Si alguien duda del potencial de Cuba en cuanto a actividades al aire libre, que preste atención: seis reservas de la biosfera de la Unesco, agua a raudales, miles de cuevas, tres cordilleras, numerosas especies de aves, el segundo mayor arrecife de coral del mundo, bosques tropicales casi vírgenes y extensiones de campo sin construcciones.
Quienes busquen aventura y hayan calentado con el ron, los puros y bailando salsa, no se aburrirán en Cuba. Hay que lanzarse a la carretera en bicicleta, pescar (y beber) como Hemingway, hacer excursiones por los senderos de la guerrilla, saltar desde una avioneta o redescubrir algún pecio español en la costa sur.
Debido al escaso desarrollo moderno, Cuba es muy verde y carece de las carreteras contaminadas y el feo desarrollo urbano que infectan otros países.
Aunque sus opciones de ocio no estén a la altura de Norteamérica o Europa, la oferta turística está bien consolidada y va mejorando. Los servicios y las infraestructuras varían en función de la actividad que se busque. Los centros de buceo y sus instructores suelen ser excelentes. Los naturalistas y los ornitólogos de los parques nacionales y las reservas de fauna y flora son meticulosos y están igualmente cualificados. El excursionismo ha estado siempre limitado y muy reglado, pero en los últimos años han crecido las oportunidades con agencias como Ecotur, que ofrece una amplia variedad de excursiones e incluso senderismo de varios días. El ciclismo es libre. El piragüismo y la escalada son deportes nuevos que gozan de mucho apoyo local pero, de momento, poco respaldo oficial.
En Cuba, es posible alquilar el material necesario para la mayor parte de las actividades, exceptuando el ciclismo. Si el viajero va con el suyo propio, cualquier cosa que esté dispuesto a regalar al final de su viaje (frontales, aletas, gafas de buceo, etc.) será gratamente recibida.
En muchos lagos de la isla alquilan barcas. Son buenas opciones las lagunas de la Leche y la Redonda, ambas en la provincia de Ciego de Ávila; el embalse Zaza, en la provincia de Sancti Spíritus, y la Liberación de Florencia en Ciego de Ávila. El viajero puede alquilar también un bote de remos y remontar el río Canímar cerca de Matanzas entre orillas invadidas por la selva de este Amazonas en miniatura.
El kayak como deporte está considerado más bien como una actividad playera en los tranquilos resorts. La mayor parte de las playas turísticas tienen un punto de deportes náuticos donde alquilan sencillos kayaks.
Cuba está plagada de cuevas –más de 20 000– y tanto los turistas como los espeleólogos profesionales pueden explorarlas. La Gran Caverna de Santo Tomás, cerca de Viñales, es la mayor del país, con más de 46 km de galerías; la cueva de los Peces, cerca de Playa Girón, es un cenote inundado donde se puede disfrutar de un colorido buceo con tubo; y la cueva de Ambrosio y las de Bellamar, ambas en Matanzas, cuentan con circuitos diarios.
Los especialistas disponen de ilimitadas grutas donde escoger. Contratándolo con antelación, se pueden explorar las profundidades de la Gran Caverna de Santo Tomás o visitar la cueva Martín Infierno, que tiene la estalagmita más grande del mundo. Conviene preguntar también por Santa Catalina, cerca de Varadero, que posee formaciones fungiformes únicas. La espeleología submarina es posible, asimismo, pero solo para expertos. Los interesados pueden contactar con Ángel Graña, secretario de la Sociedad Espeleológica de Cuba (7-209-2885;angel@fanj.cult.cu) en La Habana.
La mejor manera de conocer la isla de cerca es en bicicleta. Carreteras aceptables y tranquilas, paisajes maravillosos y la posibilidad de salirse del camino marcado y encontrarse con los cubanos, hacen del ciclismo un placer. Los menos aficionados a los pedales tienen alguna posibilidad de alquilar una bicicleta por día en hoteles, resorts y cafés (3-7 CUC), pero no hay que contar con ello. En cambio, los resorts más grandes de Varadero y Guardalavaca normalmente incluyen el uso de bicicletas en sus paquetes de “todo incluido”, aunque no es probable que las máquinas tengan marchas. Si el viajero se aloja en una casa particular, por lo general, el anfitrión se las ingeniará para facilitarle alguna alternativa.
