter (merienda), que se devora al salir del cole, hacia las 16.30, no la perdona nadie, y los salons de thé sirven una irresistible variedad de tartas, bollería y galletas. También es habitual comprar una baguette y rellenarla con unas onzas de chocolate.
Atender las necesidades de los bebés es fácil gracias a la oferta de leches en polvo, de soja y de vaca, pañales y potitos que hay en los supermercados y farmacias, aunque pocos comercios abren los domingos. Más difícil es dar con comida de bebé ecológica (bio).
En vez de pedir un refresco para cada niño y que la cuenta se dispare, una buena idea es acompañar las comidas de una carafe d’eau (jarra de agua del grifo; gratis) y, entre medias, un sirop (sirope de fruta) con des glaçons (hielo) y une paille (pajita). En Francia, todo café y bar que se precie tiene una gran variedad de siropes. El de granadina y el de menta son los más solicitados, pero también los hay de melocotón, frambuesa, cereza y limón, entre otros. Se sirve diluido en agua y, lo mejor de todo, ronda los 1,50 € por vaso, es decir, 2 € menos que, p. ej., un refresco de cola.
Ladurée, París Antiguo salón de té con tartas tan bonitas que da pena comérselas.
Berthillon, París Heladería con montones de sabores inusuales; entre las mejores del país se incluyen Geronimi y Raugi en Córcega, La Maison du Glacier en Burdeos y La Martinière en St-Martin de Ré.
Meert, Lille Desde el s. xviii sirve gofres con crema de vainilla.
La Cité du Vin, Burdeos Cata de mostos y, para los padres, de vinos.
La Bicyclette Bleue, La Dombes Ancas de rana y un paseo en bicicleta por el lago.
Moutarderie Fallot, Beaune Moler semillas de mostaza en una fábrica tradicional.
Musée du Champignon, Saumur Para familiarizarse con el maravilloso mundo de las setas; tiene un vivero en una cueva.
L’Atelier du Chocolat, Bayona Ver cómo se elabora el chocolate en esta fábrica-museo.
Roquefort Société, Roquefort Probar este sabroso queso tras una visita a las cuevas donde maduran en las colinas.
Alpes franceses y Pirineos Esquiar, practicar snowboard o montar en un trineo tirado por perros (desde 4 años).
Aiguille du Midi, Chamonix Subir a la montaña en teleférico y cruzar glaciares de camino a Italia (desde 4 años).
Île de Ré y de Porquerolles Explorar una isla en bicicleta (desde 5 años o 1, en un modelo con remolque tirado por los padres).
Gorges du Verdon, Tarn y l’Ardèche Deportes en aguas bravas (desde 7 años).
Pont du Gard, Nimes Practicar piragüismo (desde 7 años) bajo el acueducto romano, o en el río Dordoña en los alrededores de La Roque Gageac.
Parc National des Cévennes, Languedoc Dar una vuelta en burro (desde 10 años), como Robert Louis Stevenson.
Camarga, Provenza Montar a caballo junto a otros vaqueros.
Acrobastille, Grenoble Lanzarse en tirolina entre los árboles (desde 5 años).
Val Thorens, Alpes franceses Testar la tirolina más alta del mundo (desde 8 años).
Domaine du Rayol, Corniche des Maures Embarcarse en una excursión de buceo con tubo frente a la Costa Azul o las islas de Porquerolles, Port-Cros y Córcega (desde 6 años).
Fuerte de St-Jean, Marsella A los niños locos por los castillos les pirra explorar esta fortaleza.
Route des Vins d’Alsace, Alsacia Ver pueblos de cuento de hadas cobrar vida.
Miroir d’Eau, Burdeos Disfrutar, descalzo, en la piscina reflectante más grande del mundo. También es divertido chapotear en fuentes especiales instaladas en Lyon (Place des Terreaux), Dijon (Place de la Libération) y París (Place de la République).
Dune du Pilat, costa atlántica Correr sin ataduras por este colosal castillo de arena.
Festival Off, Aviñón Fantástico festival que encandila a los niños; otras grandes citas son la Fête des Lumières de Lyon y el Carnaval de Niza.
Maison Natale de Pierre Fermat, zona de Toulouse Divertida e instructiva casa-museo del matemático del s. xvii.
Pointe du Hourdel, bahía del Somme Colonias de focas en el norte del país.
Parc National de la Vanoise, Alpes franceses Encontrarse cara a cara con íbices, gamuzas y marmotas.
Parc Polaire, Jura Rebecos, perros de Groenlandia, ciervos, yaks y caballos salvajes.
Parc National du Mercantour, Parc Animalier des Monts de Guéret (Loups de Chabrières; 05 55 81 23 23; www.loups-chabrieres.fr Guéret; adultos/niños 10/7,50 €; 10.00-19.00jul y ago, más reducido resto del año, cerrado dic y ene) y Les Loups du Gévaudan Lobos.
