Nada distingue mejor a la capital rusa que sus estilos arquitectónicos, en marcado contraste. Moscú era la capital de la antigua Rus, como prueba su perfil urbano de tejados picudos y cúpulas bulbosas. Las calles de Moscú son como un tratado de historia rusa, con iglesias, mansiones, teatros y hoteles que se alzan como vestigio de los períodos más decisivos, de la época medieval bizantina al Moscú barroco o al revival ruso. A pesar de las demoliciones, Moscú ha sabido conservar una impresionante colección de joyas arquitectónicas.
Museo Estatal de Historia Inspirado en el estilo medieval, por dentro y por fuera.
Catedral de Cristo el Salvador Inspirada en la arquitectura bizantina rusa.
Narkomfin Icono del constructivismo, está en fase de restauración; y lo necesitaba.
Casa Melnikov El arquitecto vivió en esta casa cilíndrica cerca del Arbat.
Lo más fascinante del panorama del arte contemporáneo ruso no son los artistas consolidados, si no los creativos emergentes. Para ver a qué se dedican es buena idea visitar los centros de arte posindustriales que surgen en Moscú.
Muchos profesionales del arte aseguran que no existe la censura en Rusia, si bien algunos admiten cierto grado de autocensura. La evidencia prueba que artistas y comisarios de arte se arriesgan a ser arrestados, sobre todo si tocan temas como la guerra de Chechenia o la Iglesia ortodoxa rusa.
En cualquier caso, el gobierno colabora en el patrocinio de eventos tan prestigiosos como la Bienal de Arte Contemporáneo de Moscú (www.moscowbiennale.ru; sep). Muchos oligarcas también han empezado a apostar por el talento local. Leonid Mikhelson, el hombre más rico de Rusia según la revista Forbes, creó la Fundación V-A-C para apoyar al arte contemporáneo.
Museo Garage de Arte Contemporáneo Arte inusual que invita a reflexionar en un restaurante arruinado del parque Gorki.
Museo de Arte Moderno de Moscú Ofrece interesantes exposiciones itinerantes, sobre todo en sus sucursales.
Winzawod Antigua planta embotelladora, hoy llena de arte.
Las historias ricas y una cultura dinámica son los puntos fuertes de Moscú, como muestra su creciente selección de museos y galerías. Antaño piedra angular del conservadurismo, hoy estos espacios experimentan con nuevas tecnologías y temáticas, en un intento por entretener y educar.
Moscú se fundó como fortaleza y hoy es la prueba de sus humildes orígenes (por raro que parezca).
Moscú alberga famosos y prestigiosos museos de arte, con distintas instituciones dedicadas al arte ruso y europeo. Todos ellos son espacios espectaculares, y merece la pena dedicarles un día entero o más. Moscú cuenta también con un montón de galerías más pequeñas dedicadas a artistas o géneros concretos.
Los museos de historia recuerdan todas las épocas del pasado de Rusia. Muchas fincas estatales son hoy museos arquitectónicos; los museos militares conmemoran los actos heroicos de la nación; y todas las grandes personalidades del país cuentan con una casa-museo en su honor. Hay museos del espacio, museos judíos, museos de videojuegos, museos del chocolate, de los trenes, del vodka, etc.
La Armería El almacén de tesoros valiosísimos y artefactos históricos de Rusia.
Museo Pushkin de Bellas Artes Una fantástica colección de arte europeo, repartida en dos edificios.
Galería Estatal Tretyakov La crème de la crème del arte ruso, de antiguos iconos al modernismo más exquisito.
Museo Judío y Centro de la Tolerancia Genios y parias, disidentes y revolucionarios; la historia de los judíos en Rusia.
Museo Garage de Arte Contemporáneo El museo más vanguardista de Moscú.
Museo Mijáil Bulgakov El antiguo apartamento moscovita del censurado autor ofrece una cartelera de eventos culturales.
Casa-Museo Tolstói Para ver donde vivió en Moscú el novelista más célebre de Rusia.