Los 16 pueblos de interior más bonitos de España

Escrito por
Lola Escudero

9 Octubre 2020
9 min de lectura
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Siurana, pueblo de Tarragona, Cataluña, España

Una selección de maravillosos pueblos de interior

Con más de 8000 municipios (8131 para ser exactos) es casi imposible seleccionar solo 16 pueblos excepcionales. Incluso en la Asociación de pueblos más bonitos de España no dejan de incorporar a su lista localidades que destacan especialmente por su cuidado, su fotogenia o por la protección de su ambiente y su estructura tradicional. A continuación, una lista de 16 pueblos de interior de indudable atractivo; no están todos los que son, pero sí son excepcionalmente bonitos todos los que forman parte de esta lista. 

1. Potes, Cantabria, el corazón de la Liébana

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Potes, pueblo del interior de Cantabria, España

© Nella / Shutterstock

 

Emplazada en el corazón de los Picos de Europa, Potes es la capital de los montañeros y de los senderistas, o incluso de los peregrinos que recorren el Camino Lebaniego hasta el monasterio de Santo Toribio de Liébana, a 2 km. Pero también es el pueblo de los puentes y de las torres, como la del Infantado y la de Orejón de la Lama, ambas del s. XV. Su zona antigua mantiene un gran sabor popular, y sus callejuelas están llenas de caserones blasonados. Potes es además conocido por su gastronomía, y en especial por sus platos de caza mayor, sus pescados de río y sobre todo, por el cocido lebaniego. 

 

2. Briones, La Rioja, el pueblo del vino

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Briones, pueblo del interior de La Rioja, España

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Ubicado junto a un espectacular meandro del Ebro y en lo alto de un cerro, Briones vive en torno al mundo del vino, y lo ha hecho desde la Edad Media. De entre sus casonas y palacios, algunos con recuerdos góticos en forma de ventanas apuntadas o en hornacinas con santos, destacan la casona de la Plaza o el palacio de los Quincoces, edificios civiles muy singulares característicos del renacimiento en el Norte.

La cultura del vino está presente también en sus museos, en especial el Museo Vivanco de la Cultura del Vino, que fue galardonado como el mejor museo de vino del mundo.

 

3. Olite, Navarra, entre reyes y princesas

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Olite, pueblo del interior de Navarra, España

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La silueta armoniosa de Olite y de su colosal castillo-palacio ocupa el centro geográfico de Navarra. El conjunto del Palacio Real tiene dos recintos claramente diferenciados, el Palacio Viejo, convertido en Parador Nacional, y el Palacio Nuevo; y cuenta con estancias, jardines, fosos, murallas, torres…

Aunque el castillo es su gran reclamo, en esta localidad medieval hay que callejear por el casco antiguo entre casas blasonadas para encontrar galerías subterráneas medievales, torres, iglesias góticas como la de Santa María e incluso los restos de una muralla romana. Olite es también capital del vino y lugar idóneo para disfrutar de una estupenda gastronomía. 

 

4. Alquézar, Huesca, Aragón, belleza a vista de pájaro

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Alquézar, Huesca, pueblo del interior de Aragón, España

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Situado en el Somontano de Barbastro y puerta de entrada al Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara, Alquézar se encarama y se mimetiza con las calizas sobre las que se asienta y en las que el río Vero ha tallado un impresionante cañón, donde los turistas practican barranquismo o descubren cuevas de arte rupestre.

En Alquézar, la colegiata preside majestuosa un casco urbano medieval que nació como fortificación árabe, aunque de ese periodo no queda nada. Una muralla de doble lienzo almenado y con varios torreones rodea el conjunto, que desde lejos dibuja una imagen increíble. 

 

5. Besalú, Girona, Cataluña, entre volcanes y hayedos

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Besalú, Girona, pueblo del interior de Cataluña, España

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Es uno de los mejores conjuntos medievales de Cataluña y un destino prioritario para los que recorren la Garrotxa, tierra de volcanes y hayedos cromáticos. Su puente románico de siete arcos sobre el río Fluviá es la emblemática puerta de entrada al pueblo y también el escenario de películas como El perfume o de muchas series ambientadas en la Edad Media.