El principal problema de las bicicletas cubanas es que suelen ser deficientes, lo que, unido a carreteras en mal estado, produce la sensación de ir sentado en cualquier cosa. Los ciclistas expertos deben llevar sus bicicletas embaladas en el avión, además de gran cantidad de recambios. Como los viajes organizados en bicicleta son muy comunes, los funcionarios de aduanas, los taxistas y el personal de los hoteles están muy acostumbrados a ellas.
Los mejores lugares para el ciclismo son el valle de Viñales; la campiña cercana a Trinidad, con la fuerte bajada lisa hacia Playa Ancón; las tranquilas callejas que serpentean por Guardalavaca; y las carreteras desde Baracoa a Playa Maguana (noroeste) y Boca de Yumurí (sureste). Para un reto mayor, se pueden acometer La Farola entre Cajobabo y Baracoa (21 km de ascenso), la accidentada pero espectacular carretera entre Santiago y Marea del Portillo –mejor repartido en tres días, haciendo noche en Brisas Sierra Mar los Galeones y Campismo la Mula– o, para verdaderos guerreros sobre ruedas, la tremendamente empinada carretera de montaña desde Bartolomé Masó hasta Santo Domingo, en la provincia de Granma. CubaRuta Bikes ofrece buenos circuitos privados en La Habana y alrededores.
Con la gran cantidad de casas particulares que ofrecen alojamiento barato, viajar en bicicleta es un placer siempre que el viajero se mantenga al margen de la autopista y evite La Habana.
El ciclismo de montaña no ha despegado aún en Cuba y, por lo general, no está permitido.
Es la actividad estrella de Cuba. Incluso a Fidel (en su juventud) le gustaba enfundarse un traje de neopreno y escaparse bajo las tornasoladas aguas del Atlántico y el Caribe (al parecer, su lugar de buceo predilecto era el escasamente visitado archipiélago de Jardines de la Reina). Era tan famosa la adicción al buceo del líder cubano que, según se dice, la CIA consideró asesinarle escondiendo un explosivo en una caracola.
Hay numerosos puntos de inmersión excelentes. Es preferible centrarse en las zonas donde se quiera bucear que intentar abarcarlas todas. Las mejores –Jardines de la Reina, María la Gorda y la Isla de la Juventud– están bastante aisladas y requieren tiempo de viaje (y planificación). Probablemente la costa sur, más protegida, garantiza el equilibrio entre claridad y seguridad de las aguas, aunque la costa norte, que cuenta con uno de los arrecifes más grandes del mundo, no se queda atrás.
Lo que hace especial el buceo en Cuba son sus aguas no contaminadas, su claridad (el promedio de visibilidad bajo el agua es 30-40 m), su temperatura (media de 24°C), la abundancia de coral y peces, el acceso sencillo (incluidos un par de excelentes arrecifes a los que puede llegaarse a nado) y los fascinantes pecios (Cuba era un nexo para galeones pesados en los ss. xvii y xviii, y un mar movido más las escaramuzas piratas hundieron muchos de ellos).
Cuba tiene en total 25 centros reconocidos distribuidos en 17 zonas. Muchos están gestionados por Marlin Náutica y Marinas, aunque también los hay representados por Gaviota (7-204-5708;gaviota@gaviota.cu; av. 47 n.º 2833, entre calles 28 y 34, La Habana), Cubanacán Náutica (7-833-4090; www.cubanacan.cu) y Cubamar (7-833-2523; www.cubamarviajes.cu). A pesar de que el equipamiento varía entre las diversas instalaciones, cabe esperar un servicio seguro y profesional con apoyo médico. Pero es en el submarinismo compatible con el medioambiente donde la situación es más floja. Además de disponer de certificados de la Escuela Internacional de Buceo (SSI), Certificación Americana Canadiense de Buceo (ACUC) y la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas (CMAS), la mayor parte de los instructores de buceo hablan diversos idiomas. A raíz de las leyes del embargo de EE UU, por lo general no se ofrece el certificado PADI).
Los precios de las inmersiones y los cursos son: de 25 a 50 CUC por inmersión, con un descuento a partir de cuatro o cinco. Los cursos con certificación completa cuestan de 310 a 365 CUC, y las inmersiones resort o introductorias, de 50 a 60 CUC.