Réserve Ornithologique du Teich, cerca de Arcachon (05 56 22 80 93; www.reserve-ornithologique-du-teich.com; La Teich; adultos/niños 8,90/6,70 €; 10.00-20.00 jul y ago, hasta 19.00 med abr-jun y 1-15 sep, hasta 18.00 med sep-med abr) Cigüeñas y martines pescadores.
NaturOparC, Hunawihr Ver nacer las cigüeñas en primavera en Alsacia.
Réserve de Bisons d’Europe, Mende Acercarse al bisonte europeo.
Parc des Oiseaux, La Dombes Maravillarse ante cientos de aves endémicas y exóticas en un prolijo recinto próximo a Lyon.
Maison des Vautours, Alto Languedoc Ver como los buitres sobrevuelan las montañas en las Grands Causses; el Parc National des Pyrénées y las Gorges du Verdon en Provenza son otros dos enclaves donde pueden observarse.
Musée des Égouts, París (01 53 68 27 81; http://equipement.paris.fr/musee-des-egouts-5059; Place de la Résistance, 7e; adultos/niños 4,40/3,60 €; 11.00-17.00 lu-mi, sa y do; Alma Marceau o RER Pont de l’Alma) Explorar las alcantarillas en compañía de las ratas.
Musée Océanographique de Monaco Asombroso, incluye un bello acuario de 1910.
Le Petit Musée Fantastique de Guignol, Lyon Sumergirse en el encantador mundo de las marionetas.
Aquarium La Rochelle Uno de los mejores acuarios del país. Hay otros en París, Boulogne-sur-Mer, St-Malo, Montpellier, Brest, Lyon y Biarritz.
Les Catacombes, París Innumerables calaveras (desde 14 años).
Aven Armand, Languedoc La mayor colección de estalactitas del planeta.
Valle del Vézère, Dordoña Jugar a los cavernícolas en cuevas llenas de arte rupestre.
Cité de l’Océan, Biarritz Descender a las profundidades del océano en el suroeste del país.
Micropolis, cerca de Millau Descubrir un sinfín de insectos en el Languedoc.
Musée du Bonbon Haribo, Uzès El museo de los dulces.
Le Train Jaune, Pirineos Ver cómo se suceden los espectaculares paisajes pirenaicos a bordo de un mítico tren de montaña.
Citadelle de Besançon, Besançon Además de sus fabulosas murallas antiguas, hay un insectario y un zoológico.
Les Machines de I’Île de Nantes Volar sobre una garza o montar un elefante mecánico en este taller único.
Cité des Sciences, París Participar en talleres interactivos en el museo de ciencia más importante de la capital (desde 3 años).
Palais de la Découverte, París Otro gran destino para científicos en ciernes (desde 10 años).
Le Vaisseau, Estrasburgo Ameno museo de ciencia y tecnología, en el norte del país.
Fábrica de Airbus Jean Luc Lagardère, Toulouse Para saber cómo se construyen los aviones (desde 6 años).
Cité de l’Automobile y Cité du Train, Mulhouse Los futuros mecánicos se prendarán con estos dos museos.
Funiculaire du Capucin, Macizo Central No hay mejor manera de ascender al Mont-Dore que en este funicular centenario.
L’Aventure Michelin, Clermont-Ferrand Mapas/planos, automóviles rutilantes, pantallas de última generación y exposiciones interactivas pensadas para los pequeños de la casa.
Cité de l’Espace, Toulouse Descubrir los confines del espacio y emular a un astronauta.
Disneyland, París Dejarse seducir por la magia del mundo de Disney con cinco espacios temáticos y palpitantes atracciones.
Vulcania, Macizo Central Erupciones y grandes dosis de emoción y conocimiento acerca de los volcanes extintos de Auvernia.
Futuroscope, Poitiers Enorme parque temático que augura experiencias cinemáticas de la era espacial para todas las edades.
Musée Parc des Dinosaures et de la Préhistoire, Languedoc-Rosellón ¡Ojo!: en sus bosques acechan réplicas de dinosaurios en tamaño real cuando uno menos lo espera.
En París y otras grandes urbes se alquilan apartamentos con lavadora y cocina indicados para familias con niños pequeños. Por el contrario, en el interior cuesta encontrar hoteles con habitaciones familiares o para cuatro personas, y han de reservarse con antelación. Funcionales pero sin encanto, las cadenas hoteleras como Formule 1, situadas a las afueras de la mayoría de las grandes localidades, siempre disponen de un buen porcentaje de habitaciones familiares, lo que los convierte en una buena opción para pernoctar. Los padres con solo un niño o bebé, no tendrán problemas a la hora de dar con alojamiento; casi todos los hoteles de precio medio disponen de cunas y, por un pequeño suplemento, colocan una cama extra en una habitación doble.
En la Francia rural, resultan prácticos los B&B y fermes auberges (casas rurales). Para niños mayores, las casas arbóreas con literas y las yurtas mongolas constituyen una aventura.
Los campings causan furor entre las familias francesas: solo hay que alquilar una autocaravana con cocina, un bungaló o una tienda de campaña, y relajarse en el porche con una copa de vino y viendo corretear a los más pequeños.