Echarse a los hombros una vieja mochila y lanzarse a recorrer caminos que han servido de inspiración para toda clase de viajeros.
1. De Estambul A El Cairo, Oriente Próximo
Estambul tiene cada pie en un continente, lo que la convierte en un trampolín ideal para visitar Oriente Próximo. Esta ruta se abre paso por Turquía en dirección sur hasta llegar a Siria (*), donde cabe destacar el bazar de Alepo y su espectacular capital, Damasco. Continúa rumbo a Jordania para admirar las ruinas de Petra y flotar en el mar Muerto. Un desvío a Jerusalén puede representar una experiencia religiosa antes de deleitarse buceando en el mar Rojo. Hará falta mentalizarse para afrontar el bullicio de El Cairo, donde es inexcusable una excursión a las pirámides de Gizeh.
La estación de trenes más importante de El Cairo es la de Ramsés.
(*) Dada la situación actual, Lonely Planet no recomienda el paso por Siria.
2. Costa este de Australia
Muchos viajeros empiezan este viaje por Sídney, prendados por sus playas y su emblemático puente. Hay quienes optan por descender hasta Melbourne (el París del hemisferio sur) y disfrutar de su cultura cosmopolita y su clima europeo (evitando, cómo no, su invierno). Pero la mayoría pone rumbo a Byron Bay, un paraíso hippy situado al norte de Sídney con unas olas fantásticas. Los coleccionistas de ciudades quizás quieran parar en Brisbane, pero el grueso continúa hasta la tropical Cairns, que sirve de base para cruzar esa joya conocida como la Gran Barrera de Coral.
El Arts Factory Backpackers Lodge es un excelente alojamiento de Byron Bay, que ofrece tipis y la posibilidad de fabricar un didgeridoo.
3. Banana Pancake Trail
Los viajes por el sureste asiático suelen comenzar en Khao Sanh Rd, el centro mochilero en Bangkok. Luego las hordas se dispersan hacia las playas de Ko Pha-Ngan o a la exclusiva Phuket. Otros se dirigen a Siem Reap (Camboya) para contemplar el legado de civilizaciones antiguas en Angkor Wat, antes de proseguir hacia Ciudad Ho Chi Minh y continuar rumbo norte por el litoral de Vietnam hasta las majestuosas formaciones de piedra de la bahía de Halong. Para alargar el viaje, adentrarse hasta Vientián, la capital de Laos, o dar un paseo en elefante por el Parque Nacional de Khao Yai.
Bangkok y Singapur son dos nudos de conexiones aéreas.
4. De isla a isla, Nueva Zelanda
Esta ruta tiene su inicio en Auckland, donde muchos viajeros saborean su vida nocturna antes de desembarcar en
Rotorua para disfrutar de su actividad volcánica y de un hangi (comida típica maorí) amenizado con una danza
tradicional. La siguiente parada es Taupo, lugar perfecto para tirarse en paracaídas y practicar deportes
acuáticos en su lago. A continuación, la ventosa Wellington, famosa por sus cafés y su peculiar Beehive (sede
del Parlamento). Desde aquí se puede cruzar a la Isla del Sur y avistar ballenas en Kaikoura antes de llegar a
Queenstown y recorrer sus magníficos cañones en lancha o continuar hasta los glaciares Franz Josef y Fox.
La mejor forma de cruzar de una isla a otra es en ferry; véase www.interislander.co.nz.
5. Ruta 66, EE UU
Pocas carreteras presumen de un espíritu más auténtico que la Ruta 66. Pese a que su nombre dejó de utilizarse en 1985, muchos aventureros siguen transitando por ella para ver lo mejor del país. Comienza en Chicago, pasa por St. Louis, famosa por su blues, y sigue hasta Kansas, en el corazón de las Grandes Llanuras. Más tarde, atraviesa Texas y alcanza su ecuador junto a una colosal escultura de chatarra. El paisaje de vacas se repite en Nuevo México y en Arizona, que posee del mayor tramo ininterrumpido de la carretera original. Finalmente, California aparece ante el viajero y Los Ángeles completa la aventura con Hollywood y Rodeo Drive como puntos culminantes.
También se la conoce como la “Madre de las Carreteras de América”.