Ernest Hemingway no estaba equivocado. Gracias al paso de la rápida corriente del Golfo por la costa norte de Cuba, la pesca deportiva de pez vela, atún, caballa, pez espada, barracuda, marlín azul y tiburón puede practicarse casi todo el año. Pescar en aguas profundas es una manera de relajarse, hacer amigos, beber cerveza, ver las puestas de sol y dejar los problemas atrás. Como cabe esperar, el país dispone de buenas instalaciones, y cada capitán de barco cubano parece sacado directamente de las páginas de un clásico de Hemingway. El mejor centro de pesca de Cuba es Cayo Guillermo, la pequeña isla (entonces sin habitar) que aparece en el libro Islas en el golfo. Aunque Papa ya no esté aquí, aún hay abundancia de peces.
Otra buena apuesta es La Habana, que tiene dos puertos, uno en Tarará y otro, el mejor, en Marina Hemingway, hacia el oeste. En el resto de la isla, todas las zonas principales de resorts ofrecen excursiones de pesca en aguas profundas a precios similares: unos 280 CUC por medio día y 450 CUC día completo para cuatro personas, incluida la tripulación y barra libre de bar.
Se practica principalmente en bancos de arena poco profundos de fácil acceso desde la orilla. Las clásicas zonas para lanzar el hilo son Las Salinas, en la Ciénaga de Zapata, las aguas protegidas alrededor de Cayo Largo del Sur, algunas partes de la Isla de la Juventud y, sobre todo, el deshabitado paraíso del archipiélago de Jardines de la Reina, un parque nacional fuertemente protegido.
En Cuba, un grand slam para pescadores con mosca es meter en una bolsa un sábalo real, un macabí y una palometa en el mismo día; y si se incluye también un róbalo será un superslam. La mejor temporada de pesca en esta parte del país es de febrero a junio. Al ser islas, arrecifes y bancos de arena aislados, los viajes de pesca suelen estar organizados en barcos que ofrecen alojamiento a bordo. Están coordinados a través de la empresa Avalon.
La costa norte esconde un par de buenos paraísos para la pesca con mosca. Más destacados son los aún inhabitados Cayo Romano y Cayo Cruz, al norte de la provincia de Camagüey. Ecotur se encarga de estos viajes.
Es menos conocida que la pesca con mosca, pero igual de gratificante. Muchos americanos y canadienses la practican en los lagos interiores de la isla. En Matanzas, la extensa Ciénaga de Zapata ofrece soberbia pesca con mosca en agua dulce, y los más entusiastas pueden organizar salidas de varios días para practicar la modalidad de pesca con devolución, en la que se libera a los peces tras su captura. La trucha fue introducida en Cuba a principios del s. xx por los americanos en el King’s Ranch y la United Fruit Company. Gracias a una favorable protección medioambiental, estos peces abundan hoy en muchos lagos. Buenos lugares para lanzar la caña son la laguna del Tesoro, en Matanzas; las lagunas de la Leche y la Redonda, en la provincia de Ciego de Ávila; el embalse Zaza, en Sancti Spíritus; y el embalse Hanabanilla, en Villa Clara, donde han llegado a pescar piezas de 7,6 kg.
Aviso a excursionistas europeos y fanáticos norteamericanos de los espacios vírgenes: aunque el potencial senderista es inmenso, el derecho del viajero a moverse libremente se ve limitado por caminos con pésimo mantenimiento, señalización deficiente, falta de mapas y severas restricciones sobre dónde se puede ir sin guía y dónde no. Los cubanos no son tan entusiastas del excursionismo por placer como los canadienses o los alemanes. En muchos parques piensan que los senderistas quieren ser llevados de la mano por caminos de no más de 5 o 6 km. El viajero escuchará a menudo que hacer excursionismo en solitario es imprudente y peligroso, a pesar de que en Cuba no hay grandes animales ni serpientes venenosas. La mejor época del año para practicarlo es fuera de la estación húmeda y antes de que apriete el calor (de diciembre a abril).
La escasez de excursiones no es siempre el resultado de prolijas restricciones. Gran parte del terreno que se puede recorrer está en zonas ecológicas sensibles, lo que significa que está cuidadosamente gestionado y controlado.
Las excursiones de varios días han mejorado en los dos últimos años y, aunque todavía es difícil conseguir información, se pueden juntar algunas opciones en la sierra Maestra y la sierra del Escambray. Sin duda, la más famosa es la excursión de tres días a la cima del pico Turquino, seguida de la ruta de San Claudio, en la Reserva Sierra del Rosario, con estancia de una noche.
