Explora lo mejor en viajes 2024
Érase una vez un monte Negro. Y en lo alto de ese monte había una tumba, guardada por dos gigantas de granito. Y dentro de la tumba, bajo un dosel de oro, había un gran héroe descansando recostado contra una enorme águila. Este lugar de cuento es la última morada del muy real vladika (príncipe-obispo) Petar II Petrović Njegoš (s. XIX). La sencilla pero conmovedora construcción y las monumentales estatuas apenas distraen de las notables vistas sobre el Montenegro originario.