Además de sus calles empedradas, casas bajas de piedra, escudos de madera y tiendas de artesanía, destacan en Besalú su Miqvé (baño judío de purificación) del s. XII, su castillo, el patio de la Casa Cornellà, uno de los ejemplos de arquitectura civil románica mejor conservado de Cataluña, o la iglesia del monasterio de Sant Pere. 

 

6. Siurana, Tarragona, Cataluña, en tierra de caballeros

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Siurana, Tarragona, pueblo del interior de Cataluña, España

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Este fue el último reducto de la Reconquista en Cataluña, y su historia está llena de leyendas, de princesas moras y de caballeros cristianos. Siurana es un encantador pueblo de calles empedradas y casas antiguas, con una iglesia de estilo románico con un precioso tímpano de entrada que desde hace siglos ha sellado la paz con su castillo árabe.

Pero lo más impresionante de Siurana son sin duda las vistas, al estar a 260 m sobre las sierras del Montsant y la Gritella, las montañas de Prades y el bonito embalse de Siurana. También es un lugar de referencia para escaladores y senderistas que se aventuran por los acantilados de la zona. 

 

7. Albarracín, Teruel, Aragón, la fusión cromática perfecta

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Albarracín, Teruel, pueblo del interior de Aragón, España

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Es uno de los pueblos más singulares de toda la península, con un monocromático, espectacular y armónico casco histórico y seleccionado en muchísimos rankings como el pueblo más bonito de España.

Entallado en una hoz del río Guadalaviar, y a solo 35 km de Teruel, Albarracín es un conjunto medieval de edificios de tonos rojos y ocres que se funden con el paisaje e invitan a viajar en el tiempo. 

 

8. Morella, Castellón, Comunidad Valenciana, envueltos en la muralla y asomados desde un castillo

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Morella, Castellón, pueblo del interior de la Comunidad Valenciana, España

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Morella impresiona por la prodigiosa imagen de su castillo. El pueblo cuenta con historia, mucho patrimonio y mucho encanto. Una muralla de 2 km con 10 torres y siete impresionantes puertas rodea Morella.

Además de los pórticos, los palacios señoriales y las casas solariegas que salpican sus calles, destacan su espectacular castillo, ubicado sobre una roca casi inexpugnable, y la increíble basílica gótica de Santa María la Mayor. Morella es famoso por la trufa negra, el ingrediente estrella de una gastronomía sabrosa que atrae a numerosos visitantes.

 

9. Fornalutx, Mallorca, Baleares, el encanto de la montaña mallorquina

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Fornalutx, Mallorca, pueblo del interior de las Baleares, España

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En el pintoresco valle de Sóller, a los pies del Puig Major, se esconde Fornalutx, una bonita población con casas de piedra, tejados rojos y pintorescas calles adoquinadas. La mejor forma de disfrutar del pueblo es callejeando por sus empinadas cuestas de piedra, tal vez desde la céntrica plaza de España, aglutinadora de la mayor parte de tiendas y bares, y donde se emplaza la iglesia, del s. XIII.

La Sierra de Tramuntana, donde se emplaza, es el paraíso para cualquier amante del senderismo o de la bicicleta de montaña. Además, cerca de Fornalutx se puede enlazar con la famosa ruta GR221, que se extiende a lo largo de esta cordillera.

 

10. Alcalá del Júcar, Albacete, Castilla-La Mancha, vivir bajo tierra en la hoz del Júcar

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Alcalá del Júcar, Albacete, pueblo del interior de Castilla-La Mancha, España

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Alcalá del Júcar trepa de forma inverosímil por las laderas que bordean la garganta trazada por el río. Este pueblo, pintoresco y bellísimo, está repleto de casas blancas bien conservadas, muchas de ellas excavadas en la misma roca, a la sombra de un imponente torreón que fue una defensa en zona fronteriza.

Algunas de estas casas-cueva se han convertido en bares y restaurantes; la más conocida es la llamada Cuevas del Diablo, bar, restaurante y discoteca, que atraviesa la colina al completo. En Alcalá del Júcar también hay cuevas que se han convertido en originales casas rurales donde se puede dormir bajo tierra.

 

11. Frigiliana, Málaga, Andalucía, blanco, floreado y empedrado

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Frigiliana, Málaga, pueblo del interior de Andalucía, España

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Este pueblo blanco y adornado por sus vecinos con flores se halla a solo 7 km de la Costa del Sol, en la comarca de la Axarquía. La plaza de las Tres Culturas separa el Barrio Mudéjar de la parte moderna, al sur.