Otras excursiones de un día más difíciles son la de El Yunque, una montaña cercana a Baracoa; el circuito del Balcón de Iberia, en el Parque Nacional Alejandro de Humboldt; y algunas de las que discurren alrededor de Las Terrazas y Viñales.
Topes de Collantes tiene probablemente la mayor concentración de rutas de senderismo en su zona protegida (un parque natural). Algunos grupos extranjeros organizan excursiones de cuatro a cinco días allí, que salen cerca del lago Hanabanilla y terminan en el parque El Cubano. Conviene consultar con antelación en la oficina de información de Carpeta Central, en Topes de Collantes, si se quiere organizar algo en grupo.
Otras excursiones más sencillas son a la cueva Las Perlas y Del Bosque al Mar, en la península de Guanahacabibes; la ruta guiada en el Parque Natural el Bagá; la ruta El Guafe en el Parque Nacional Desembarco del Granma; y el circuito corto en la Reserva Ecológica Varahicacos, en Varadero. Algunas de estas son guiadas y todas requieren el pago de una entrada.
Si se quiere hacer excursionismo de forma independiente, se necesita paciencia, resolución y un excelente sentido de la orientación. También es útil preguntar a los lugareños. Se puede probar primero con el Salto del Caburní o el sendero la Batata, en Topes de Collantes, o las diferentes rutas por Viñales. Hay una preciosa y poco transitada excursión por un buen camino, cerca de Marea del Portillo, y algunas opciones divinas en los alrededores de Baracoa.
Cuba siempre ha contado con una cultura vaquera y se puede montar a caballo por todo el país. Si se contrata de forma privada, conviene comprobar antes el estado de los caballos y el material. Montar caballos mantenidos en condiciones deficientes es cruel y potencialmente peligroso.
La empresa pública Palmares es propietaria de numerosos ranchos por toda Cuba que, se supone, dan al viajero una idea de lo que es la vida tradicional cubana en el campo. Todos estos lugares ofrecen paseos guiados a caballo, normalmente por 5 CUC/h aproximadamente. Hay buenos ranchos en Florencia, en la provincia de Ciego de Ávila, y en la hacienda La Belén, en la provincia de Camagüey.
El valle de Viñales ha sido descrito como el mejor lugar de escalada en roca del hemisferio occidental. Actualmente hay más de 150 rutas abiertas (en todos los niveles de dificultad, muchas de ellas calificadas como Clase 5,14 YDS) y la cuestión ha llegado a la comunidad escaladora internacional, que está creando su propio escenario en uno de los lugares más bonitos de Cuba. El viajero independiente apreciará la libertad de la que gozan estos deportistas en el país.
A pesar de que se puede escalar durante todo el año, el calor llega a ser insoportable y los cubanos se limitan a la temporada de octubre a abril, siendo diciembre y enero los meses óptimos. Para más información, puede visitarse Cuba Climbing (amente a Viñales.
Hay que tener en cuenta que, pese a su práctica generalizada y normalmente sin consecuencias, la escalada en el valle de Viñales no está aún técnicamente legalizada, aunque se rumorea que el Gobierno valora autorizarla oficialmente. Es mejor comprobar las actualizaciones sobre el terreno. Sería muy raro que el viajero fuera arrestado o incluso advertido, pero hay que prestar atención extrema y bajo ninguna circunstancia hacer algo que pueda dañar el delicado ecosistema del Parque Nacional Viñales.
Con los fuertes vientos del este-noreste que barren su abrupto litoral septentrional, era cuestión de tiempo que los cubanos (y los turistas) se dieran cuenta del gran potencial del país para estos deportes. Su práctica es aún relativamente reciente, sobre todo para aficionados con pocos recursos materiales, aunque cada vez más extranjeros llevan ya sus propias tablas y aparejos a los principales centros de kitesurf, como Varadero, Cayo Guillermo y Guardalavaca. En Varadero, incluso han surgido un par de empresas privadas de kitesurf que alquilan tablas e imparten cursos, como Caribbean Riders Kite School ( Laguna Azul y Memories Varadero, y Cuba Kiters (www.cubakiters.com) entre Solymar y el Hotel Internacional. Los cursos básicos de 4 h cuestan 140-160 CUC y un alquiler de 1 h/1 día 25/47 CUC. Más al este, Cayo Guillermo ofrece alquiler y cursos en tres hoteles resort, aunque muchos llevan ya equipo propio. Hay también apasionados surfistas en Guardalavaca, en la provincia de Holguín.