6. ‘Transiberiano’, Rusia
Este trayecto de 9289 km, antaño conocido como la “ruta de los zares”, es un viaje ineludible para todo mochilero. La ruta comienza en la costa de Vladivostok y avanza hasta Moscú, pasando junto al lago Baikal o parando en Ekaterimburgo, donde se dio muerte a los zares. El recorrido finaliza en la majestuosa Moscú –célebre por sus iglesias de cúpulas doradas y su Plaza Roja–, aunque se puede continuar hasta San Petersburgo. Otra opción es tomar el Transmongoliano en Pekín y adentrarse en Mongolia antes de enlazar con la línea principal junto al lago Baikal.
Se puede bajar del tren para dar una vuelta en un trineo tirado por perros por el lago Baikal (www.baikalsled.ru) o pasear a caballo en Mongolia (www.stepperiders.com).
7. De Ciudad del Cabo a El Cairo
Ewan McGregor realizó la mayor parte de este viaje de norte a sur en motocicleta y comprobó que es toda una aventura. De empezar por el sur, hay que dirigirse rumbo norte hacia Botsuana, donde se puede hacer un crucero fluvial para observar elefantes en el Parque Nacional de Chobe. Después, hay que adentrarse en Tanzania, conocida por el Kilimanjaro, o escuchar a los ñúes del Parque Nacional de Serengeti. Disfrútese de la calma, pues en la ruta siguen algunos de los países más difíciles de África, como Kenia, Etiopía y Sudán. Al final, El Cairo aguarda con sus pirámides y su bullicio.
Para más información sobre el Serengeti, hay que consultar www.serengeti.org.
8. Camino del gringo, Perú
Este famoso bucle recorre los principales atractivos del país. Desde la animada Lima se desciende por la costa hasta Paracas, donde se puede hacer una excursión a las islas Ballestas para avistar pingüinos y leones marinos. Después se para en Ica, la capital peruana del pisco (aguardiente de uva), antes de seguir hasta Nazca para sobrevolar las enigmáticas líneas. Luego, se asciende a Arequipa, la ciudad blanca colonial, y se prosigue hasta Puno, el puerto peruano del lago Titicaca. Finalmente, se toma un autobús hasta Cuzco y se recorre el Camino del Inca hasta Machu Picchu.
La temporada alta en Machu Picchu va de finales de mayo a principios de septiembre, y solo se permite un máximo de visitas al día. Consulta con antelación.
9. Festivales de música europeos
Muchos viajeros disfrutan del verano conduciendo una furgoneta de un festival a otro. El decano es el festival de Glastonbury (Gran Bretaña), por cuyos escenarios han pasado grandes nombres del rock desde 1971. Otro clásico es el danés Roskilde, de enfoque más guitarrero, aunque si se prefiere se puede disfrutar del folk en el Baltica, celebrado en Estonia, Letonia y Lituania. La Love Parade de Alemania sigue gozando de mucha aceptación en la escena del house, mientras que el Campeonato Mundial de Guitarra de Aire de Finlandia siempre deja atónito a propios y extraños. El delicioso End of the Road es un sencillo y apacible festival británico dominado por el sonido country-folk.
Consultar información de Glastonbury (www.glastonburyfestivals.co.uk), Roskilde (www.roskilde-festival.dk), Baltica (www.folkbaltica.de) y End of the Road (www.endoftheroadfestival.com).
10. La Ruta de la Seda
Los mercaderes han trazado durante siglos las rutas entre China y Europa para transportar seda, especias y otras mercancías a los mercados. La ruta moderna suele comenzar en la ciudad china de Xi’an, hogar de los guerreros de terracota de la dinastía Qin. Continúa hasta Urumqi, en la provincia de Xinjiang, antes de cruzar la frontera de Kazajistán y llegar a la cosmopolita Almatý. A continuación, se adentra en la ex república soviética de Kirguistán, salvando las cadenas montañosas hasta llegar a Biskek, su capital. Hay quienes se desvían hacia el sur hasta Fergana (Uzbekistán), pero la mayoría continúa hasta Samarcanda y los mercados de Ashjabat en Turkmenistán.
En el noroeste de China, Dunhuang es una parada clave de la Ruta de la Seda; en sus cuevas de Mogao se exponen objetos religiosos recogidos a lo largo de la ruta desde tiempos inmemoriales.