En la zona mudéjar se reúnen sus principales atractivos, pero en realidad lo que seduce de Frigiliana es recorrer a pie las estrechas y empinadas callejuelas empedradas, subiendo y bajando entre casitas blancas con puertas de colores. Desde el castillo de Lizar, en ruinas, se puede disfrutar de unas vistas magníficas y de unos atardeceres inolvidables. 

 

12. Vejer de la Frontera, Cádiz, Andalucía, un pueblo blanco

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Vejer de la Frontera, Cádiz, un pueblo del interior de Andalucía, España

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Por sus calles laberínticas se desperdigan sus señas de identidad: fachadas encaladas, molinos de agua y patios floridos de estilo nazarí. El casco antiguo de Vejer de la Frontera se alza amurallado en lo alto, y en su interior cuenta con un Conjunto Histórico Artístico con joyas como el Arco de las Monjas, el rincón más fotografiado, o el barrio de la Judería, salpicado de tiendas de artesanía y galerías de arte.

Vejer de la Frontera es también destino gourmet, con su mercado gastronómico, sus numerosos restaurantes o sus espacios de cocina creativa. 

 

13. Trujillo, Cáceres, Extremadura, historias del Nuevo y del Viejo Mundo

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Trujillo, Cáceres, pueblo del interior de Extremadura, España

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Plató favorito de numerosas películas y series como Juego de Tronos, Trujillo es famosa por ser la cuna de conquistadores que descubrieron el Nuevo Mundo: Pizarro, Orellana, Gaspar de Carvajal o García de Paredes. La mayoría, de origen humilde, hicieron fortuna en América y cuando volvieron levantaron sus casonas y palacios, iglesias y monasterios, que se sumaron a los recios palacios medievales.

La monumental plaza principal de Trujillo está presidida por la estatua de Francisco Pizarro y por el palacio de la Conquista.

 

14. Sigüenza, Guadalajara, Castilla-La Mancha, el pueblo del Doncel

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Sigüenza, Guadalajara, pueblo del interior de Castilla-La Mancha, España

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Aunque presidida por su castillo medieval, uno de los mejores paradores de España, la catedral y la impresionante Plaza Mayor, el principal reclamo esta población es un joven apuesto: el famoso Doncel de Sigüenza, que ni era doncel ni era de Sigüenza. Se trata de la estatua funeraria renacentista de un noble, que desde hace cinco siglos lee y medita, vestido de guerrero, en una capilla de la catedral, y ha sido origen de todo tipo de leyendas.

En Sigüenza el renacimiento y el barroco están presentes en las sus calles y plazas, en sus palacios, conventos y ermitas. En los alrededores hay varios espacios naturales que por sí ya merecen un viaje: el Parque Natural Barranco del Río Dulce, el Río Salado y sus Saladares.

 

15. Urueña, Valladolid, Castilla y León, libros, libros y más libros

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Uureña, VAlladolid

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Urueña es un pueblo pequeñito y recogido, fortificado y casi anónimo. Solo los amantes de los libros conocen bien esta localidad medieval, convertida desde hace años en Villa del Libro y en la que hay más librerías que bares. Hasta 12 librerías y 5 museos conviven repartidos en las calles de un pueblo de menos de 200 habitantes.

El libro es el eje conductor de un proyecto que ha revitalizado y rehabilitado este lugar, donde también destacan sus bien conservadas murallas de los ss. XII y XIII y algunas de sus iglesias.

 

16. Frías, Burgos, Castilla y León, las casas colgadas del norte

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Frías, Burgos, pueblo del interior de Castilla y León, España

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Encaramada en un cerro aislado en el valle de la Tobalina (La Muela de Frías), esta villa es uno de los grandes ejemplos de arquitectura militar medieval. Impresiona su conjunto de casas colgadas sobre un acantilado, su castillo del s. X y su puente medieval sobre el Ebro. Frías es la hermana pequeña de las casas colgantes de Cuenca o de las de Castelfollit de la Roca, en Girona. 

Entre sus monumentos y sitios de interés destacan la Casa Cuartel, el palacio de los Salazar o el castillo de los Duques de Frías, una judería interesante, un lavadero medieval o un bonito convento de estilo gótico, además de sus miradores con fantásticas vistas.

 

 

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